Take Me: Tómame

Capítulo 34

—Son medios hermanos, pero aun así han estado para ti, principalmente Ubbe, Halfdan e Ivar… bueno… pensándolo bien, sigamos dejando a un lado a Ivar— aunque quiera no hay nada bueno que decir de ese tonto.

—Mi padre tuvo tantas amantes… y tuvo también la suerte de que todas ellas hayan sido inmortales… o por lo menos en su mayoría… quiero saber lo que es tener una compañera para siempre como mi padre alguna vez la tuvo… o… las tuvo…

—Que sea inmortal no significa que sea para siempre… ahí tienes a tu padre y lo sabes… Ladgertha, tu madre, murió lejos de tu padre cuando su tiempo llegó, Aslaug… madre de Sigurd, Ivar, Ubbe y Halfdan… también lo dejó, Thora, la madre de Rognvald también se fue… ¿sabes por qué?

—Era un cabrón— responde Björn cruzándose de brazos.

—Pues sí, lamento decirte que sí, pero esa no era la respuesta que esperaba— no voy a negar que Ragnar no ha sido el mejor hombre, puede ser un hermano excepcional y como padre… bueno, no es el mejor, pero tampoco es malo; si hablamos como pareja… es todo un hijo de puta. —Todas se fueron, porque él solo se guio por la belleza y ellas se hicieron falsas ideas, eso fue lo que ocurrió, al final… no funcionó.

—¿Lo dices por Sigyn?—, de nuevo tuerce la mirada disgustado.

—Björn… sabes que yo nunca tuve hijos… sabes que mis aspiraciones se concentraron en ser una “valquiria”, una dama escudera… defender a mi hermano y pelear a su lado, sabes que para mí, tú fuiste una alegría, te cuidé cuando Ladgertha salía a pelar con tu padre, esa vez del asedio a Paris aun la recuerdo, te volviste como mi propio hijo… y te protegí hasta donde pude… jamás haría algo malo para ti… lo sabes…

—Lo sé… y… el sentimiento es reciproco… te quiero más que a una tía, eres como mi madre… ¡por Odín!, te quiero más que a Ragnar… y eso también lo sabes, por eso quise que fueras la primera en conocer a Sigyn, porque eres la única de la que deseo su aprobación.

—¿Aprobación?—, el miedo cree cada vez más.

—Sí… quiero unirme a Sigyn… quiero estar con ella.

—No la conoces…

—La conozco lo suficiente… créeme.

—Pareces un adolescente… nunca hiciste algo así de joven, ¿por qué lo haces ya de viejo?

—Tyra… estaré con Sigyn, te guste o no… pero haría una gran diferencia que lo aceptaras y me apoyaras— me lo pide con paciencia, sabe que no será fácil, de nuevo volteo hacia Sigyn que permanece a distancia con sus manos sobre su regazo y viéndonos fijamente, sé que no nos escucha, pero pareciera que lo hace.

—No lo sé… yo…

—No te obligaré a que la aceptes, pero no me obligues a dejarla…— regreso mi atención a él y me quedo congelada, está determinado —…tu munr te motivo a venir, tu hugr te trajo aquí, es lo mismo… mi munr me dice que tengo que estar con ella, que la quiero a ella y mi hugr lo hará posible, lo quieras o no… tu o los demás.

—Björn… solo prométeme que la conocerás antes de llegar más lejos con ella…— lo tomo de ambos brazos y trato de que sus ojos se posen en los míos —…prométeme que harás bien las cosas.

—Te lo prometo— me sonríe de nuevo con ese cariño de siempre y besa mi frente.

—Bien… está bien.

—Entonces… ¿la aceptas?

—Sí, ya veremos… ¿vale?—, le doy una palmada en el hombro, pero siento que las cosas no saldrán bien, es como ver la tormenta avecinándose y no tener donde esconderse.

—Me abraza de nuevo con la misma energía y me levanta del piso, después de estrujarme me vuelve a dejar y corre hacia Sigyn, mientras yo me acerco le dice la buena nueva, mi resolución que no parece ser un total sí, pero tampoco es un total no, suficiente para generarle ilusión a ambos. Se abrazan y se besan con cariño, mi estómago se revuelve y antes de irse veo una última vez a Sigyn, quien parece ocultar más de lo que su simple apariencia muestra.

—¿Es un primo?, ¿vecino?, ¿hermano?—, escucho detrás de mí una voz irritante mientras veo partir a Björn de la mano de Sigyn, cuando volteo veo a ese moreno de fuego a mi lado, viendo en mi misma dirección sin percibir el peligro como yo. —¿Algún ex novio que vino a restregarte su nueva adquisición?

—Es… mi primo— le digo apretando los dientes.

—Ah… ¿te vino a presentar a su novia?, supongo que son muy unidos…

—Mucho…

—Y por lo que percibo… no te agradó la chica, aunque desde este punto parece todo un bombón.

—Caipora… no tenemos que socializar, podemos trabajar sin volvernos amigos ¿sabes?

—Jajajajaja ¿estás tan celosa que has decidido desquitarte conmigo?—, volteo a verlo molesta.

—¿Celosa?

—Es normal tener miedo de que alguien ajeno se acerque a quien queremos y nos quite su tiempo y su interés, pero es el ciclo de la vida, debes de dejarlo ir y que sea feliz… créeme, no te dejará de querer…

—Eso es lo que menos me importa…— de nuevo veo el camino por el que se fueron y la preocupación regresa.

—Y hablando de amistad laboral, te puedo jurar que seremos grandes amigos, me terminarás amando, lo sé… solo dame tiempo y verás lo indispensable y leal que puedo ser…— me dice con una sonrisa llena de confianza —…ya lo verás… seremos buenos amigos— me guiña un ojo y retrocede hasta llegar con el resto del equipo que me ve con una sonrisa amplia, como si ellos aseguraran lo mismo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.