Prólogo

Prólogo

—Ves esa estrella —señale una estrella brillante—le puse tu nombre a una estrella, sale siempre por el norte, está al lado de la constelación de las tres marías, grite a los cuatro vientos que te amo, y me escucharon unas personas, y me regañaron, pero no me importo.

—Eso es muy bonito —dijo sonrojada.

Me volteo de lado y ella hace lo mismo, quedando a pocos centímetros de nuestros labios.

—Se que no te he pedido que seamos novios, pero he estado esperando el momento perfecto para hacerlo, pero no sabía cómo.

—Cualquier momento es perfecto cuando estoy contigo —dijo quitando algunos cabellos que tenía en la frente.

Uno nuestros labios en un beso lento y tierno, me quedo admirando sus ojos azules, sus pupilas están dilatadas y puedo ver cómo sus manos tiemblan.

—¿Quieres ser mi novia? —suelto la pregunta, también mis manos empiezan a temblar.

—Si —su respuesta hace que mi corazón se agite más, es un efecto que solo ella provoca en mi

El policía camina detrás de mí con una mano en mi hombro guiándome por dónde debo caminar, tengo las manos al frente, esposadas, varios golpes en la cara y el cuerpo, sangre de Paulina en las manos y siento una opresión en el pecho, tengo ganas de llorar. Aún no puedo procesar todo lo que ha pasado en las últimas horas.

—Entra —el policía me empuja dentro de la celda, me quita las esposas y me encierra en ese lugar, me deslizó por la pared hasta terminar en el piso con las rodillas en el pecho, entierro la cara en el hueco de mis brazos, escuchó los quejidos de las demás personas que están en las demás celdas pidiendo que los saquen de aquí. Yo no tengo ganas de pedir lo mismo, aunque sé que no merezco estar aquí, mi preocupación está con la persona que está en el hospital luchando por su vida y que en este momento debe estar odiándome.