Esto ha llegado a su fin, otro año que termina ya. Un año en el que hemos reído, llorado, nos hemos emocionado e incluso momentos en los que lo hemos pasado peor. Pero todos esos momentos son los que nos han llevado hasta el día de hoy. El final de un gran capítulo, un capítulo lleno de vida y de personas con las que compartir mil y una aventuras.
Otro capítulo que se cierra, el sexto ya de este gran libro que poco a poco he ido escribiendo. Todos ellos muy diferentes pero que a fin de cuentas, todos ellos son igual de importantes porque de todos he aprendido. Todos me han ido forjando poco a poco.
Parece que fue ayer cuando comencé con esta aventura y después de seis años aún sigo pisando fuerte ese escenario, porque aunque no baile, aunque no esté delante de un foco, ellos hacen que realmente lo esté. Todo el trabajo y esfuerzo tiene su recompensa, lo tiene. Vosotros sois mi recompensa, ver como cada día os superáis un poquito más, disfrutáis igual que lo hacía yo. Solo con vuestra sonrisa y con vuestras ganas para mí es suficiente. No hay mayor regalo que veros disfrutar con algo que para mí siempre ha sido importante, lo sigue siendo y lo será siempre. Porque bailar es algo que forma parte de mí.
Simplemente no tengo palabras de agradecimiento para cada uno de vosotros, sí, para todos y cada uno, que formáis esta gran familia. A veces no nos habéis puesto las cosas fáciles, pero lo verdaderamente emocionante es que podamos superar esas barreras todos juntos. Paso a paso, canción a canción, baile a baile.
Nunca dejéis de hacer algo que de verdad os llena por dentro, algo que sintáis vuestro y que os hace sentiros bien con vosotros mismos.
Bailar nunca ha sido fácil, algunos nos sale mejor que a otros, pero sin lugar a duda no podría haber pedido mejores bailarines, y actores, porque no importa cuán bien bailéis o actuéis, sino que lo que verdad importa es en lo que os habéis convertido en el proceso, lo que de verdad importa sois vosotros, cada uno de vosotros.
El final llegó, tardó en llegar, pero aquí está. No podríamos haber tenido un final mejor. Pero es hora de decir adiós, hora de cerrar el telón y apagar los focos. Meses metidos dentro de una burbuja que hoy explota para devolvernos a la realidad, esa que está ahí y que debemos vivir.
Punto y final a esta etapa, punto y final triste para esta bonita historia, pero estoy segura que vendrán nuevas y mucho mejores que las anteriores, lo único que hay que hacer siempre es dar lo mejor de cada uno de nosotros.
Un huequito de mi corazón es vuestro ya porque aunque pasen los años siempre recordaré todos los buenos momentos vividos en estas maravillosas experiencias. El año que viene… Esperaremos a lo que el destino no tenga preparado.
Descansa Baltimore.
Es el final de un sueño más.
Un adiós muy especial.
Te extrañaremos no lo dudes
Descansa Baltimore.
De ti nunca me podré olvidar y ahora vamos a llorar.
Vamos a llorar.
Baltimore cree en ti.
Nosotros estamos aquí.
Baltimore cree en ti.