Capítulo 0

Cinco años antes.

—Son muy extraños.

—No te acerques a ellos.

—Me atemorizan.

—Tienen algo sombrío.

Aquellas fueron las primeras palabras salidas de la boca de las personas del pueblo al escuchar tan inesperada noticia.

Yo suspiraba entre aquel mar de cuerpos y me dirigía a casa.

Desde hacía unos días tenía unos nuevos vecinos y todos no hacían más que hablar sobre ello y cada día me tenían más harta.Era como si ellos fueran el nuevo  centro de la ciudad,aunque no me extrañaba y no estaban lejos de serlo,más sabiéndose el hecho de que casi nadie solía mudarse a la ciudad,mucho menos a mitad de año.Así que ellos eran la novedad,una novedad de la que nadie paraba de hacer comentarios de todos tipos y muchos sin sentido.

Lincefill era el pueblo maravilla,el lugar donde casi todos quisieran vivir.No habían robos,no habían peleas y todos parecían mantener un perfil bajo.Era el sueño hecho realidad de todas aquellas personas que soñaban con un mundo lleno de paz.Porque aunque costara creerlo Lincefill era un mundo a parte,un mundo que parecía tan subreal que se podía creer sacado de un cuento de hadas.¿Por qué,quién no soñaría con vivir en un lugar tan perfecto y pacífico?.Muchos soñaban con ese privilegio y yo tenia la dicha de disfrutar de una vida allí.

Yo era la chica normal.La que tenía sus amigos pero no un montón de ellos. Solía hacer pijamadas con mis amigas e ir al cine de vez en cuando o de cuando en vez pero fuera de eso, mi vida era lo que se decía algo aburrida,falta de emoción.

Aunque tal vez,solo tal vez esto cambiara con la llegada de ellos.

Según decían todos ,ellos eran muy extraños.Aunque tal vez esto no era algo malo, pero conociendo a las personas del pueblo los tacharían de raros y al mes nadie se les acercaría. Un gran papel jugaba en esto el lugar a donde se habían mudado.Mientras yo vivía en el centro del pueblo mis nuevos vecinos se habían mudado a la parte mas aislada de todo el lugar,un lugar que no hacía más que dar temas de conversación entre los habitantes del pueblo.

Un lugar que decían que estaba maldito,pero ellos sabían esto.Tal vez no eran supersticiosos como las personas del pueblo y no se dejaban guiar por estas cosas o tal vez esto era lo que les gustaba del lugar.

Sonreí por un instante.

Por primera vez alguien no estaba sometido a los regimenes y supersticiones de mi pueblo perfecto,pero también estricto.Pero esto por mas que a muchos les aterrara en cambio a mi no hacia mas que despertar toda mi curiosidad y atención.

Yo aún no había  visto a los desconocidos pero puesto que yo presumía de conocer a todos los habitantes del pueblo esto no sería algo especialmente difícil,por el contrario.

Yo solía viajar mucho hacia el bosque aunque claro estaba que nadie sabía  de mis escapaditas nocturnas ya que por todos podría ser tachada de bruja y nadie quería  esto,que una joven habitante de su pueblo a la cual conocen de niña fuera acusada de bruja.La culpa les carcomería dejando sin sueño y vagando sin sentido alguno a estas personas y entonces en su lecho agónico creerían ya bordes de la locura que deberían de haber muchos más raros y esto haría  que comenzara una infernal caza de brujas.Por esto todos en el pueblo solíamos mantener un perfil bajo,para no ser tachados de raros.¿Pero a quién le importa lo que piense el pueblo?,esas serían las palabras pronunciadas por un desconocido ajeno a todo lo que ocurría en mi perfecto pueblo ya que aunque fuera así  estaba lleno de supersticiones y si uno hacía algo raro claramente estaba, que sería acusado y juzgado por el pueblo así  fuera inocente, ya que aunque falsas fueran las palabras pronunciadas en contra de las personas que solían hacer cosas fuera de lo común como escaparse en la noche al bosque,estas palabras seguirían teniendo significación  porque así  lo había  decidido el pueblo y si decidían que yo era una bruja estaba perdida. Aunque claro está  que no era así  solo que no sería del prototipo llamado una persona normal en mi querido pueblo,solo que esto nadie lo sabía ya que desde pequeña había  aprendido muy bien el arte de la perfección una perfección  que por supuesto era fingida ya que en cambio aunque en mi pueblo no creyeran que alguien no podría ser simplianamente perfecto estaban muy lejos de la verdad ya que la perfección, en la tierra no existía tal cosa,solo los seres ignorantes creían en aquello y yo por más que quisiera no podía opinar ya que carecía  de voz y voto.Por lo tanto trataba de que nadie me notara y sobretodo nadie descubriera mi secreto acerca del bosque porque aunque no hiciera nada malo ,sería acusada y esto significaría mi fin.

Aunque bien yo podría estar exagerando debido a los tantos cuentos que había  escuchado desde pequeña,cuentos que actualmente me tenían aterrada, ¿pero que podría  decir?,según mi padre la frase que me enseñó  que me vendría bien en este lugar sería  <<hasta a  el diablo lo podrían culpar un día aún habiéndose sabido lo inocente que era por primera vez>>,y la frase que yo agregaría <<mejor prevenir que lamentar >>y e aquí mis razones por las cual debía seguir tratando de ser perfecta aunque estuviera lejos de serlo .Porque aunque posiblemente no me pasara nada si descubrieran que iba al bosque sola en la noche no estaba lista para descubrir que pasaría  si fuera justo lo contrario y sucediera todo lo que había  temido.

Seguí  mi camino sin mirar hacia atrás,camino treinta minutos más hasta que llego a mi casa,no sin antes haberme encontrado a dos o tres compañeros de la escuela y un que otro niño revoloteando en los parques ya que aunque pudiera parecer que no en un principio debido a las tantas reglas y normas,este era por lo general, un lugar feliz.

—Mamá,papá ya estoy en casa.—grito desde la salita mas nadie parece responderme por lo que asumo que aún no han llegado del trabajo.

Subo las escaleras y me dirijo hacia mi habitación a realizar mis deberes.