Tal vez es ahora

Capítulo 12

Nora

Estoy nerviosa.

Estoy frente a la casa de Tyler, donde voy a cenar esta noche con él y con su hermana. Con él. En su casa. ¿Seguro que no estoy dormida y esto no es más que una fantasía, producto de los encuentros que he tenido con Tyler?

Suspiro y me miro en el espejo retrovisor del coche, pasándome las manos por el pelo. Debería salir ya. Así que cojo aire y lo suelto lentamente mientras me cuelgo el bolso  al hombro y salgo por fin del coche.

Por suerte, he encontrado la casa de Tyler con facilidad. Como para no hacerlo. Estoy segura de que podrían vivir 10 personas ahí dentro y aún habría espacio suficiente para invitar a varias personas más. Las paredes son blancas y apenas hay imperfecciones en las paredes; y está a pie de playa. De hecho, creo que podría salir a la playa directamente desde su casa.

Qué envidia.

Me aseguro de cerrar bien el coche y, lanzando una última mirada al exterior de la casa, me acerco de una vez a la entrada. Decido no hacerles esperar más y, nada más estar frente a la puerta, llamo al timbre.

Espero impaciente a que abra la puerta y, cuando lo hace, me sorprendo al ver que es Ashley quien ha abierto. Me mira con una gran sonrisa y yo bajo la mirada hacia ella, imitándola.

–¡Hola! –me saluda con alegría.

–Hola, guapa –le sonrío–. ¿Qué tal estás?

–Muy bien. Pasa, pasa –agarra mi mano y tira de mí para que entre.

No dudo en hacerle caso y, cuando estoy dentro, le echo un rápido vistazo a la casa. Tal y como pensaba, aquí podrían vivir 10 personas sin problema. Me sorprende que Tyler tenga una casa tan grande para él solo. Bueno, que yo sepa vive solo. Está todo decorado en tonos blancos y negros, y desde aquí puedo diferenciar una gran cristalera que lleva a una terraza. A uno de mis lados, unas escaleras que llevan a la planta superior.

–¿Te gusta mi pijama? –me pregunta Ashley de repente, llamando mi atención.

–Muchísimo –asiento con la cabeza cuando le doy un vistazo a su conjunto–. Es muy bonito.

–¿A qué sí? Pues a Tyler no le gusta.

–Yo no he dicho eso –interviene él, acercándose a nosotras–. Básicamente, no te he contestado a la pregunta.

–Eso es porque no te gusta –se cruza de brazos.

–Eso es porque eres muy pesada.

–Y tú un aburrido.

–Otra vez… –suspira. Intento no sonreír mientras ellos discuten bromeando, por supuesto, y miro a Tyler cuando él lo hace–. Hola.

–Hola –hago una pausa–. Bonita casa.

¿En serio, Nora? ¿Eso es lo primero que se te pasa por la cabeza?

¡No sé qué más decir!

Él asiente como única respuesta a mi frase y señala el salón que hay a unos metros por detrás de él.

–Ya está la cena lista, ¿vamos?

–Claro –asiento rápidamente.

–¡Hemos pedido dos pizzas! –interviene de nuevo Ashley, tirando de mi mano otra vez para ir al salón.

Han preparado todo en una mesita de café que hay frente al gran sofá. Efectivamente, hay dos cajas de pizzas esperando a ser abiertas, platos, vasos y bebidas para cada uno. Sinceramente, cenar pizza es lo que menos me apetece; de hecho, llevo sin comer eso desde hace mucho tiempo.

Pero no voy a rechazar nada. Me han invitado. Y no es que no me guste.

–Te gusta la pizza, ¿verdad? –habla Tyler cuando nos acercamos y me ve allí parada–. Ashley ha insistido en que quería cenar esto, y cuando se pone así de pesada…

–¡Que yo no soy pesada! –exclama ella desde un lado de la mesa.

–Sí, me gusta –le digo, riendo por lo bajo–. Está bien.

Él vuelve a asentir con la cabeza y, tras dudar un momento sobre dónde debería sentarme, finalmente lo acabo haciendo en el lado derecho de la mesa, entre Ashley y Tyler.

Tyler se inclina sobre las cajas de pizzas y las abre, y yo miro un momento la mesa antes de coger la botella de agua y llenarme el vaso que hay frente a mí.

–¿Te apetece beber otra cosa? –me pregunta él de nuevo.

–Oh, no, no. Siempre bebo agua.

–Siempre, siempre no. ¿Verdad?

Distingo cierta diversión en su tono de voz y en su mirada, y sonrío de lado antes de negar con la cabeza y mirar a Ashley.

–¿Tú quieres beber agua?

–Sí, por fi –me pide. Rápidamente, lleno también su vaso–. ¿Cuál es tu pizza favorita? A mí me gusta mucho la de jamón york y queso.

–Esa es la mejor –sonrío.

–¡¿A que sí?! –comenta, ilusionada–. Pues a Tyler no le gusta. Dice que es muy sosa.

–Sabes que yo puedo hablar solo, ¿no? –él enarca una ceja.

–¡Es que no hablas!

Les miro con diversión y me inclino sobre una de las cajas a coger una porción cuando Tyler también lo hace. Dejo también una porción de pizza en el plato de Ashley cuando ella me lo pide y ella empieza a comerlo casi al instante en el que toca el plato.

–Come despacio –le avisa Tyler.

–Eres un mandón.

–Me lo dicen mucho –murmura y me lanza una mirada de reojo.

Espera.

¿Por qué me mira?

¿Acaso cuando estuve borracha también le dije eso?

Por Dios, ¿pero qué más le dije?

Aparto la mirada de él, avergonzada, y la bajo hacia mi plato, donde se encuentra la porción de pizza. Me quedo mirándolo un momento antes de cogerlo y darle un bocado. Sienta genial volver a comer pizza –aunque sólo sea por una noche– después de tanto tiempo sin hacerlo.

–Nora –me llama Ashley y la miro–, Tyler me ha dicho que no es tu amiga porque sólo trabajáis juntos. ¿Tú eres su amiga?

–Ashley… –murmura el mencionado.

–No he dicho nada malo –la pequeña frunce el ceño.

–Somos compañeros –digo finalmente.

–¿Y por qué no sois amigos?

–Porque nos tenemos que conocer más. Y no tenemos mucho tiempo.

–Bueno, ahora podéis haceros amigos –concluye y le da un nuevo bocado a su porción. Está a punto de terminar.



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En el texto hay: romance, amor, cine

Editado: 04.01.2021

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