Take Me: Tómame

Capítulo 25

Camina de un lado a otro, con la angustia en su rostro y  tronándose los dedos, decidiendo si puede confiar en mí, si es una opción sincerarse conmigo mientras yo me mantengo a la expectativa, viendo con tristeza cada marca de diente, cada moretón, cada herida que le causaron.

—Si te digo lo que sé… ¿me protegerás?—, su pregunta cae como un enorme peso sobre mi corazón, ¿en verdad podré protegerla?

—¿A qué te refieres?

—Sabes a que me refiero… a este lugar vienen personas de mucho dinero e influencia, principalmente a este piso, si alguien se entera de que te di información importante y con esa información cometiste algo significativo, empezarán a buscar culpables… no me pienso arriesgar por hacer lo correcto, no voy a poner en juego mi cabeza sino me aseguras que nada me pasará…— supongo que tiene razón, puede estarse jugando el pellejo al decirme algo.

—Bien… ten conseguiré una casa de seguridad con vigilancia mientras todo se aclara— me levanto de la cama y me planto frente a ella.

—¿Quién eres?, claramente no eres cualquier policía… y si no eres cualquier policía puedes ofrecerme algo mejor.

—¿Algo mejor?—, me sorprende su ambición y la mente tan afilada.

—Quiero que me lleves a donde sea que tú y el señor “cabeza hueca” estén…— hace un movimiento con la cabeza que me termina de aclarar que se refiere a Ragnar —…si estoy donde tú estás, me sentiré protegida, sabré que en verdad te importa mi seguridad y podré ir contigo si necesito que me protejas.

—¿Qué te hace pensar que yo te podría proteger de Burak?

—Pues… más te vale hacerlo si en verdad quieres la información, no se trata de una seguridad, se trata de una motivación… tendrás que hacerlo, no podrás deslindarte de mí tan fácilmente— me agarra del brazo con una mano, pareciera suplicante. Por un momento me imagino llevándola al refugio, no creo que sea una opción.

—Si eres parte del grupo de Burak, llevarte conmigo sería demasiado peligroso…

—¿Qué?—, decepcionada de mi comentario, extiende sus manos como si quisiera que la viera por completo —¿crees en verdad que puedo ser parte de esos trúhanes?, mira lo que me han hecho… dudo mucho que entre ellos se lastimen de esta forma— se acerca lo suficiente hasta que termino con su rostro cerca del mío —me violaron, me golpearon, me mordieron…— con cada palabra sus ojos se llenan de lágrimas —…sé que este es un trabajo que tal vez no me hace la mujer más respetable del mundo, pero… esos malditos nos tratan como basura, mientras algunos hombres dejan sus riquezas por tener un par de horas con nosotras, ellos nos maltratan… nos humillan… pasamos de ser mujeres hermosas  y deseadas a su basura— su labio inferior tiembla, parece que su dolor es sincero —claro… jamás lo entenderías.

¿En verdad no la entiendo?, yo estuve en su lugar, incluso fue peor, y recuerdo perfectamente lo que se sentía ser ultrajada, golpeada y humillada solo para satisfacer a un hombre que te ve como un pedazo de carne, ver como tus compañeras son tratadas de la misma forma y desaparecen una por una, ¿por qué?, solo por ser más viejas, por subir de peso, por no satisfacerlos con el mismo gusto, incluso porque ya no gritan como al principio, porque lloran mientras las lastiman o porque simplemente ya no le son atractivas, su destino pudo ser el mío, aunque yo no me dedicara a esto, me infiltré como una de ellas y supe en carne propia lo que se siente ser solo un objeto que creen que no tiene sentimientos y no siente dolor, ¿tengo tan poco corazón como para no intentar protegerla y liberarla de este sufrimiento?

—Bien, te llevaré conmigo…— suspiro con algo de pesar, ya me imagino lo que dirá Ragnar —…pero… ¿cómo te saco de aquí?—, me sonríe con ternura y a la vez orgullosa de cumplir su cometido.

—Tranquila, aquí también tengo un horario que cumplir, pasa por mí en dos horas, nos vemos en la dulcería de enfrente— me guiña un ojo.

—¿Así de sencillo?

—Jajajaja Marie, nuestra madrota no es tan estricta como crees, no es una esclavista pese a su imagen y su roll en todo esto, tenemos un horario, nos hace estudios cada cierto tiempo, después de todo no sería conveniente que nuestros clientes se infectaran de algo… estamos 100% libres de SIDA, gonorrea, sífilis y hasta ladillas— me guiña un ojo orgullosa —tenemos prestaciones y un horario fijo, no es tan malo, lástima que no todos los lugares sean así, ¿no?

—Bien, en dos horas en la dulcería de enfrente… está perfecto— tomo mi chamarra para volvérmela a poner cuando ella me detiene.

—Aun tienes tiempo…— cuando me dice eso me da un beso en la comisura de la boca —…no querrás desperdiciarlo o ¿sí?—, sonríe pícaramente continuando lo que había empezado, desabrochando mi blusa lentamente —podemos hacer muchas cosas productivas, relajarte un poco, tal vez… un masaje… algo que te quite el estrés, te destense… no sé… piénsalo— salto hacia atrás separándome de ella y volviendo a abrochar mi blusa.

—No lo creo, no vine a eso, lo siento— me sonrojo y retomo mi iniciativa por cubrirme.

—Vamos, prometo no morderte… a menos que eso quieras— me guiña un ojo de forma coqueta.

—¡Ja!, es en serio, estoy bien… gracias por… tu ofrecimiento— se cruza de brazos algo desilusionada por mi actitud.

—Bien, ya tendremos tiempo para un acercamiento más íntimo— parece que no se dará por vencida.




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