T-mp Walker: una nueva amenaza

Una nueva amenaza

En un universo remoto, donde el tiempo y el espacio apenas comenzaban a tomar forma, una colosal estrella ardía con un fulgor inigualable. Durante eones, su núcleo se sobrecalentó hasta alcanzar un punto crítico. Y entonces... ¡Bang! La estrella estalló en una explosión devastadora, un evento que daría origen a todo lo conocido. Aquel fenómeno fue llamado de muchas maneras en distintos rincones del multiverso: el Big Bang, el Hold Bold... pero en este cosmos en particular, se le conoció como el Tand Bing.

A diferencia de otras realidades infinitas, este universo no estaba colmado de energía cósmica ilimitada. Aquí, la evolución siguió un camino más mesurado. Con el paso de incontables milenios, los restos de aquella explosión primigenia dieron forma a un sistema solar, gobernado por la estrella 1-A-M. Y dentro de este sistema, un planeta emergió como el epicentro de la civilización: el planeta T-mp.

T-mp no era un mundo vasto, pero albergaba seis grandes naciones. A pesar de sus diferencias, estas regiones coexistían en armonía, unidas bajo un equilibrio que parecía eterno. Sin embargo, la paz nunca es perpetua. Desde las sombras de un trono antaño justo y equitativo, un nuevo poder se alzaba con la ambición de doblegarlo todo.

En las profundidades de su nación, los Cepers se preparaban para la guerra. Estas criaturas poseían una anatomía singular: cuerpos prismáticos, extremidades mecánicas que les otorgaban una movilidad impresionante y mentes afiladas por la estrategia y la conquista. Su rey, un ser despiadado consumido por el deseo de expansión, veía con desprecio las fronteras que lo confinaban. No quería un reino, quería un imperio.

Durante años, sus planes de dominación fueron urdiéndose en la oscuridad. Cuando llegó el momento de la invasión, no estuvo solo. A su lado marchaban sus generales, cada uno de ellos un titán de la destrucción:

Un maestro en todas las armas, cuya destreza lo hacía imparable en combate.

El mejor karateca del planeta.

Un androide de anatomía ceperiana, diseñado para ser la máquina de guerra perfecta.

Un coloso de fuerza descomunal, capaz de arrasar fortalezas con sus propias manos.

Un hombre de seis brazos, maestro del combate cuerpo a cuerpo y a distancia.

Y por último, una criatura cuya procedencia era un enigma, una aberración de ocho patas con dos brazos capaces de liberar ráfagas de energía devastadora. A este ser le temían incluso sus propios aliados. Su nombre era susurrado con temor: el Parangarácaro.

Con su ejército listo y sus líderes sedientos de batalla, el rey Ceeper lanzó su ofensiva. Las naciones de T-mp, desprevenidas ante el asalto, fueron cayendo una tras otra. La guerra había comenzado, y con ella, el destino del planeta pendía de un hilo.



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En el texto hay: ciencia ficcion, guerra, aliengenas

Editado: 15.03.2025

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