Take Me: Tómame

Capítulo 19

Por un momento se me olvida a lo que vine, veo todo con admiración, me acerco a los escudos, parecen viejos y que han formado parte de batallas pasadas, con la madera golpeada, sumida y en algunas partes incluso abierta, puedo imaginar que fueron atravesados por flechas o tal vez espadas, ¿cuántas historias guardan esos artefactos?

—¿Karime?, ¿entonces?, ¿crees que sospechan de Cárter?—, Tyra insiste de forma educada, llamando mi atención de regreso al tema.

—Akos no quiere pensar así, pero… me confesó que teme que si “la teniente Ortega” no es la asesina, entonces… es una cómplice— tuerzo la boca y bajo la mirada —si él cree eso, no me imagino Doherty.

—Así que nuestra pequeñita está arruinando todo— sale de una de las puertas un tipo rubio, con cabello largo y unos ojos azules como los de Tyra, como los de Björn, como los de Cárter, ¿será algún familiar?

—Ragnar, silencio… deja que termine de hablar con la doctora Karime, ¿quieres?—, le recrimina Tyra, aparentemente molesta.

—¡¿Ragnar Lodbrok?!—, sin pensarlo dos veces corro hacia él y lo veo de cerca, tal vez invadiendo su espacio personal. Me ve con sorpresa, retrocede intimidado, ¿en verdad estoy siendo impertinente?

Tyra me toma de los hombros alejándome de quien sospecho que es su hermano, retrocedo un par de pasos sin quitarle la mirada de asombro y provocando las risas de quienes están presentes viendo tal acto.

—Sí, es mi hermano, Ragnar… pero ese no es el tema, lo importante es Simone— me dice Tyra con paciencia.

—¡Sí!, de hecho…— giro sobre mis talones para poder verla a ella —…Akos le pondrá una trampa.

—¿Una trampa?—, pregunta Björn preocupado, como buen padre.

—Si… en unas horas irán a vigilar al que sospechan que es el siguiente en la lista de la asesina, todos esperan que haga su acto de presencia, Akos llevará “Ortega” aunque no quiera, claramente… si no aparece la asesina, será un motivo más para desconfiar de Simone y lo peor que puede pasar es que la procesen por complicidad…

—Que ambas individuas no estén en el mismo espacio-tiempo no significa que sean la misma… ¿no?, no debería de ser motivo para desconfiar de “Ortega”— dice Ragnar caminando entre las mesas, toma una manzana de un frutero cercano y la avienta un par de veces al aire para volverla a atrapar.

—Tal vez, pero si pasan los días y nada ocurre…— levanto los hombros esperando que deduzcan lo que pasará sin que tenga que decírselos.

—¿Sabes dónde estarán?—, pregunta Tyra con interés.

—Sí, sé en donde estarán— contesto con seguridad.

—Bien, la asesina irá… mataré al siguiente en la lista y enfrentaré a la policía— dice emocionada, como si fuera una oportunidad de oro.

—¿Los lastimarás?—, no puedo permitirlo, creo que ese es un límite que no se debería de cruzar.

—¿Hay algún problema si lo hace?—, de entre las sombras aparece un tipo desgarbado, demasiado delgado, con un dragón tatuado en la cara y media cabeza afeitada. Tiene mala pinta.

—No deben de morir inocentes— le digo con voz temblorosa, de pronto me siento intimidada, toda la alegría y la euforia por conocer a estas personas se va.

—Jajajaja ¿inocentes?, es claro que nunca has estado en el candor de la batalla… en ese punto el hacha desconoce la carne inocente de la del enemigo, todos son iguales, todos sangran de la misma forma jajajajaja— camina hasta sentarse sobre una de las mesas, su mirada se queda clavada con fuerza en mí. De pronto Björn se pone entre él y yo, sirviéndome como un escudo de dos metros.

—Ivar… cállate, no has querido ser partícipe de esto y cuando lo intentas, solo causas más problemas…— le recrimina con voz grave y de pronto algo hace clic en mi cabeza, ¿habla de Ivar?, ¿Ivar el deshuesado?, ni siquiera los historiadores hablan bien de él.

—Jajajajajaja el hijo favorito, el guerrero ejemplar… ¿crees que tus palabras siguen repercutiendo en mí como antes?—, Ivar se levanta de la mesa y se acerca retadoramente —ya no te tengo miedo, no eres el valiente guerrero desalmado que todos conocían, no… eres un padre llorón que abandonó a su hija y ha regresado para cumplir su capricho… ¿por qué estamos en esta guerra?, ¡no es nuestra!—, grita hacia todos, buscando alguna señal de complicidad en el rostro de los demás —está es la guerra de Simone, ¿por qué tendríamos que seguirla hasta el Hel?

—Porque somos familia… así de sencillo, sus guerras son las nuestras… nos pidió ayuda, se la daremos… ¿entendido?—, dice Tyra ahora siendo el muro entre Ivar y Björn.

—Tu ni siquiera me hables— le dice Ivar apretando los dientes.

De pronto mi atención viaja hacia Ragnar, es el único que se ha quedado escuchando atentamente todo el embrollo y haciendo caras de pesadumbre, poniendo los ojos en blanco y levantando las cejas cada vez que algo no le agrada. Cuando el silencio domina el lugar, toma su posición como líder, levanta las manos y se sube a la mesa para que todos podamos verlo hacia arriba. De pronto salen otros hombres, es como si por generación espontánea los vikingos de hace siglos hayan traspasado la barrera del tiempo y estuvieran aquí, preparándose para las ordenes de su rey.

—Suficiente, Ubbe… llévate a Ivar de aquí ¿quieres?—, dice Ragnar y un hombre tan alto como Björn, pero del doble de su peso se acerca al conflictivo, lo toma de los hombros y lo alienta a regresar a uno de los cuartos mientras que el rey se masajea las sienes con molestia —bien… no dejaremos que nuestra querida valquiria se pudra en una cárcel del midgard… ¿estamos de acuerdo?




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