Tal Como Somos

CAPÍTULO XI

Jeremiah

 

—¡Buenos días, mi querido Jereh! —escucho un grito apenas cruzo la puerta de mi oficina, no tardo en poner mis ojos en blanco.

¡Maldito!

—¿Qué haces aquí? —averiguo de inmediato con el menor de los Eaton.

—¿Acaso no tengo derecho de visitar a mi cuñado favorito y tomarme unos cuantos tragos? —para él, acabo de cometer una enorme ofensa.

—Baja los pies de mi escritorio y lárgate, Howard —exijo al idiota.

—relájate cuñis, tomémonos un par de tragos y pasamos tiempo de calidad en familia —propone y de inmediato mi rostro se frunce.

—Estamos en un centro de salud y estoy trabajando —Me excuso de inmediato, mientras me acerco y bajo sus malditos pies de la madera.

Irene se encuentra en la universidad dando sus clases.

—¿Y esto? —averigua entre risas y lo acompaño, puesto que de uno de los cajones, saca la botella de whisky que tengo de reserva.

—Idiota —Me divierto con su actitud.

—Deja las niñerías y abraza a tu cuñado favorito —exige poniéndose en pie y rodeándome aún en contra de mi voluntad.

—Haz que tu hermana me perdone y luego miramos quién es el favorito, lo bueno es que Henry no cuenta, así que no tienes mucha competencia —bromeo un poco, puesto que es un gran sujeto.

Cuando Irene nos presentó, Henry me odió, él y Hudson fueron diferentes, más este idiota que no tardó en sospechar de que su hermana y yo manteníamos una relación. Se hizo el de la vista gorda y en el momento en que todo explotó, me apoyó, pero no fue suficiente, era necesario que nos separáramos.

—Te escuché —La voz del segundo en línea llega a mis oídos y de inmediato mis ojos lo buscan, la sonrisa en mi rostro no se borra.

—¿Reunión familiar? —cuestiono apartándome de Howard y acercándome a su hermano— ¿Y la bruja de tu madre? —Me intereso por “mi suegra” y sus gestos lo son todo, no tardo en reír, puesto que si mi relación con Henry es pésima, con esa mujer, no hay mucho que decir.

—Y así lo traicionan a uno, estoy indignado por tus palabras, Jeremiah, y sé muy bien qué me la quitará, un trago —habla desde su posición y solo suspiro.

—Contrólalo o se lo enviaré en silla de ruedas a su esposa —amenazo, obteniendo fuertes carcajadas de ambos, me uno a ellos.

—No lo soportaba antes, ahora menos con el embarazo, apiádate de ella —ruega, aceptando mi mano e imitando mi gesto, palmeando mi espalda con la otra.

—No pierden el tiempo, recuerda que no estamos en la edad de piedra, hay televisores y muchas cosas para hacer —discuto de inmediato y blanquea los ojos igual que su hermana.

«Pensándolo bien, no quedaría mal, darle compañía a Junior.»

—¿Vamos por ese trago? —insiste y niego de inmediato.

—Debo ir por Junior a la escuela o jardín, como se llame ese sitio, nada de alcohol para mí —Se lo prometí y no puedo fallarle.

—No seas cobarde, es una intervención rápida, además, constantemente envías a tus pacientes al quirófano —Le recrimina usando su trabajo y a mi mente llegan mis discusiones con Jay.

Observo a Howard, permitiendo que la duda se refleje en mi rostro.

—Cerraremos la fábrica, no más bebés —revela y por más de que tenga intenciones de no burlarme, estallo en carcajadas—, ¿gracioso, eh? ¿Qué crees que sucederá si regresas con ella? Va a castrarte, idiota, fue su idea —Como reflejo, mis manos viajan a mi entrepierna.

—¿Qué le hiciste? —indago, dado que solo eso puede explicarlo.

—Metí el hocico donde no debía, abogué por ti, ya que quiere mudarse con el doctorcito de cuarta.

—¿Qué? —interrumpo de inmediato, puesto que esa noticia me cae como un balde de agua bien helada.

—Le dije que era demasiado pronto, que pensara en Junior y que regresaste, pronóstico cómo sería mi muerte y que sufriría por entrometido —suspiro, dado que no creí que su relación avanzara tanto.

Esta noticia solo me obliga a sopesar que tan fuertes son sus sentimientos hacia él y que tan débiles respecto a mí. Nuestra relación avanzó demasiado rápido, pero fue inevitable, vivíamos en la misma casa, compartíamos prácticamente todo.

Ahora no hago más que dudar, ¿de verdad soy parte de su pasado? ¿Aún habrá posibilidad de reanudar algo entre ambos?

Fue clara conmigo desde que regresé, pero saber que se hallan en lugares separados, no ha hecho más que indicarme que su situación es reversible, que puedo volver a conquistarla. Si ya todo parecía una incertidumbre, se podría decir que estoy perdiendo una batalla.

—Gracias —No me queda más que mostrarme agradecido con abogar a mi favor.

—Es nuestra culpa, no podría hacer menos —Le resta importancia—, además, será dulce venganza cuando te obligue a realizarte el mismo procedimiento —advierte y sonrío, me esfuerzo aun sabiendo que la estoy perdiendo.

—Creo que necesito un par de botellas más —señalo la que aún permanece en mi escritorio.

—Salgamos, almorcemos y recogemos a Junior, quiero ver a la malvada criatura —Nos hace saber Hudson y solo asiento.




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