Viena, Austria, 1908
-Es que en serio, debes luchar por tus sueños, yo toda mi vida fui un fracasado hasta que decidí dejar de escuchar a los demás y decidí escuchar a mis sueños, deseos y a mi corazón.
Caminaba yo por las calles de Austria buscando a alguien en específico que me puede ayudar, en el camino vi a un joven triste saliendo de lo que parece ser una universidad, me acerqué a preguntarle qué le sucede y terminó contándome sus problema. Después de casi 20 minutos llegamos a este punto de la conversación.
-Es la segunda vez que me rechazan de la academia de artes -Exclama el joven con sus útiles en las manos- Yo quiero ser artista profesional, quiero pintar, pero me dijeron que mejor me dediqué a la arquitectura.
-Yo también quiero ser artista profesional, pero estudio psicología -Digo muy entusiasmado, quiero ayudarlo anímicamente- Yo soy escritor, músico y poeta, yo la tengo más difícil que tú, soy latino y lo que lo complica más aún es que nací en Ecuador -Acerco mi mano a su hombro- Tú al menos estás en Europa donde se valora el arte, en mi país para lo único que se usa la pintura es para darle color a las paredes, esfuérzate y logra tus metas, es difícil la vida, pero ningún marinero bueno aprendió en aguas dulces.
-¿Crees qué lograré todo lo qué me proponga? -Sonríe tímidamente- Tus palabras me llenan de fortaleza ¿Porqué te acercaste a hablarme?
-Me acerqué porque te vi triste y nadie merece estarlo y menos solo, yo solo pasaba por aquí -Quito mi mano de su hombro- Puedes lograr todo lo que te propongas, estoy seguro, tienes convicción.
-Así será, prometo que lucharé ferozmente por cada y uno de mis objetivos sin importar lo que tenga que hacer, me siento con ganas de quedar inmortalizado en la historia. De ahora en adelante prometo que me esforzaré en todo hasta lograr todo lo que deseo.
-Así se habla -De repente recuerdo que tengo más cosas por hacer- Amigo, un gusto haberte ayudado, espero esta charla te sirva de mucho ¿Puedo saber tu nombre antes de marcharme?
-Mi nombre es Adolph Hitler -Responde el joven- Mucho gusto.
-¿Eres el Fürher? -Digo preocupado- ¿Eres Hitler?
-¿El qué? -Cuestiona.
-No, nada, ten una buena tarde, hasta luego.
Me alejo de aquel chico, supongo tenía que pasar... O no. Bueno, no hay tiempo que perder.
Las calles austriacas ofrecen mucho para mí, pero no tengo tiempo para detenerme en cada cosa que llame mi atención.
-Ay, un perro salchicha -Me emociono al ver al animal, me acerco y me arrodillo para acariciarlo- Te verías muy bonito con un abrigo que parezca pan.
No, la misión. Me concentro, dejó de acariciar el perro y corro, debo buscar el lugar.
Avanzo algunas cuadras hasta que lo encuentro la casa. Siento nervios y emoción al mismo tiempo, nunca había estado en Viena y menos en una misión tan importante.
Miro con admiración la propiedad, mi sonrisa es muy real, entro al lugar, subo unas cuantas escaleras y llego a la sala de espera. Está casi por cerrar así que supongo que no hay gente, espero paciente sentado en el sofá, abren la puerta, es el doctor con sus cosas listo para marcharse.
-Si desea una cita puede agendarla por correo -Dice cargando unas carpetas con papeles- Ya está cerrado.
-Espere -Digo mientras me pongo de pie, extiendo mi mano para saludarlo formalmente- Mi nombre Sven ¿Usted es Sigmund Freud verdad?
-Sí, soy el profesor Freud -Estrecha la mano y saludamos formalmente- Y voy de salida.
-Tengo algo que puede interesarle -Bajo mi mochila al suelo, la abro y saco una hoja, la tomo y se la ofrezco a Freud- Soy estudiante de psicología, pero ya tengo mis propios estudios y teorías, estoy trabajando en un teoría sobre la muerte, usé varios de sus estudios sobre el psicoanálisis y la interpretación de los sueños, llamo a mi teoría "El ciclo del carbono".
Freud toma la mis apuntes, los mira unos segundos y me los devuelve.
-El título es interesante y hay pocas investigaciones sobre la muerte -Añade serio- Pero están en Español, no hablo ese idioma.
O soy muy despistado o soy tonto. Las placas hacen que hable el idioma del lugar al que vaya mientras esté ahí, y mis investigaciones la documenté en español, Freud habla inglés, francés y alemán, pero no español. Como pude olvidar ese detalle...
-Eres un jovencito muy brillante por lo que veo -Dice Freud entregándome mis apuntes- Pero distraído por lo que veo.
-Perdón por hacerle perder su tiempo -Tomo mis apuntes, los guardo, cago mi mochila y doy media vuelta, me dispongo a salir del lugar.
-La carátula de la investigación dice que fue hecha de 2019 a 2021 -Exclama Freud- ¿Algo qué decir sobre eso?
Me quedo estático y pienso en que definitivamente soy una combinación de distraído con tonto, pasan unos segundos hasta que se me ocurre algo que decir.
-Error de imprenta -Respondo y doy un par de pasos.
-Solo quiero una respuesta -Añade con calma- El tiempo es cíclico ¿Verdad?
-No, lineal. Por eso puedo estar aquí.
Salgo del lugar, no logré mi misión. Pero no me voy a afligir, de seguro con Nietzsche tendré más suerte. Avanzo por el sitio donde veo menos gente. Encuentro un callejón solitario así que me adentro.
-Claro, solo a Sven se le ocurre traer un documento en español a un país donde menos del 2 por ciento de la población habla ese idioma -Digo mientras de mi mochila saco la placa de metal, selecciono la llave con forma de animal sin ver y coloco- O quizás si sea tonto -Paro un momento y pienso, levanto la mano y miro mi guante.
Tengo un par de dudas, tareas por hacer y muchas inseguridades conmigo mismo y a pesar de eso confío en que todo mejorará.
Coloco mi mano en el centro de la lámina y la enciendo, cierro los ojos unos segundos, siento como tiembla mi cuerpo, como si me fuera a desmayar, cuando dejo de tener esas sensaciones abro los ojos.
Estoy en el camarote de mi barco. Nada me ha salido bien últimamente, es como si todo lo que hiciese lo arruinara por instinto. No puedo pasar por ningún lugar desapercibido, no puedo pasar por la vida de las personas sin cambiarlas.