Take Me

Capítulo 1

Seguí sentada en la hoguera escuchando aquella leyenda popular que le contaban a todo el pueblo desde que eran niños.

Era una leyenda sobre algo que según decían todos había ocurrido hace muchos miles de años. Pero a todos les encantaba contarla y más a los adultos. Aunque suponía yo que era de seguro porque así desde siempre podían alejar a los pequeños. Así nos asustaban para que nunca se nos ocurriera ir hacia el bosque, para que le temiéramos como a cada cosa fuera de lo normal, para que temiéramos tan solo acercarnos, para que nos diera miedo hasta el hablar de él, porque para todos era el lugar más peligroso y antes podría haberlo negado pero ahora, no podría hacer nada frente a esas acusaciones porque era cierto. Nadie debería acercarse al bosque, por lo menos ya no. Antes podría haber sido pero ahora aquel era un lugar completamente diferente y por esto lo más conveniente sería hacer caso a todo aquello que decían ya que lo mejor era mantenerse alejado.

—Y bailaron una y otra y otra vez día y noche hasta que se desmembraron.

Yo sonreí algo incómoda a la casi finalización del aterrador cuento hasta que de pronto siento una respiración en mi cuello, me tenso poco a poco y comienzo a respirar pausadamente cuando escucho un: boooh

Casi muero del susto pero me recompongo lentamente para darle mi peor mirada a Sarah.

—Menudo susto me has dado podía haberme desmayado.—suspiro profundamente, más ella me sonríe. —Por favor si tú eres doña valiente.

Eso se creía ella, más no era así.

Jadia terminó el cuento y junto a Sarah nos dirigimos en dirección a la pequeña tienda de campaña.

Habíamos venido a acampar al parque como hacíamos todos los años desde que éramos amigas. Ya esto se había convertido en una tradición que aunque quisiéramos no era una tradición de amistad, más bien una de esas sosas tradiciones escolares, una que se realizaba en nuestra institución cada año y esto casualmente ocurría desde que éramos amigas así que lo considerábamos la tradición de amistad aunque bien sabíamos que esto no era así.

El parque siempre era el lugar elegido para acampar ya que en los planes escolares jamás estaría llevarnos al lugar que según se suponía sería el mejor para aquello, el bosque.

Desde hacía unos años empezaron a ocurrir extraños acontecimientos como desapariciones, asesinatos o muertes repentinas sin haber encontrado nunca ni tan siquiera un sospechoso en ese lugar que antes de todo eso solía ser mi refugio, un escape de mi perfección. Pero ya esto no era así. Ahora ese lugar se había vuelto sombrío y tenebroso de una manera que me aterraba.

Aunque no fuera la mejor elección en otros lugares el parque era considerado un buen lugar para acampar, con verdes pastos. Mucho espacio disponible y árboles frondosos que le daban el estereotipo de un lugar que se podría considerar parecido a un bosque.

—Tierra llamando a Angelie. -dice Jadia a la vez que agita sus morenas manos frente a mi rostro.

—Bueno chicas ya vayamos a dormir. Hoy fue un día largo. —me envuelvo en una sábana y me tiro en el suelo para unos segundos después sentir que la tienda se sacudía un poco con el peso de otros dos cuerpos.

Me incliné un poco y cerré el zíper de la tienda para luego volver a mi antigua posición y mirar el techo una y otra vez hasta que cerré los ojos y me permití dormitar.

(...)
Lentamente me remuevo y despierto con una rara sensación hundiéndose y calando en mi pecho. Una que hacía años no había vuelto a sentir, no desde aquella noche. La sensación de que me llevaba, la sensación de que él me llamaba, la sensación de que el bosque me invitaba a explorarlo.

Entonces por un instante me permití romper la barrera y soltar a aquella niña aventurera que en antaño había sido una vez. Aquella niña que le gustaba explorar y consideraba al bosque, su hogar.

Sonreí lentamente y cuidadosamente miré hacia los lados para percatarme de que todo estaba en orden, mis amigas se encontraban durmiendo.

Con mucho sigilo me levanté de la tienda y luego con un poco de cuidado abrí los cierres para así poder deslizar mi cuerpo hacia afuera.

Observé a los alrededores esperando encontrarme la guardia que me detendría de mi fantástico plan y haría que se supiera la verdad de mi rareza, al esa persona contar lo que me encontraba haciendo justamente fuera de la tienda sola y a estas horas de la noche. Más no era así ya que la profesora que hacía de guardia, ahora mismo se debía encontrar por lo que sería el quinto sueño.

Aproveché aquello y sin miramientos me lancé hacia mi huida. Una vez estuve fuera de los radares de visión y lejos del parque caminaba por las desoladas calles de mi pueblo cuyo toque de queda era a las once en punto y esto hacía que fuera de esa hora la actividad local fuera nula por lo tanto ya todos se encontraban dentro durmiendo o trabajando desde la comodidad de sus casas.

Caminé despacio sintiendo las pisadas de alguien porque sabía perfectamente que me seguían y eso por más que me extrañara no me asustaba. Simplemente me mantenía neutral y sin ningún sentimiento acerca de eso por lo menos en ese segundo ya que luego, el sentimiento cambió aunque no necesariamente para mal a pesar de que en un principio eso es lo que se pudiese creer.

Aquello me hizo acordarme de aquel día horroroso en el que supuestamente había estado soñando, pero algo en mi sabía que esto no era así que nada fue causado por mi exuberante imaginación y que cada cosa, cada momento de aquella noche había sido cien por cien real y en esto mi mente no había sido partícipe, para nada.

Recordé aquel día increíble pero la sensación de aquella noche difería por mucho con esta a pesar de que aquel día también lo había sentido, sentido el bosque. Pero en cambio la sensación que experimentaba actualmente era una sensación de calidez y bienestar mientras que en aquella noche solo había sentido el miedo y el horror.




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