Sweet Dreams

SIGO SIENDO AQUELLA

Y mis sueños viajan a través de mi dolor, como cada noche desde hace mucho tiempo ya. Y hoy es una fría noche, pero aún así sigo pensando en mi vida, en todas las cosas que he vivido, en cuánto desearía poder cambiar algunas cosas y sentir que todo está bien, para saber que todo lo bueno aún queda por llegar. No tenéis ni idea del enorme caudal de sentimientos que guarda mi corazón, ni que es esta constante espera la que me roba las horas de sueño, que ideo fantasías en donde todo es diferente. Sí, sé que es difícil saber que el pasado no se puede cambiar, que no se puede retroceder, pero sé que ahora es momento de cambiar, de esperar lo bueno que se que va llegar.

Y aún cuando sé que todo es así, no puedo evitar el soñar con el mundo al revés, el soñar mis noches no son más en soledad. Esa soledad compartida en la que la tristeza abarca mi alma, mi ser y mi corazón, haciendo que el sueño escape de mí, haciéndome volar a través de los recuerdos, a través de recuerdos que me hacen daño.

Sueño con un mundo nuevo desde el horizonte de mi cielo invisible, que a pinceladas, ha sido trazado con la mezcla de colores que nacieron en mí, con cada palabra escrita en ese libro que me fue entregado, con cada carta escrita desde mi corazón.

Y así, de esta manera, dormida, sigo soñando con ese mundo, con estar paseando entre la marea y que me despierte la luz del sol…

Quiero que desaparezcan las nieblas que aparecen en el invierno, que la primavera llegue paso a paso y me haga escuchar el sonido del mar, sentir su aroma… así como poder envolver esa paz con mi corazón.

Tengo y mantengo la esperanza de poder volver al ayer. No paso ni una sola noche en la que no contemple el cielo preguntándome si las cosas hubieran sido de otra manera, si todo cambiara. Las horas de la noche pasan de manera silenciosa y muy lentamente, todo es en cámara lenta para mí, y solo desea borrar esos errores.

Me gusta sentir la suave brisa en mi rostro y me digo a mi misma que todo va a ir bien, que el pasado, pasado es y que siga adelante sin mirar atrás.

Y yo que pensé que en la vida no existía, que a nadie le importaba si mi alma estaba vacía. Yo que imaginé que nunca sería feliz, que si antes sonreía no volvería a sonreír.

Había pensado en la soledad, la culpable de lastimar mi corazón, yo que anhelaba felicidad y se me negaba esa ilusión.

Pero lo que no sabía era la alegría que causaría al encontrar a esas personas en mi camino, esas que despejan mi vida llenándola de luz, llenando de vida mi destino.

Esas personas, que sin vergüenzas o temores me entregaron comprensión y cariño, haciéndome olvidar tantos errores. Esas personas, quienes fueron mi luz en mi vida, mi amanecer en mi alma devolviéndola a la vida, a la alegría.

Y es que sigo siendo aquella… Aquella que sueña con el día en que al fin pueda volar libre, que el refugio de mis brazos sea el motivo de mi alegría y en mi cálido regazo por siempre quiera quedarme. Aquella que cada tarde la consume la impaciencia detrás de un monitor viendo un partido, esperando a que todo vuelva a ser como antes. Aquella que se quiere aún sintiéndose distante, tan distante cual estrella y yo queriendo alcanzarme, porque sigo siendo aquella que no se cansa de esperarme sentada en el sofá. De esperar el día en el que comience a quererme tal y como soy, el día que empiece a confiar en mí y dejar el pasado en un rincón de mi vida, en un rincón olvidado. El día que me diga a mí misma, sigues siendo aquella.

 

 

 



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En el texto hay: sentimientos, pensamientos, diario

Editado: 21.02.2021

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