Capítulo 22 "Para ti"

—Lux —Dice Aniki mientras mueve mi hombro.

Me duele la quijada, después de lo que vi no pude volver ni si quiera al pasillo por lo que supongo me quedé dormida apoyando mi cabeza sobre mis brazos juntos en la mesa. Abro los ojos y veo la luz del día entrar por la ventana. Levanto la cabeza de la mesa y miro a Aniki a la cara. No puedo decir nada, las palabras no me salen así que aguardo en silencio a que diga algo.

Ambas estamos en la misma situación, pasan algunos segundos de silencio incómodo en los que coloco mi vista hacia otro lado intento evadir su presencia y una conversación que debemos pero no quiero tener.

—Luxecita —Toma por encima mi mano que está en la mesa— Me voy a poner triste, no me ignores así, no de frente.

—No es ignorarte —Digo teniendo la vista hacia el suelo— Es que no sé qué sentir o como comportarme, imagina un día volver a casa después de que te rompan el corazón y cuando entras encuentras a tus mejores amigas desnudas y... Eso, lo que vi.

—Te lo íbamos a decir solo que —Pausa sus palabras— ¿Cómo que te rompieron el corazón?

Escucho cómo se sienta del lado contrario de la mesa, se acomoda y cuando está conforme continúa con sus preguntas.

—¿Nathan o Ezio? —Pregunta Aniki— ¿Cuál fue?

—Ezio —Respondo mientras intento levantar la mirada— Creí que si era sincera conmigo misma y luego con él funcionaría, pero solo hice que se alejara de mí.

—Sé que no soy la más adecuada para decirlo, pero el amor hace bien cuando dos personas lo sienten mutuamente, no se puede construir un puente si se va a sostener de un solo lado. Ezio es diferente a todos nosotros, él disfruta la soledad, es una persona interesante y talentosa sí, pero eso no quita que sea un asesino, no siente remordimiento por lo que tampoco siente amor o cualquier otra emoción.

Tengo un poco más de tiempo para pensar, de hecho no sé porque me afecta, la vida me ha negado tantas veces lo que quiero que ya debería estar acostumbrada.

Bueno, comienzo una mañana más recordando algo malo que me sucedió haciendo que me sienta peor, un día normal en mi vida. No quiero saber más del tema, mejor abordo lo que tanto evado.

—¿Porqué me lo ocultaron? —Pregunto sin miedo, me atrevo a mirar a Aniki a los ojos— Pudieron decirme y ya. Lo más extraño es que todo el tiempo estuvo tan claro, se celaban, pasaban solas, no se despegaban, soy tan ingenua. Creí que no ibas a volver a amar a alguien de esa manera, no después de lo que pasó.

—Luxanna, te debo una explicación —Responde seria, se acomoda un mechón de cabello para que no le estorbe en el rostro y continúa— Tenía todo para ser feliz: Un hombre que me amaba y respetaba, lo amé con todo mi ser, En mi mente mi vida estaba resuelta, planeaba hijos, una casa, mascotas, hornear pan, venir a molestarte al menos una vez por semana. Lux, esa era mi vida ¿Cómo se supone que acepto que todos mis sueños se desvanecieron en un segundo? —Respira profundo— Desde niños nos dicen que debes esforzarte para lograr lo que quieres, yo lo hice y mira como terminé —Baja la mirada.

Aniki es la persona más fuerte que conozco, pero en este momento está frente a mí conteniendo su llanto, no puedo hacer más que callarme e intentar ser fuerte para no impregnarme de se profunda tristeza. 

Y es verdad, la vida es una mierda rodeada de belleza. Hacemos de todo para intentar estar donde queremos, pero el destino siempre tiene otros planes para uno. Luego aprendes a fingir que te gusta lo que la vida tiene preparado para ti, aprendes a mentirte a ti mismo hasta que crees la mentira de que eres feliz y estás conforme.

Me levanto, camino hasta su lado de la mesa, me siento a su lado y la abrazo, la escucho llorar y lamentarse, esperó a que no vea su rostro para desahogar su llanto así que dirijo mi mirada a la nada, debo ser fuerte, es el momento de serlo.

Espero un rato a que se sienta mejor, logro calmarla un poco diciéndole que todos nuestros planes saldrán bien. logro hacerla sentir un poco mejor y aunque sigue triste al menos ya puede articular una palabra, debo distraerla de sus pensamientos del pasado.

—Hay algo que no entiendo —Digo intentando saber más— ¿Porqué Amparo? 

—Bajé la guardia —Responde mientras limpia una lagrima de su ojo derecho— Se supone no debía pasar, creí que no me volvería a enamorar jamás. Pero ya ves, mundo sabio el que nos unió en esta vida loca.

—Entonces ambas se aman —Respiro tardando un poco— A mí no me hubiese importado que fueran pareja, me gusta mucho la idea, porque si dos personas se aman su deber es estar juntas y ser felices, yo las hubiese apoyado en todo lo que pudiera y...

—No es por ti que lo ocultamos tanto —Interrumpe— Es por la gente de allí afuera, a mí me buscan para fusilarme, y si me ven con Amparo la fusilarán a ella también. Nunca hubiésemos podido ser felices fuera de esta casa, y en dado caso de que Quito quede liberado y ya no tenga que ocultarme en esta ciudad son muy apegados a la religión, en cuanto nos vean tomadas de las manos nos apedrearán.

—Podremos hacer algo —Digo— Yo haré lo que sea por las dos únicas personas a las que quiero, aunque me hayan engañado vilmente las sigo adorando. Mientras estén en mi casa nada malo les va a pasar.

—Lux —Hace una pausa, se quita de mis brazos y se aleja un poco— Hay algo respecto a eso que debo decirte, y es que...

Se abre la puerta de la casa, entra Amparo, está muy seria, mucho más de lo acostumbrado.

—Ya lo sabe, supongo —Dice Amparo mirándonos.

—¿Saber qué? —Pregunto confundida.

—Amparo y yo nos vamos de aquí —Responde Aniki cabizbaja— Eso te iba a decir justo.

—¿Irse? —Siento ansiedad, estoy confundida— Si es por lo que vi no se preocupen, yo lo entiendo, es más, las apoyo en su relación. 

—No es eso Lux —Añade Aniki— Amparo y yo tenemos muchas cosas por hacer, y en vista de que sabes lo nuestro es mejor que apresuremos los planes, vamos a liberar esta ciudad para comenzar, y si queremos lograr eso cada una de nosotras debe hacer su parte, nosotras haremos la nuestra, debemos marcharnos para hacer eso, así que es mejor despedirnos en cada momento por si a caso.