Miré por la ventana del salón de historia, los alumnos salían del instituto junto con sus amigos y se despedían agitando una o ambas manos. La jornada de estudio había finalizado y todos salían rápidamente. Colgué mi mochila sobre mis hombros y salí del salón para ir al aula de arte.
Saqué mis pinceles y unos cuantos frascos de pintura color pastel, los dejé sobre una pequeña mesa. Tiré de la sábana blanca que cubría el cuadro y sonreí al darme cuenta que faltaba poco para terminarlo y enseñarselo a mi mejor amiga.
Tomé el frasco que contenía la pintura rosa pastel, sumergí mi pincel y delinee el contorno del rostro de mi amiga, dando suaves movimientos para tener un acabado natural.
La puerta del aula se abrió, me giré para ver de quién era y no pude evitar ruborizarme al ver a Eun Bi parada debajo del marco de la puerta, pero pronto dejé de sonreír al percatarme que su expresión manifestaba enojo.
Entró decidida y se paró frente a mí.
- Dime, ¡¿te gusta él?!- Gritó. Sus ojos rojos me indicaban que estaba a punto de llorar.
- …
- Dime, ¡¿TE GUSTA ÉL?!
Mi corazón dio un brinco y un nudo en mi estómago se formó.- Quien me gusta es…
Y sólo eso fue suficiente para que Eun Bi tomara el cuadro y lo dejara caer al piso, usando sus pies para destrozarlo. Ella lloraba y gritaba lo traicionera que era.
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