¿Nunca habéis tenido esa sensación de querer algo, de necesitar algo de alguien por pequeño que sea?
A veces pequeñas cosas, pequeños gestos hacen que un momento negro se convierta en uno blanco.
Yo creo que esos pequeños detalles, por muy pequeños que sean, marcan la diferencia. Una sonrisa como muestra de apoyo en un momento difícil, un abrazo para reconfortarte, para hacerte sentir segura, una simple mirada que te diga que todo va ir bien…Marcan, dejan huella y hacen que ese momento sea único y especial.
Son pequeños gestos que no debemos olvidar, que debemos mantener en el recuerdo.
Hay gestos, gestos que te hacen sentir un millón de cosas. Algunos gestos te echan atrás y en cambio otros te atraen más. Estos últimos te recorren por dentro, te entra un cosquilleo en el estómago que te hace bien. Estos gestos son los especiales, los que te sacan una sonrisa sin ton ni son, sin esperarlo, pero son los que merecen la pena, los que te sacan una sonrisa que perdura todo el día. Son gestos inesperados, que no esperas e incluso la otra persona no espera que cause ese efecto. Son esos gestos tan maravillosos y tan especiales que no se pueden describir todo lo que te hacen sentir.
En estos días son los que más echo en falta, los que no suelo tener. Pero a veces, alguien, llega y con un pequeño gesto consigue sacarme una sonrisa. Y tengo que agradecerlo. E incluso a veces una mirada o una charla consiguen sacarte una sonrisa.
Pero lo que más aprecio, a parte de esos pequeños gestos, es el poder desahogarme en parte con alguien, que aunque no esté de acuerdo en cierta forma con mis decisiones o con lo que piense, escucha. Y solo necesito eso, que escuchen.
Y esos pequeños detalles, son los más valiosos, sobre todo cuando son de personas importantes en tu vida. Y son los que quiero conservar aunque a veces espere cosas que no llegan. Pero a pesar de eso, sé que están. A pesar de todo están. Aunque a veces piense que no. Pero están.
A veces me pongo a escribir y suelto, todo lo que se me pasa por la cabeza lo dejo plasmado. Y muchas veces lo que escribo es en caliente. Y muchas cosas que escribo las pienso, pero cuando se está en caliente todo se magnifica, y suena peor de lo que es. Y llega a hacer daño.
Y sí, suelo ser egoísta, por ejemplo con la comida, pero jamás hago algo para hacer daño a nadie. Suelo pensar que es mejor hacerme daño a mi misma que hacérselo a los demás. Será que soy buena persona, ilusa. Pero esa soy yo, a veces demasiado tonta por pensar en los demás antes que en mí.
Pero soy así. Y solo puedo decir, lo siento. Porque sé que algunas veces hago sentir mal con lo que escribo a quien lo lee.