Take Me: Tómame

Capítulo 15

Tres años atrás﴿

—Bien… creo que tus objetivos no son lejanos a lo que la mayoría de los inmortales piden o exigen… creo que es de lo más natural— dice Urd caminando por las mesas mientras mis demás compañeros inmortales ven a las nornas con fascinación —pero… ¿tienes un plan?, de simple voluntad no se hacen las cosas.

—Bueno, rastrearlos, identificarlos y matarlos…— digo como si fuera algo sencillo y creo que para mí si lo es.

—Dijiste que Gideon ascendió como director de la academia de policías… ¿cómo fue eso posible?—, pregunta Tyra, es la que menos mira a las nornas, incluso pareciera ignorarlas.

—Sí, él era un simple usurero, compraba todos los artículos que ellos robaban u obtenían de sus víctimas…

—Si alguien tan insignificante en la línea de jerarquía llegó a director de academia, no me imagino los demás— dice Björn con los brazos cruzados y meditando.

—Claramente buscará para sus hombres más cercanos un lugar con más renombre— aporta Ragnar acercándose con curiosidad a Skuld mientras ella sonríe de forma nerviosa.

—Sabrás donde están, pero será más difícil llegar a ellos, tendrás que detenerlos antes de que ocupen su cargo si quieres el menor número de víctimas— dice Tyra.

—Para eso, necesito estar en un lugar que me permita enterarme de todo, saber cómo actuarán, cuando tomarán el cargo y que cargo será…

—La policía— responde Ragnar sonriendo mientras juega con uno de los mechones de cabello de Skuld —¿estás lista para volverte aquello que juraste destruir?... me refiero a una policía corrupta, sino ¿de qué modo planeas enterarte de los planes más profundo de Burak?, piénsalo… tendrás que codearte con hombres desleales, pagar por información, será divertido— sonríe emocionado y sus ojos azules relumbran de esa forma diabólica.

—¿Cómo planean que regrese?, todos conocen mi rostro, todos saben quién soy y un cambio de color de cabello no será suficiente para que crean que soy a alguien más— les digo levantándome de mi asiento. De pronto las nornas se ven entre ellas y después a mí.

—Creo que podríamos ayudarte con eso— se acerca Urd y me ve fijamente —podemos hacer un cambio radical… si tu piel es blanca, la volveremos color ébano, si tus ojos son azules, serán oscuros, si tu cabello es rubio se volverá negro… nadie notará quien eres…— de pronto voltea exclusivamente a Skuld quien asiente con una sonrisa tierna y agita su cabeza de arriba abajo —…funcionará.

—¿Cómo piensan hacerlo?, ¿cómo es posible que eso pase?, ¿maquillaje?—, pregunto angustiada, no me gustaría que el proceso fuera doloroso.

—Seidr— responde Verdandi seriamente.

—Necesitamos algo que concentre la magia, no podemos aplicarla directamente en ti, podrías quedarte así de forma permanente, a menos que esa sea tu intención, necesitamos algo que te puedas poner y en cuanto lo hagas cambie por completo tu físico— me explica Urd pasando su vista por el lugar.

—Unos lentes— dice Ragnar sonriendo de oreja a oreja.

—¿Unos lentes?—, le pregunto subestimando un poco su inteligencia.

—¿Por qué no?, a superman le funciona— levanta los hombros divertido y de nuevo ese maldito brillo en sus ojos.

 

Me veo ante un espejo, recorro con las yemas de mis dedos mis mejillas, mi piel está pigmentada tan natural, mis ojos e incluso mis rasgos son diferentes, el tamaño de mi nariz, es como ver a alguien más frente a mí, alguien a quien no reconozco.

—Solo tengo una queja— digo en voz alta mientras las miradas de todos recaen en mí, sorprendidos del cambio —¿cómo mantendré los lentes en su lugar si tengo que pelear o me caigo?—, todos voltean a ver a Ragnar esperando que solucione su brillante idea.

—Pues… no te caigas… ¿es tan difícil?—, levanta los hombros y sonríe como si fuera útil su consejo.

—Descuida, los lentes solamente te los puedes quitar tú, ninguna caída u otra persona podrá quitártelos a menos que tú quieras, pero te recomiendo que te los retires por lo menos en la noche antes de dormir, que te veas aunque sea unos minutos al espejo como en verdad eres, no es sano vivir otra vida y verte de otra forma, llegará el momento en el que no recordarás quien eras y podríamos perderte… ¿entiendes?—, me advierte Verdandi, expresando preocupación en su mirada.

—Entiendo…— admito que sus palabras me dan un poco de miedo.

—Bien, ahora ¿qué sigue?—, pregunta Björn viéndome con una sonrisa, pero sus ojos parecen temerosos.

—Le haré una visita a un viejo amigo— les digo con una sonrisa malvada, segura de como regresar a la policía.

 

Llego hasta el departamento de policía, un edificio grande y gris, con la bandera del país ondeando, un monumento a la justicia y el honor, o eso debería de representar. Los uniformados salen y entran del lugar, algunos con su desayuno en la mano otros con algún detenido, metiéndolos a empujones. Un par de patrullas se encuentran estacionadas frente al lugar; paso entre ellas y entro por el lugar con toda la seguridad del mundo, una vez atravesando las puertas, veo todo, no ha cambiado mucho, solo han cambiado las caras.




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