Take Me: Tómame

Capítulo 51

—Simone…

—¿Sí? —, mi voz sale tan melosa, tan llena de miel que hasta a mí me empalaga.

—No sabía… que… podías hacer eso —me dice con algo de sorpresa mezclara con timidez.

—Ni yo lo sabía —recuerdo lo ocurrido y escondo mi rostro en su pecho, tal vez… y solo tal vez se me salió lo pervertida, en el momento no me importó, pero ahora me siento avergonzada. ¿de dónde salió mi arrebato?

—Jajajajaja

—Nunca me había pasado… —me levanto y apoyo sobre su pecho— …hablo en serio, no es que sea una santa tampoco, pero… —levanta su mano y apoya sus dedos en mis labios silenciándome.

—Eso fue… interesante… y no voy a negarlo, me encantó, no me importa lo demás, solo sé que amo más esa boca de lo que la amaba antes —me dice todo eso con su sonrisa soberbia y mi rostro termina caliente y sonrojado. No sé qué decir.

Desvío la mirada y la dejo clavada sobre mis manos sobre su pecho aun con las marcas de hollín, delineo los círculos y algo llega a mi mente; pese a la intensidad del acto, jamás perdió el control, en ningún momento me lastimo o intento hacerlo. De nuevo levanto la mirada hacia él, sorprendida y emocionada, interpreta a la perfección mis ojos.

—Creo que tatuaré en mi piel el símbolo que pintó Tyra —me contesta tranquilamente.

­—¿En verdad funcionó?, ¿sentiste control sobre tu propio poder?

—Siento mayor control sobre mí mismo, eso es cierto, es como si la voz de monstruo sonara más baja.

—Supongo que eso es bueno —me siento encima de él y noto como esa chispa de lujuria vuelve a avivarse en sus ojos.

—Sí, es bueno… más cuando se trata de estar contigo, siento que puedo protegerte de mí con mayor facilidad —acaricia mi cabello y lo acomoda detrás de mi oreja.

Me inclino para depositar un beso más en sus labios y tal vez volver a encender un poco la llama, nunca me cansaré de sucumbir entre sus fuertes brazos. Cuando mis caderas quieren continuar con la contienda alguien toca a la puerta y sin esperar a que pueda decir algo, la abre. Mi sorpresa es que se trata de Tyra y Ragnar, con sus tarros de cerveza, con las mejillas sonrojadas por el alcohol y por lo que encontraron al entrar.

—Jajajaja ¡por Odín!, que aquí la fiesta está más divertida —dice Ragnar levantando su tarro hacia nosotros— bien hecho, wendigo —Tyra lo golpea en el abdomen para que se calle. Me levanto de encima de Aiden y me dejo caer a su lado, cubriéndome con las sábanas.

—Lo sentimos, creímos que estarías afectada por lo que ocurrió con Skank, pero me alegra ver que lo tomaste bien —dice Tyra con esa sonrisa de oreja a oreja.

—Sí, bueno… ¿podríamos continuar con la plática en otro lado? —, toda la pasión se ha ido a la basura, incluso Aiden parece ocultar su frustración detrás de una sonrisa.

—¡¿Dónde está la berserker?! —, escucho a Ivar acercándose.

—No puede ser cierto —me levanto de la cama buscando cubrirme bien con la sábana antes de que entre Ivar y me vea con alegría, corre hacia mí para abrazarme y me levanta los brazos.

—Estuviste maravillosa, ¿qué digo berserker?, eres toda una drengr —me levanta dando vueltas conmigo entre sus brazos, haciendo que la sábana se levante, solo espero a ver en qué momento sale volando, aunque Ivar es muy delgado, su fuerza es considerable.  Me deja en el piso, toma con ambas manos mis mejillas y deposita un beso en mi frente— sinceramente no creí que tuvieras la fuerza ni el estómago para hacer un águila de sangre, me sorprendiste.

—No sé si no lo han notado, pero no estoy en las mejores circunstancias para hablar con ustedes —más incómoda no me puedo sentir, mi comentario hace que me vean de nuevo con más atención, pasando su mirada entre Aiden y yo.

—En pocas palabras… ¡que los dejen coger a gusto! —, grita desde afuera Sigurd creyendo que es la mejor forma de arreglar eso.

—Jajajaja lo siento —levanta las manos Tyra y con un golpe en el pecho obliga a Ragnar a seguirla— los dejamos para que continúen con lo que andaban haciendo, antes de que tu padre se entere, créeme que si lo sabe vendrá de inmediato a jalarte las orejas —ambos hermanos salen divertidos de la habitación mientras que Ivar toma un trago más.

—Bien hecho niña —me guiña un ojo y ve hacia Aiden de nuevo— destrózalo, berserker… que el maldito no pueda levantarse de la cama cuando acabes con él —con un golpe en mi hombro termina dando media vuelta y saliendo de mi habitación entre risas, azotando la puerta al final.

—¿Me vas a destrozar? —, pregunta divertido Aiden, apoyado aun en sus codos.

—¿Quieres que te destroce? —, le sonrío mientras me acerco de nuevo a la cama.

—Creo que… la magia se fue —me dice haciendo su sonrisa más grande, me dejo caer a su lado y siento lo mismo que él.

—Bien dicen que la familia es como el sol, entre más lejos mejor.

—Lo bueno es que no viviremos siempre con ellos… no me imagino interrumpiéndonos a cada rato —acaricia mi espalda desnuda y la besa suavemente, provocándome un hormigueo a la altura de mi cadera. Cuando me doy cuenta se levanta de la cama y comienza a vestirse, claramente la acción no va a continuar.

—¿A dónde vas? —, le pregunto mientras camina hacia la puerta, aun no me he terminado de vestir, pero lo veo muy determinado.




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