Sx6-496067-2500

CAPÍTULO 1

El encargado de la fábrica de androides examinaba las nuevas especificaciones de la actualización. Se trataba del responsable del departamento de software, que recibió en su despacho a sus dos visitas.

  • ¿Es fiable esta versión beta al haber sido aprobada en tan poco tiempo? —preguntó— Detecto fallos que podrían dar lugar a indeseables comportamientos en los androides al interactuar con su propietario, como no interpretar sus deseos con eficiencia —respondió a la pareja

  • Sus dudas son razonables, por eso sigue en fase de pruebas. Se perfeccionará más rápido si colaboran los departamentos de software de las cinco fábricas —obtuvo como respuesta.

Esto tranquilizó al encargado de la empresa Andronix del continente americano. Se trataba de un hombre de unos cincuenta años, con un aspecto acorde a su edad.

  • Es comprensible y ayudaremos, el actual no es del todo eficiente —replicó, satisfecho.

  • Las pruebas está previsto que duren máximo un mes, y se compartirá la información en un grupo. El enlace ya lo habrá recibido —notificó el mismo hombre.

Reviso su correo y se unió.

  • Descuiden, cumpliremos —dijo cuando todos se pusieron en pie.

  • No le robamos más tiempo, Egan. Esperemos que en el plazo previsto, o menos, sea posible ya disponer de él. Adiós —dijo al salir junto a su compañero.

Fue a informar a su equipo de tres personas, un par de hombres y una mujer, que ocupaban las mesas de fuera.

  • Escuchadme un momento, nos han pedido que depuremos la próxima actualización del software de los androides junto a los otros departamentos. Tenemos de plazo un mes como máximo —anunció a todos, quienes lo observaron sorprendidos, pues trabajaban en algo igual de relevante y les extrañaba que les permitieran descuidarlo.

  • Señor, ¿están al corriente de nuestro actual proyecto? —preguntó el más joven de todos. Tenía unos veinte años, era guapo y atractivo para las mujeres. Su físico, unido a su hermosa cara, lo había convertido en objeto de deseo.

  • No es lo habitual, Alexis, y eso obliga a dejar de lado el nuestro —le informó su jefe al mirarlo.

  • No es mala idea, señor. Nos ahorrará tiempo en subsanar los fallos del actual, exaspera a los clientes, ¡y con razón! —coincidió Aria. Se trataba de una mujer de unos cuarenta años, no muy agraciada. Era la más brillante en su equipo, y la que, por lo general, solventaba los problemas.

  • No seremos los únicos en quejarnos, es primordial acelerarla —teorizó Egan.

  • Estoy de acuerdo, ¡el actual no es muy bueno! —añadió emocionado Esteban, el más veterano y experimentado del equipo. Tenía la edad aproximada de su jefe, y estaba muy bien conservado.

  • Ya sabéis lo que hacer, los avances, se compartirán en un grupo exclusivo. Estará disponible en vuestras terminales, aunque solo yo podré introducir los datos. ¡Al trabajo! —concluyó el jefe, antes de retirarse a su despacho.

Se acomodó en su butaca, ilusionado porque su petición de una nueva versión beta del software se hubiera tenido en cuenta. La actual era un trabajo acelerado que dio lugar a un firmware que no cumplía ni las expectativas de la empresa, ni de los clientes, que les llamaban para que resolvieran fallos que nunca pensaron que fuesen a subsanar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.