Sweet Pain

Capítulo 1 "Cantar y coser"

Los guardias llegaron rápido y según los investigadores iban a analizar el cuerpo. Determinaron que aquel hombre fue otra víctima de "Ezio", un misterioso personaje que se auto denominaba "Artista de la muerte" Según él hace arte con sus crímenes.

Su obra es ¿Abstracta? Es decir, vi de cerca su trabajo y es talentoso, no justifico el asesinar, pienso que está mal, pero... No debí dar mi opinión.

Han pasado ya varios días, me he concentrado en seguir a mi chico misterioso. Es muy juicioso y educado, aunque en el mercado lo vi cargar un barril de cerveza a él solo y por lo fuertes que están sus brazos diría que se ejercita o tiene un trabajo pesado. Lástima que no lo he podido seguir todo lo que quisiera o hablarle, soy tímida para eso.

Cierto día debía ir al mercado para mis compras personales, debía comprar verduras y carne, seleccionaba zanahorias, me gustan las que tienen más color así que comencé a mirarlas a todas. Seleccioné las que quería llevar:

—¿Tiene papas? —Pregunté apartando mis zanahorias seleccionadas.

—Si quieres mejores zanahorias lleva las que tengan más verde el tallo de la parte superior —Dijo una voz masculina.

Levanté la mirada y vi el rostro de mi chico misterioso seleccionando verduras. Nunca había visto unos ojos cafés tan bonitos, no eran comunes por su color, eran especiales por la paz que transmitía. Los rasgos de su rostro eran tan definidos que...

—Sí, gracias —Sin querer mi mano tiró al suelo unas papas— Lo siento —Me agaché para recogerlas y volverlas a poner en su lugar, me acomodé el cabello y calmé mis nervios— ¿Me conoces?

—No mucho, te recuerdo por lo que pasó en la iglesia —Respondió— No suelo hablar con la gente, pero tú me llamaste la atención ¿Cómo te llamas?

—Creo que ahora todos me conocen por lo de la iglesia. Luxanna, pero me dicen Lux ¿Tú cómo te llamas?

—Altair.

—No es un nombre común de por aquí.

Dios, este chico mide aproximadamente 1,83, estando de frente lo puedo calcular, deja ridículos a mis 1,68 de estatura.

—Mi padre era aficionado de las aves y yo también, entonces me puso Altair por la constelación de El Águila.

También parece ser inteligente... Necesito conocerlo más.

—Cuéntame más, por favor —Dije— Suena interesante.

—Lo haría —Respondió— Pero debo retirarme a mi hogar, ya mismo oscurece.

Cambió su actitud, se me hizo raro que de un amigable chico sonriente cambie a un chico serio y algo misterioso. Debe ser muy disciplinado. Cargó su bolso y se marchó luego de despedirse.

—Usted también debería ir pronto a casa —Me dijo la vendedora— El asesino anda suelto y ya mismo anochece.

Terminé de comprar las verduras y fui al puesto de confianza para comprar la carne, el carnicero sabe que cortes me gustan y los hace muy bien además de ser carne fresca.
Estaba esperando a que haga su trabajo con los cortes y se acercó una amiga:

—¡Lux! —Dijo Amparo saludándome con un abrazo, luego sacó de su bolso una carta— Manuelita nos envió una carta.

—¿Manuelita Sáenz? ¿Esa Manuelita? —Respondí.

—Sí, ella. Hace tiempo que no sabíamos de ella.

—No sé para que se casó esa mujer —Recordé su matrimonio arreglado— Pero le tocó.

—Lux, no todos los días un inglés con dinero está dispuesto a casarse con una como le pasó a Manuelita, tú deberías aceptar a Molina, es joven, guapo, tiene dinero. Solo dale dos hijos y ya tienes la vida arreglada.

—Se te olvidó mencionar que es imbécil —Guiñé el ojo— El matrimonio de Manuela fue arreglado, mejor dame la carta si ya la leíste.

—Pero amiga... Sí, mejor tenla, me debo marchar, ya mismo se pone el sol y el asesino me da miedo.

Amparo se fue con su peculiar manera de correr, lenta y con los brazos levantados hacia los lados. La perdí de vista.

Terminé todas mis compras y fui rápido a casa, creo que el miedo que tienen todos se me pegó. En fin, leí la carta de Manuela, noticias alentadoras a pesar de que viven con un hombre que no ama, no se acostumbra aún al calor de Lima. Me alegra tener noticias de mi amiga.

Al siguiente día debía ir a comprar velas, el idiota de Molina es el hijo del dueño de aquella tienda. Ojalá no esté.

Decidí cuales velas quería, me las entregaron y al intentar salir choqué con alguien, mi bolsa cayó al suelo.

—Ve, cerdo miserable —Levanté la mirada y era Altair, me quedé sin palabras.

—Rostro de princesa, temperamento de verdugo. Me agradas.

Se agachó y recogió mi bolsa, me la entregó y se disculpó.

—Altair yo debo disculparme contigo, no miraba por dónde iba.

—No te preocupes —Suavizó su voz al punto de derretirme con solo hablar— ¿Me ayudas a seleccionar el color para mi nueva obra?

En mi mente pensé "¿Hay algo que este hombre no haga bien?". Obviamente acepté, además no me quitaba nada de tiempo ya que compraba los colores en la misma tienda.
Me gustó un color llamado "Turquesa" Nunca lo había visto, es como un azul pero mucho más bonito.

Me dio curiosidad así que le pregunté dónde quedaba su taller, era apenas en la esquina. Quería ir y se lo consulté, dijo que no había ningún problema. 
Estaba avanzando en mi conquista, me sentía alegre.

Caminamos hasta su taller mientras nos conocíamos más, resulta que es artista, hace de todo, poesía, escultura, pintura y baila. Cielos, todo coincide...

Una vez en su taller lo vi pintar un retrato del rey de España, por encargo. Le pregunté por el tema de la revolución y dijo que no le es de mucho interés, su deber de artista es expresar lo que siente y piensa más no lo que desean los demás.
A menos que le paguen.

Toda la tarde tuvimos conversaciones interesantes, sabe de muchos temas, incluso más que yo y lo más importante, no es un idiota con ideas tan denigrantes sobre el rol de la mujer en la sociedad. Según él era admirable como me mantenía firme conmigo misma.

Coincidímos en muchas ideas. Había química en nuestros pensamientos.



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En el texto hay: historia, romance odio, misterio asesinato drama

Editado: 04.08.2021

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