¿Qué es lo que define a una familia?
Existen varios tipos de familias alrededor del mundo. Si bien, ninguna de estas es igual a otra, comparten ciertos rasgos que las hacen parecerse entre sí. No importa la cantidad de padres o hijos, ni siquiera esas nuevas olas que reforman la manera de ver una familia.
Puede que haya muchos integrantes de una que no estén relacionados sanguíneamente con los demás, pero eso no los hace dejar de pertenecer a una familia.
Entonces, ¿se puede denominar familia a un grupo de personas sin relación alguna, cuyos únicos lazos son sentimentales?
Claro que sí.
Si bien, no es la verdad absoluta, es una referencia que servirá para lo que se aproxima.
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Las cosas que sucedían en la residencia King se estaban poniendo cada vez más tensas. Ahora, con la revelación de un pequeño parentesco entre Amelie y la proclamada Astrid, la mente de Julie estaba perdida. También esa chica, Vanessa, había dicho que Kay tenía algo que ver con ella.
¿Qué otros secretos podrían estar a su alrededor y ella ni siquiera se percataba?
Además, antes de que Astrid desapareciera, mencionó una perla, la cual Vanessa le entregó momentos antes de irse. Lo primero que Julie haría en estos casos sería estudiarla, pero no estaba de humor como para ponerse a resolver un nuevo misterio.
—¿Cómo es que ellas están relacionadas con ellos?
Era una pregunta que rondaba la mente de Julie en repetidas ocasiones. Simplemente no podía encontrar una respuesta.
Ella sabía que, hace cientos de años, existió un grupo de gente extraordinaria, conformado por siete hermanos y algunos más, sin relevancia. Sus nombres, en orden, eran; Dorian Moon, Anton Moon, Vanessa Moon, Von Moon, Astrid Moon, Lenna Moon —de la cual no se habla mucho, ya que no se tienen registros— y, por último, Kelem Moon.
Junto a sus nombres estaba el de Ryan King, cuyo apellido aún seguía vigente, pero no se le relacionaba con los Siete.
Es cierto que, al tener cientos de años de separación entre esa fecha y la realidad, puede suceder que haya descendientes de ellos rodeándolos en este momento. Julie estaba consciente de ello, y buscó en la red sobre su paradero, sin lograr obtener alguna respuesta.
—Es entonces donde vienen estas dos y dicen que se relacionan con ellos. Es algo imposible de creer.
La mentalidad de Julie le decía que estaba pasando algo por alto. Una pieza que le ayudara a resolver todo este raro rompecabezas que se había aparecido ante ella en poco menos de un día.
—¿Qué podría ser?
La pequeña esfera dorada emitía un cálido brillo mientras estaba danzando por la palma de su mano. Ella sentía que lo que tenía era algo que no tenía comparación.
Julie guardó la perla en una cajita que estaba cerca de ella, colocándola con cuidado para no dañarla. Ella no sabía que era casi imposible destruirla, por más fuerte que la golpearan, así que no estaba de más tener un poco de cuidado.
—Enserio, ¿qué es lo que está sucediendo?
Ella se levantó de la cama en la que estaba sentada desde hacía unos momentos. Logró con facilidad despejar la habitación para usarla. Estaba completamente en contra de usar el cuarto en donde Amelie había dormido.
Mientras más se preguntaba, más se perdía. Su única persona de confianza en este momento debería ser Alessandra, la madre de Kay, ya que ella la apoyaba incondicionalmente.
Además, no había visto mucho a Ray, padre de Kay, durante su estancia en la residencia, por lo que no podía sentirse muy apegada a él.
Aunque, con respecto a Ray, había algo que incomodaba a Julie. El hecho de que Ray conociese las perlas y su función, logrando equipar una para hacer funcionar la casa y ocultarla a plena vista. Sin duda, él escondía algo de conocimiento que le podría ser útil.
—Bien, tendré que hablar con él.
Julie salió de su cuarto y bajó por las escaleras que se encontraban a mano izquierda de su habitación, llegando a la sala de la mansión. No podía escuchar el ruido de Kaly o Alessandra, cosa que no le importó mucho, ya que estaba acostumbrada a que ellas estuviesen juntas la mayor parte del tiempo.
—Incluso parece que ella es su madre.
Llegó al pasillo y salió por la puerta principal, encontrándose a Melissa sentada en una larga silla junto a la entrada, debajo del balcón del cuarto de Kay. Unos pilares dificultaban en parte la visibilidad, pero servían para darle estabilidad al edificio.
Saludó a Melissa y siguió su camino, tratando de encontrar a Ray.
—Si buscas a quien creo que buscas, lo puedes encontrar en la parte de atrás de la casa. Hay un pequeño edificio donde duermen los padres de Kay y que sirve como un taller.
Melissa habló mientras Julie pasaba junto a ella. Es cierto que la chica sentada era ciega, pero, gracias a su habilidad de clarividencia, era capaz de conocer un poco más que las personas que la rodeaban. Julie no se sorprendió, y que, era de esperarse de alguien que puede ver el futuro.