T O R R E [ #2 - Los Aliados ]

Capítulo VII

Si existiese algo capaz de hacer que la gente pierda su cordura y luche contra sus semejantes, es el poder, y los secretos.

Y, como todo grupo sobre la faz de la tierra, la familia también esconde secretos oscuros que nadie debe de descubrir, ya que serían capaces de cambiar la realidad que conocemos.

Pero, ¿qué sucede cuando alguien ajeno lo descubre?

Es ahí donde comienzan todos los problemas.

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La cara de Alessandra se transformó en el momento en que escuchó el cuestionamiento de Julie. Su habitual sonrisa materna desapareció de su rostro, cambiando a una expresión seria que solo Kay y Ray conocían.

—Es mejor que nadie se entere de esto. Me llevaré a Kaly, tal y como pides. Ray se encuentra detrás de esa puerta. Asegúrate que tu hija clarividente no se entere de nada.

—¿Tan malo es?

—Es algo que podría destruir el mundo en segundos si se juntan todas.

Alessandra tomó rápidamente a Kaly y salieron del edificio. El motivo, darían una vuelta por el jardín e irían a preparar la cena de esa noche, ya que el sol comenzaba a caer y el cielo mostraba tintes naranjas.

Julie estaba confundida y asustada. El rostro de Alessandra daba cuenta de lo que ella tenía entre manos.

Ella rápidamente cruzó la pequeña sala donde estaban los juguetes de Kaly y abrió la puerta que conducía al taller. El ruido del choque de metales se intensificó.

—¡Ray! ¡Necesito hablar contigo!

Julie tubo que gritar para ser escuchada sobre el fuerte sonido que se estaba produciendo en el lugar. Ray estaba creando una especie de espada en un yunque, golpeándola para darle forma.

—¡Ray, esto es urgente!

A la segunda llamada, Ray escuchó la voz de Julie y paró su trabajo, retirando uno de los anuladores de ruido de su oído.

—¿Qué es lo que necesitas? Te vez un poco pálida. ¿Estas segura de que me necesitas a mí y no a Alessandra?

—Completamente. Tengo que hablar contigo de algo muy importante.

—¿Qué es? Platícame.

—Es sobre la perla.

De la misma manera que Alessandra, el rostro de Ray se transformó en segundos. Arrojó el trozo de metal con el que estaba trabajando en un recipiente con agua, causando un gran vapor.

—¡Sígueme! Solo espero que Melissa no vea esto, porque será muy difícil de ocultar.

Él comenzó a caminar hacia la salida del taller, siendo seguida por Julie, la cual seguía sin entender lo que pasaba. En lugar de dirigirse a la parte delantera de la casa, Ray abrió una puerta que estaba conectada a la cocina que solo los residentes de la casa conocían, ni Amelie ni Julie sabían de su existencia, menos las hermanas Blond, o al menos Kaly.

Pasaron por la cocina, encontrándose con Alessandra y Kaly en el lugar.

—¿Eh?

—Vaya, me equivoqué.

—¿Kaly?

—Mamá, ¿por dónde apareciste?

Alessandra, Ray, Julie y Kaly rápidamente mostraron su sorpresa, ya que no esperaban encontrarse en ese lugar. Ahora, el pasadizo secreto solo era desconocido por Amelie.

Ray salió rápidamente de la cocina y pasó hasta la sala, seguido de Julie. Alessandra hizo su mayor esfuerzo para evitar que Kaly descubriera lo que estaba sucediendo, ya que ella no tenía nada que ver. Era un asunto que solo un grupo privilegiado de personas sabía. Si siquiera Central o los Altos Mandos conocían sobre ello.

Ambos, Ray y Julie, caminaron por un pequeño pasadizo ubicado en una habitación junto a la sala. Esta era la entrada a la habitación de entrenamiento, por lo que ellos conocían la ruta a la perfección.

Julie seguía preguntándose qué era lo que sucedía en su corto trayecto.

En el momento en que ambos estaban en la sala, el color regresó poco a poco al rostro de Ray.

—Bien, ¿qué es lo que decías?

Julie estaba aún sorprendida, por lo que tardó en reaccionar y responder lo que Ray le preguntaba.

—Que una mujer llamada Vanessa me dio una esfera de color dorado, similar a la que tienen. Además, otra chica, Astrid, también apareció.

Definitivamente, el rostro de Ray estaba peor que antes. Él sabía mucho sobre las perlas, ya que las conocía de cerca, pero nunca había conocido personalmente a las dos chicas que Julie había mencionado.

—Es increíble que aún estés viva. ¿Te metiste en problemas con alguna de las dos?

—Pues, Astrid estaba amenazándome y Vanessa me protegió.

—¿Puedes mostrarme tu perla?

—La dejé en mi habitación.

—¡Corre por ella!

Ray revisó que la perla que portaba Kay estuviera en su lugar mientras Julie corrió a su “habitación” para recoger la pequeña cajita que dejó en uno de sus muebles. Al salir de su cuarto, se encontró con la figura de Astrid, la cual no dudó en atacarla, siendo repelida por Vanessa que, de nuevo, salvaba a Julie.



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En el texto hay: pasados oscuros, manipulacion, trianguloamoroso

Editado: 26.05.2021

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