Take Me: Tómame

Capítulo 63

—No es el mejor momento —me dice en voz baja mientras sus ojos rojos como el fuego intentan apagar el hielo de los míos.

—Siempre es un buen momento para un beso —le digo acercando más mis labios a los suyos.

En cuanto mi boca se posa en la suya, se queda rígido; mis labios se mueven saboreando los suyos, cede ante la tentación. El beso se vuelve profundo, la sangre de Burak se confunde con nuestra saliva y las manos de Aiden me toman por la cintura acercándome a su cuerpo. El beso termina y nos vemos una vez más a los ojos, sintiendo esa pasión, esa adrenalina vibrando por nuestras venas.

—Que tierno, un beso después de la batalla, no hay nada mejor que eso —dice Ladgertha con una sonrisa divertida.

—Qué asco… —añade Halfdan fingiendo arcadas.

—¿Bromeas?, un beso mientras estás bañado en la sangre de tus enemigos es lo mejor, no sabes si estás excitado por el beso o por la batalla, pero a últimas el resultado en la cama es bastante bueno jajajajaja —dice Ivar recordando sus viejos tiempos en batalla.

—Les recuerdo que tenemos que encontrar a Sigyn —dice Björn, creo que le urge que me aleje de Aiden. Arrojo la cabeza hacia Ivar quien la cacha como si le hubiera recibido una pelota, saca de su pantalón una bolsa de tela negra, la sacude un poco antes de meter la cabeza. Siento una mirada encima de mí, un escalofrío me recorre, veo escondida entre los pilares del palacio Ducal a Sigyn, cubierta con una capa negra, temerosa de lo que sus ojos ven.

—Creo que no será necesario buscar mucho —en cuanto digo eso todos volteamos hacia ella. Un placer sádico se apodera de mí, quiero atraparla, quiero destrozarla.

Soy la primera en correr, detrás de mí me siguen todos, anhelando que esto termine de una buena vez. Ella se interna en el palacio, corremos hacia la puerta que queda entre abierta, la termino de abrir y en cuanto pongo un pie dentro escucho a Aiden en mi cabeza, se ha convertido en wendigo una vez más.

“Es una trampa”

Demasiado tarde lo entiendo, una lluvia de plomo cae sobre nosotros, mi cuerpo resiente las primeras balas, pero las últimas ni siquiera las percibo. Caigo sobre el piso frío y la sangre lo empieza a cubrir, antes de que la luz se apague, veo todos los cuerpos en el piso, sus pupilas dilatadas, manchados de sangre. Me desconecto por un momento, la sensación es conocida, he vuelto a morir.

 

Vuelvo a abrir los ojos, me quedo estática, veo frente a mí el cuerpo de Ivar, aun no regresa y eso me preocupa. Escucho forcejeos, gruñidos guturales, levanto un poco la mirada, tienen a Aiden sometido, lleno de cadenas mientras que lo intentan contener con antorchas. Pongo mi mano sobre mi vientre, las balas me atravesaron por completo, pequeñas motas de luz se levantan de mi sangre, la última protección se ha ido.

—Aiden —digo en voz muy baja, más baja que un susurro, pero logro mi cometido.

“¡Huye de aquí!, ¡vete!” —, grita dentro de mi cabeza con desesperación.

Muerdo mis labios, trato de no respirar muy fuerte. Un grupo de hombres, los pocos que quedaban de Burak, arrastran los cuerpos y los enciman unos en otros. De pronto uno de ellos me toma por una muñeca y me arrastra, me da un jalón lo suficientemente fuerte para que mi cuerpo brinque un escalón, pero el hombro se me disloca, el crujido llega a mi cabeza y el dolor se vuelve insoportable, pero me mantengo en silencio, fingiendo mi muerte.

—Ladgertha, no sabes que gusto me da ver que sobreviviste, pero… bueno, tú siempre has sido una sobreviviente —dice Sigyn fascinada por su captura.

—Sigyn, por fin tengo el gusto de conocerte —responde mi abuela con sarcasmo.

—Y nos conoceremos mucho más —le guiña un ojo Sigyn y camina hacia Tyra, que al igual que Ladgertha, dos tipos grandes la tienen sujeta de los brazos—. Tyra… ¿hace cuantos años que no nos vemos? —, la toma por la mandíbula.

—Maldita loca, bien sabía yo que Björn tenía que alejarse de ti —dice Tyra cargada de coraje.

—Si no me fuera necesario conservarlas para continuar con mis planes, juro que me desharía de ustedes así como el resto de los hombres que las acompañan.

De pronto Ubbe empieza a despertar, levanta su cabeza para encontrarse con el cañón de una pistola, escucho la detonación y de nuevo vuelve a caer inconsciente por la muerte. ¿Qué es lo que está pasando?

—En cuanto a ti, Aiden Meyer —Sigyn camina contoneándose— eres un buen semental, eres un wendigo antiguo y muy poderoso, vi lo que le hiciste a Burak allá afuera, pero claro, él no es un digno oponente, solo era un títere, una piltrafa… no me serviría ni para dejar gestantes a las inmortales.

—¡Wow!, espera… ¿qué? —, interviene Ladgertha horrorizada.

—Así es, tú, Tyra… y demás inmortales que llegue a conocer serán las madres de las siguientes generaciones de wendigos —camina de regreso a ellas— no se preocupen, la tecnología ha avanzado, no las expondré a que se apareen con un wendigo, podrían morir de verdad, lo bueno es que existe la inseminación artificial, así que relájense —voltea de nuevo hacia Aiden— tu no tanto, claramente no vas a hacer tu aportación de forma voluntaria, así que ya pensé en todo. Doctor ¿sabe lo que es un electro-eyaculador?, suena doloroso y creo que lo sabe bien.




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