Capítulo XI

Un lago.

Una chica corriendo vestida con una larga camisa blanca.

Una cabaña de madera en perfecto estado escondida en medio del bosque.

¿Qué es esto?

No recuerdo haber visto algo así en mi vida.

Siento como si estuviese flotando en medio de un espacio completamente vacío. Trato de ver a mi derecha, negro, izquierda, igual.

No sé cómo es que llegué aquí. ¿Tal vez es un sueño?

Al pensar en esa posibilidad, comencé a sentirme mal. La última vez que estuve en un lugar que no conocía, aparecieron mis antiguos compañeros. No quiero eso.

Estos últimos días han ocurrido muchas cosas extrañas, desde la llegada de esa chica llamada Amelie que se presentó como mi esposa. Yo no recuerdo haberme casado con alguien. La relación que tengo actualmente tiene un par de años, por lo que no es posible que me haya casado.

Después, ese chico, creo que se llamaba Kyle, proveniente de Central. Tenía unos documentos en los que se registraban operaciones en las que según había participado, aunque yo no recuerdo nada de eso. Es cierto que perdí a mi equipo, pero no fue en un desierto, ¿o sí?

No recuerdo perfectamente mi pasado, pero casi puedo decir que eso sucedió hace unos tres años atrás.

Espera, ¿tres años?

Parece que poco a poco todo comienza a unirse.

Al dejar de pensar en los sucesos recientes, me percato que ya no estaba flotando en la nada. Podía ver que a mi alrededor crecían árboles altos, como si se tratase de un bosque. También, cerca de mí había un lago inmenso, el cual estaba lleno de agua clara, por lo que el fondo era visible desde la superficie.

—¿Qué es este lugar?

No recordaba haber visitado un lugar así en mi vida. Se supone que en los sueños pueden aparecer cosas que has visto alguna vez, entonces, ¿qué es esto?

De pronto, escucho que una persona se acerca. ¿Cómo lo sé? Se escuchan los arbustos moverse para despejar el camino.

Rápidamente corrí hacia una fila cercana de árboles de gran tamaño, escondiéndome tras sus troncos. Unos momentos después, aparece una chica con un cabello blanco como la nieve, vestida con una camisa larga del mismo tono que su cabello. Trae algo bajo su brazo, pero no le tomo importancia.

—¿Quién es ella?

Lentamente, salgo de mi escondite y camino en dirección a la recién llegada. No distingo muy bien sus rasgos faciales, por lo que no podría decir si la he visto anteriormente.

—Todo esto es muy extraño.

Al estar a pocos metros, me percato de algo, la chica se estaba desvistiendo. Rápidamente giro mi cabeza y comienzo a observar el lago. Una parte de mi conciencia quería voltear y ver lo que sucedía, pero la otra decidió evitar problemas.

Poco tiempo después, escucho que el agua comienza a salpicar. Regreso mi vista hacia donde estaba la chica y veo que esta se encuentra nadando en medio del lago.

—Entonces eso era.

Me sentía mal por observarla a escondidas. No, espera, ¿no he hecho el suficiente ruido como para que ella se dé cuenta de mi presencia? Entonces solamente me está evitando o le gusta exhibirse.

¿Qué demonios es esto?

De pronto, escucho un par de pisadas que se aproximan por detrás, y al girar para ver de quién se trataba, no pude contener mi sorpresa.

Un joven de aproximadamente unos dieciocho años se acercaba. Su cabello era de color gris, mientras que su rostro estaba cubierto por una especie de antifaz que mantenía la mayor parte de sus rasgos ocultos. Portaba un uniforme militar de color verde con una camiseta interior de color negro.

Colgando a un lado de su cintura estaba una pequeña pistola de un color beige. Estaba seguro que se trataba de una Five-seveN, ya que había portado una por un largo periodo de tiempo.

—Espera, reconozco ese uniforme.

Me percaté que la vestimenta era demasiado familiar, además, si lo juntaba con los otros accesorios que portaba, era imposible no saber de quién se trataba.

Recuerdo que una vez pertenecí a un grupo que tenía la misión de encontrar un objetivo en una zona aislada. Además, he sido el único con cabello gris en el ejército en mucho tiempo.

—¿Soy yo?

Me aproximé al chico para verlo más de cerca. En eso, él retira el antifaz negro de su rostro, revelando unos ojos con heterocromía. En su pecho podía leer su nombre.

Subteniente Kay King

—Esto es una broma, ¿no?

No había ninguna duda sobre la identidad del chico, pero, no recuerdo nada de eso. ¿Acaso estoy alucinando?

–No, esto no es ninguna alucinación.

Escuché una voz a mis espaldas. Giré rápidamente, pero no encontré nada. Tan solo encontré el lago cristalino con una superficie calmada.

La chica seguía dentro del agua sin preocuparse de nada.