Take Me: Tómame

Capítulo 58

Esperamos en la estancia de la tienda a la señorita, esta llega con una nota rosa y nos indica como pasar el día de mañana por el vestido. Me siento emocionada, desde que recuperé mi vida hemos estado viajando mucho, no pasamos demasiado tiempo en un lugar cuando de nuevo tenemos que viajar, esta vez estamos en Venecia, justo en las fechas del hermoso carnaval, la idea es disfrutar, darnos un pequeño respiro después de toda la persecución, no sé cuánto tiempo más vayamos a dilatar en salir de aquí, espero que mucho, pues me agrada, me gustan los canales, los edificios rodeados de agua, visité el palacio Ducal y fue hermoso, hay tantas cosas que me gustaría ver antes de que nos fuéramos.

—Hablando del rey de roma —levanto la mirada hacia las puertas de cristal y veo a Burak con su encantadora sonrisa y una bolsa en su mano, parece feliz de vernos.

No me aguanto la emoción y corro hacia él, salgo por la puerta llena de energía y brinco a sus brazos, enredo mis brazos en su cuello y mis piernas en su cintura, me siento tan feliz de verlo; me toma por la cintura y sin pensarlo dos veces me inclino a besarlo con cariño.

—No deberías de estar dando brincos, se te va a salir mi nieto —dice Sigyn detrás de nosotros algo molesta.

—Lo siento, má —volteo apenada, de inmediato su rostro cambia, deja su molestia y me ve con ternura.

—Sigyn tiene razón, debes de cuidarte más — Burak acaricia mi cabello hasta colocarlo detrás de mis orejas— te traje algo —me sonríe y pega su nariz a la mía. Levanta la bolsa de papel y la abre para mí.

Saco unas batitas de maternidad muy bonitas, una es de color azul y otra rosa, se ven sumamente cómodas y admito que estoy ansiosa por usarlas, levanto mi mirada hacia Burak y no puedo evitar liberar una lágrima que él recupera con su pulgar.

—¿Te gustaron?

—Me encantaron, ¡gracias! —, lo abrazo con fuerza y siento como su tórax se mueve, está riendo—. No te burles de mí extremada sensibilidad —le reclamo haciendo su sonrisa más grande.

—Lo siento, nunca me imaginé verte así —me dice con ternura en la mirada.

—Vayan a dar una vuelta —dice mi madre tomando la ropa y la bolsa— disfruten del día, está hermoso, yo iré a descansar al hotel.

—¿No nos quieres acompañar? —, le pregunto.

—No mi niña, disfruta estar con tu hombre, ya tuviste demasiada mamá por un día —, me guiña un ojo y se aleja con las cosas en las manos.

—¿Qué quieres hacer hoy? —, Burak me pregunta al oído.

Caminamos tomados de la mano a lado del canal, el agua es de un color turquesa encantador  y aunque el aroma no es el más agradable del mundo, puedo decir que es una ciudad hermosa. Ante nosotros se muestra el mar abierto, parece que en el horizonte se funde con el cielo. El frío empieza a ser menos con cada día que pasa y el sol llena de calor.

—No lo sé, tengo ganas de un helado —Burak sonríe de lado, divertido por mis antojos.

—Jajaja bien, busquemos un helado —me dice ofreciéndome una mirada cargada de cariño y nos internamos en una de las calles.

La gente luce alegre, preparándose para el carnaval, los locales adornan sus fachadas con listones de colores y globos, es una celebración que parece enorgullecer a todos los que viven aquí. Nos acercamos a una heladería algo grande, tiene una barra donde Burak me sienta para después ir a pedir el helado que tanto ansío. De pronto una chica se sienta a mi lado, tiene el cabello negro como la noche y ojos verdes. Me sonríe y me mira como si ya me conociera. Cuando estoy dispuesta a preguntarle quien es, se pone nerviosa, voltea en otra dirección, busca al tipo que atiende la barra de malteadas.

—¡Oye!, ¿puedes poner las noticias? —, pregunta y el hombre con su camisa blanca y su mandil a rayas accede de inmediato. La televisión que pende sobre nuestra cabeza muestra el noticiero, la reportera entrevista a dos hombres que parecen pertenecer a la policía de Hungría por lo que alcanzo a leer en el encabezado.

—Me encuentro con el capitán Ian Müller y el agente Akos Rivera, el día de hoy dieron aviso de que su investigación ha dado frutos, han descubierto al culpable de los asesinatos del agente René Glozz de asuntos internos y el director de servicios especiales Elías Koskov, así como el resto de asesinatos ligados a una asesina la cual fue apodada como “la valquiria” —voltea hacia los oficiales— capitán Müller, ¿es cierto que ya saben quién es el que está oficialmente detrás de todos estos asesinatos?

—Así es, el responsable de cada asesinato es el capo más buscado de estos últimos tiempos, se hace llamar Burak —abro mis ojos casi desorbitándolos, ponen una foto de Burak sosteniendo un letrero con algunos datos frente a él. Es de esas fotos que le toman a los criminales una vez que los procesan.

—Creí que el asesino era una mujer —dice la reportera confundida, cubro mi boca y me siento confundida.

—Sospechábamos que era una mujer quien los hacía, tal vez trabaja para Burak, pero la verdadera mente maestra detrás de todo es él, es quien se ha encargado de matar a toda esta gente, ahora estamos tras su huella —interviene el agente Akos tomando el micrófono y acercándolo a él.

—Se ha emitido la orden de arresto, la DEA nos está apoyando en su búsqueda pues sospechamos que salió del país —añade Müller.




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