Todos son idiotas.
¿La cura se encuentra en el veneno?
¿Soy muy frágil o el mundo es muy peligroso?
No sé ya quién soy ni para que estoy aquí. Es como si en este momento me muriera a nadie le importaría.
Me gustaría decirle al mundo que pare su música y escuche la mía.
Creo que mi vida está bien así de difícil.
Jamás recibí lo que di pero aun así sigo siendo amable, el cielo está lejos para los ángeles que no tenemos alas.
Desde que escuché la conversación de Aniki y Amparo con Sven ya no me fío de nadie, ya no me importa la verdad. Vivo a la expectativa de lo que pase.
Suelo salir de casa sola a caminar durante horas sin un destino fijo, cuando el sol se pone vuelvo a casa a pesar de que la normalidad volvió a la ciudad.
Hoy es uno de esos días, camino a casa, ya el sol se estaba ocultando así que me doy prisa para llegar a cenar.
Cuando entro al patio veo a Amparo y Aniki conversar, ya casi no hablo, me limito a escuchar.
Voy a por una cubeta de agua para beber un poco mientras escucho su conversación, charlan sobre unos vestidos y un plan.
-Lux -Dice Amparo- Quiero que vengas con nosotras, te hará bien despejar tu mente.
-Iremos las tres -Añade Aniki- Muero por ir a una fiesta.
-Pero te siguen buscando los soldados -Respondo - Como...
-Es una fiesta donde todos usarán máscaras -Interrumpe Aniki- Estará la mayoría del pueblo, di que sí, muero por una fiesta, sin ti no salgo.
-Gracias por la confianza -Dice Amparo.
¿Una fiesta de máscaras? Cada día este mundo deja de parecerse al que recuerdo.
-Bien -Digo- Iremos.
La fiesta es en dos días, dos días en los cuales pensamos en crear nuestras máscaras sin tener éxito alguno.
Lo que nos preocupa es que no sabemos fabricar máscaras y no queremos usar unas feas, Amparo salió a comprarlas mientras Aniki y yo terminamos de coser.
El vestido de Aniki es uno color rojo, tiene encajes blancos en los lados y de frente un nudo del mismo color del vestido.
Amparo por su lado tiene el vestido más bonito de todos, uno verde claro con detalles múltiples, tiene figuras, símbolos e incluso en el final de la falda tiene bordados en forma de olas de oro, lentejuelas y uno que otro bordado sutil, no sé cómo lo hace.
El mío es el peor ¿Porqué? Por qué coser no se me da bien, elegí el color azul pero es tan lamentable que no vale la pena describirlo.
En fin, Amparo volvió con las máscaras.
Una vez en la sala mete la mano en la bolsa y saca una máscara.
-Aniki -Dice Amparo- Porque nadie tiene que sospechar de ti te traje una que cubre todo el rostro, nadie tiene que acercarse a ti y si lo hace lo golpeo. Ten.

-Como yo tengo que estar atenta a todo y tengo que estar cuidando a Aniki usaré esta -Saca la máscara y nos la muestra.

-Y tú Luxanna Elizabeth Müller, por ser la más bonita del pueblo te traje esta -Pone la máscara en mis manos.

-¿De dónde las sacaste? -Pregunta Aniki- Parecen caras.
-Para nada, un comerciante con máscara me las vendió baratas, tenia un puesto ambulante junto a las zanahorias -Responde Amparo- ¿Te sucede algo Lux?
Miro la máscara, es muy bella y muy detallada, pero se parece mucho a la de Ezio. Tiene el mismo tono de blanco e incluso algunos grabados se parecen, no quiero pensar que Ezio está tras todo esto.
Ahora que lo pienso nunca se ha hecho una fiesta de máscaras por aquí y en específico le tenían que vender esta máscara a Amparo y muy barato. Algo anda mal.
-Me recuerda a -Digo.
-¿A tu novio? -Añade Amparo- No te preocupes, eres muy bonita como para que nadie se fije en ti.
-Como que me dan ganas de tener un gato -Digo levantándome- Y Ezio no es mi novio, ni si quiera me gustó ¿Saben? Me siento mejor desde que se marchó, me siento mejor desde que estoy sola.
-Sí, te has vuelto más solitaria y a veces lloras en las noches -Añade Aniki- ¿Lloras por Ezio o por Sven?
-¿De qué color quieren el gato?
Camino hasta el pasillo y posteriormente a mi cuarto, la luz entra por la ventana y en medio mi vestido, lo veo con todo el amor del mundo y es un desastre, pero bueno, con máscara nadie me reconocerá y no pasaré vergüenza por no saber hacer un vestido.
Decido hacer una prueba, preparo el vestido para ponérmelo, ahora que lo pienso debí hacerlo a mi medida antes que imaginar mi medida.
Me desvisto, y cuando estoy poniéndome el vestido me sorprende que encaje y me quede. Tengo suerte. Llamo a las chicas para que me ayuden a ajustarlo. Entusiasmadas de que mi vestido sirve me ayudan, Aniki se para detrás mío, toma los cordones en mi espalda y los ajusta, no aplicó ni la mitad de su fuerza y se rompieron junto con la tela en varios lados. Mi trabajo de dos días de partió en varios pedazos, de un rato para otro ya no tengo vestido. Ahora es un trapo para trapear.
-De todas formas no quería ir -Digo.
-No, vendrás con nosotras, compraremos un vestido o te haremos uno pero no te dejaremos en casa sola -Responde Aniki- Mi a -Se calla un segundo- Mi amiga aquí sabe del tema, Amparo algo debes poder hacer.
-Puedo modificarlo y arreglar las fallas del que hiciste -Exclama Amparo.
-No se molesten -Camino hacia la cama- No tengo ganas de ir en realidad, siento que es algo más de ustedes que de mí -Me tumbo en la cama- Vayan y diviértanse.
Cierro los ojos, intentan convencerme pero el argumento que ganó fue el mío, me hice la dormida.
Se fueron y seguí con los ojos cerrados, me quedé dormida.
Me hice la dormida y me dormí, me haré la muerta esta noche.
Despierto cuando ya no soporto el frío que se cuela por la ventana abierta. Me siento y extendiendo la mano y cierro la ventana. Ya la luna pinta el cielo y veo luces de fondo, supongo la fiesta ya está en su auge.
Quiero embriagarme y no tengo monedas para comprar licor, tengo pereza de fabricar más.