Take Me: Tómame

Capítulo 11

Tres años atrás﴿

—La meditación libera el cuerpo y lo prepara para lo que tienes que hacer…

Escucho la voz de Tyra alrededor de mí. Buscamos un lugar alto entre el bosque, sus pasos hacen crujir el pasto mientras que mis rodillas comienzan a sentirse adoloridas por tenerlas dobladas de esta forma. Sentada sobre mis pantorrillas y con las manos en el regazo trato de respirar profundamente y concentrarme, visualizar mi objetivo, visualizar a Gideon, plantearme cómo demonios lo sacaré de esa maldita academia para matarlo, ¿qué tan difícil puede ser?

—La meditación despeja tu mente, te libera del rencor y todo aquel sentimiento que pueda intervenir en el éxito de tu misión…

—Me duelen las rodillas— le digo algo molesta, no puedo liberar mi mente, solo me concentro en ese dolor punzante, ¿cómo puede esperar que esto funcione?

—Creo que si va a correr tanta sangre sería bueno darle un sentido útil, ¿no?—, la voz de Björn se hace escuchar y por fin abro los ojos.

—¿A qué te refieres?—, le pregunto haciendo caso omiso a la meditación.

—Creo que ha pasado bastante tiempo desde la última vez que ofrecimos algún tributo a los dioses…

—No, no, no… no puedes estar hablando en serio— me levanto con dificultad, mis articulaciones rechinan como bisagras sin aceite y bien oxidadas.

—¿Por qué no?

—Eso es bárbaro… por favor… no estamos en sus épocas de expansión y conquista, esto es una venganza… así de sencillo.

—Sacrificar a tus enemigos te puede beneficiar, los dioses te verán con clemencia y benevolencia…

—Creo que Björn tiene razón— interrumpe Tyra antes de que continúe renegando.

—¿Tú también?—, me siento algo desilusionada, de todos los que he conocido creí que Tyra era quien mejor había evolucionado con el paso de los años y se había adaptado de forma más adecuada, pero… ¿en verdad apoya una práctica tan arcaica?

­—Me refiero a que si lo haces bien, posiblemente llames la atención de las nornas— me habla como si yo le entendiera.

—¿Nornas?—, repito el nombre algo confundida.

—¡Por Odín!, ¡cuánta ignorancia!—, grita Ragnar quien retoza a la sombra de un árbol.

—Las nornas o nornir son espíritus femeninos…— dice Björn caminando hacia el borde del risco en el que estamos —… y hay tres principales, tres que he conocido y que han estado presentes en la vida de los Lodbrok…

—Urd, “lo que ha ocurrido”, Verdandi, “lo que ocurre ahora” y Skuld, “lo que debería de suceder”…— responde ceremoniosamente Tyra.

—Es demasiado misticismo para mí… no estoy acostumbrada a esta clase de cosas— levanto las manos en forma de rendición y retrocedo hacia los árboles donde se encuentra Ragnar.

—Se dice que cada vida es un hilo que pertenece a un gran tejido, esos hilos se entrelazan o se separan, incluso jamás se llegan a encontrar, pero quienes hilan esos hilos son las nornas… ellas saben lo que pasó, lo que pasa y lo que pasará...— Tyra se regocija con ver mi cara de confusión.

—Bieeeeeen… ¿en verdad creen que eso existe?, sean sinceros por favor…— busco en la mirada de alguno de los tres una pizca de cordura.

—¿Necesitas ver algo con tus propios ojos para creer que existe?, ¿el viento existe?, ¿el calor?... ¿por qué dudas de tus raíces y tus creencias?, ¿por qué dudas de la magia que nos rodea cuando tú eres el ejemplo claro de que existe?—, Ragnar se levanta y sacude sus pantalones mientras comienza con su clase de lógica avanzada —eres una inmortal y no cualquier inmortal, eres nórdica, descendiente de una de las familias más importantes de Suecia… eres una Lodbrok.

—Has visto cosas que han cambiado tu percepción de la vida, monstruos ocultos entre los árboles que solo viven en las pesadillas, los has enfrentado… ¿dudas que sean reales?

—Tyra… eso es diferente— me cruzo de brazos.

—¿Por qué debería de ser diferente?, estas aquí, frente a nosotros después de que tu vida acabara, despertaste en la morgue, te llevaron ahí porque tus signos vitales eran los de un cadáver… y aun así… estás de pie frente a nosotros… ¿por qué no creer que hay más allá de lo que ves?

—Porque… siento que es como abrir la caja de pandora, temo lo que seguiré encontrando— respondo lo más sincera posible.

—Existe, con tu miedo o sin tu miedo… acéptalo y enfréntalo— la mano de Björn se posa en mi hombro tratando de ser cálido. —Las nornas existen, son inmortales como nosotros que han aprendido a entenderse con la naturaleza y esa energía, material de sueños dulces o pesadillas… ella son mujeres antiguas, viejas valquirias que aún creen en todas esas creencias de las cuales tu dudas, si tus sacrificios son dignos, ellas vendrán a ti y podrías obtener grandes beneficios.

—¿Qué beneficios?—, tal vez eso cambie todo mi parecer.

—Poderes jamás antes vistos…— responde Ragnar recargado en el tronco de un árbol, con las manos cruzadas y una sonrisa amplia.

—Las nornas son ese puente entre los dioses y nosotros…

—“Dioses”, ¿creen que podrán meterme a una religión pagana cuando ni siquiera he sido buena cristiana?




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