Se necesita más que un corazón roto para destruir a una mujer.
Jennifer Donnelly.
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La noche del baile en EAH había comenzado, y todos los estudiantes Royal's y Rebel's llegaban con sus mejores vestidos.
¿Que noche es mejor, que la noche de San Valentín?
Una noche completa para celebrar el amor.
Ever After high es el instituto donde asisten todos los hijos e hijas de los personajes de los cuentos de hadas y en el que prometen seguir sus destinos, los pasos de sus padres, sea cual sea ese destino.
Pero algunos personajes están más que decididos a reescribir sus historias, cambiar sus destinos y tener su propio final feliz. Estos son los Rebel's.
Pero la mayoría de los personajes, los que saben que no importa cuantos hechizos reciban ni cuántas manzanas envenenadas muerdan, los que siempre tendrán un final feliz , son Royal's.
Pero hay otros, que aún siendo los protagonistas de sus propios cuentos, jamás tendrán un final feliz.
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Sí hay alguien en EAH que adora con locura desenfrenada la noche de San Valentín, Esa es C. A. Cupid, o simplemente Cupid.
–...Es como el día del Legado, Primavera y mi cumpleaños, todo junto en un encantadora celebración de amor...– decía a Blondie Lockes, La hija de Ricitos de oro y su compañera de habitación, mientras se arreglaba el cabello color rosa chicle frente a su espejito encantado.
–Lo se, sera maravillastico, y perfecto...– Blondie empezó a hablar y hablar, como era típico de ella, y Cupid la ignoro volviéndose hacia su espejito encantado. Está noche, todo pasaría está noche, y tenía que ser perfecto.
Cuando termino con su peinado, un lindo moño trenzado con flores doradas de té; fue a buscar su vestido y zapatos al armario.
Su Outfit era de color rosa pálido con dorado, sencillo, pero muy, muy elegante.
Tenía que robar las miradas está noche, su mirada.
Cupid podía otorgarle dulce amor a todos los Corazones de los cuentos de hadas, desde la bestia que se enamoró de la bella chica, hasta el príncipe azul que cayó rendido a los pies de la durmiente Blancanieves.
Más no podía hacer que nadie se enamorará de ella, porque seria egoísta.
Pero por suerte, existen métodos más simples que la magia ancestral para derretir un corazón. Y un lindo vestido poco discreto era una manera de comenzar.
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Una rosa roja yacía en un florero junto a su espejo, con sus enormes pétalos fragantes. Un regalo.
Se la daría a el y él la conservaría por siempre jamás.
Y sería esta quién marcaría el comienzo de una nueva historia de amor en los cuentos y ellos dos, serían sus felices protagonistas, ellos, Cupid y el príncipe azul.
Bueno, el otro príncipe azul. El que no tenía que despertar a Blancanieves y podía escoger su propio destino.
Tomo la delicada flor y miro el reloj cu-cú en la pared, eran las 9:36 de la noche.
La noche de San Valentín, Su noche, estaba a punto de iniciar.
Ella y Blondie abandonaron su habitación y se dirigieron rumbo al baile.