Tal vez jamás...

3.

Ahí, cuando hasta el silencio es cómodo

Ahí nace el amor.

 

-¡Ah, te vez hermosa!, no pensé que en serio vendrías. -Decidí llamar a Mads y decirle que me recogiera resulta que no era tan tarde como pensé eran las siete y la fiesta comenzaba a las diez así que tuve el tiempo necesario para arreglarme y escaparme por la ventana.

Ventajas de vivir en una casa de un solo piso.

Encontrar un vestido para la ocasión no había resultado difícil como había pensado, encontré un vestido de tirantes cruzados en la espalda y de frente un escote en v, unos tacones no tan altos negros de gamuza y ¡Voila!, me maquille con un delineado sencillo y un labial rojo ya que no estaba acostumbrada usarlo mucho y unas ondas en el cabello.

-Recuerdo que la ultima vez que te vi con un vestido o falda fue para mi cumpleaños trece y te lo quitaste apenas llegaste. -Contaba Mads, como olvidarlo ese vestido me causaba picazón y era un amarillo chillón horrible. Mads terminaba de arreglarse mientras esperábamos que llegaran los chicos por nosotras.

Judy no pudo asistir por que pesco una gripe así que mi emoción de conocerla y hacer otra amiga se habían desvanecido por  estos días. Mads a mi lado rebuscaba entre todos sus cajones sus zapatos favoritos, unos tacones rojo vino de charol combinándolos con un vestido blanco entallado a la cintura y brillantes en el pecho.

Observe el teléfono impaciente, por que en gran parte tenia miedo de que Belia entrara a inspeccionarme y no encontrarme o que mi padre al ser el alcalde, piense que me eh fugado y vaya casa por casa con la policía para sacarme a rastras, de solo imaginarlo me daba vergüenza.

-!Llegaron los chicos! -Exclamó emocionada Mads. Agarre mi bolso y juntas salimos, una camioneta grande nos esperaba afuera y Adam bajó de ella a abrirnos la puerta.

Dentro de la camioneta solo se encontraban el ojos verdes que si no estaba mal era Paul y Adam sentados  de piloto y copiloto.

-Hola chicas, se ver hermosas. -Nos halago Paul, él no se veía mal llevaba una camisa roja a cuadros y una camisa negra por debajo con unos vaqueros azul eléctrico, Adam por su parte iba más simple con una sudadera blanca y unos vaqueros negros.

-Eso ya lo sabemos. -Respondió juguetona Mads.- Ustedes no se ven mal.

-No es mucho, pero es trabajo honesto. -Contesto igual Adam, empezaba a sentir el amor en el aire y es que se veía muy lindos. ¡Addison forever!.

-Y dónde están los demás. -Inquirí.

-Tu novio está con Ethan en la fiesta se adelantaron. -La respuesta de Adam hizo que se me sonrojaron las mejillas.

Quisiera  -Gritaba mi subconsciente y no era así, éramos buenos amigos es todo.

-La gente inventa cada cosa,  -Dije.- solo preguntaba.

-Eso no te lo crees ni tú, "Sunshine" espérate un mes y estarán dándose besitos en todo lado. -Dijo, mientras se acercaba al vidrio y lo besaba como desquiciado.- Te amo Aiden eres lo mejor de mi vida. -Imito mi voz de la peor forma, ¡No sueno como un pájaro chillón!

¿O si?

-No hablas así, Liv tranquila. -Mads a mi lado pareció leer mis pensamientos y me tranquilice.-¿Ya casi llegamos?.

-De hecho ya estamos en la calle. -Respondió Paul, desde la esquina visualizaba todos los autos estacionados, quede anonada con la casa que tenía frente a mi una vez aparco el auto. Era casi tres veces mi casa.

La casa por dentro se veía a un más grande, había demasiada gente, algunas bailando, otras simplemente sentadas charlando y riendo en los sofás.

-¡Llegaron! -Anunció un embriagado Ethan, quien muy felizmente nos abrazo a mi y Mads.

-Bueno, creo que es suficiente. -Adam separó a Ethan y le agradecí internamente por que casi no podía respirar.

-¡Lo lamento viejo, no te robare a tu chica! -Ethan alzó las manos en señal de paz y Liv y yo nos quedamos mirando confundidas.

-Cállate Ethan. -Adam se llevó a Ethan. En tanto Paul nos guiaba a una sala algo apartada de la fiesta y más tranquila donde había menos gente y la música se escuchaba más baja.

-¿De quién es la casa? -'Pregunte curiosa, era hermosa sus colores blanco y café claro combinaban perfectamente, tenía decoraciones renacentistas y algunas pinturas reconocidas.

-De Aiden. -Respondió.-¿Pensé que él te había dicho Vi?.

-No. -Era increíble cuánto dinero podía tener Aiden para vivir en una casa tan grande.- ¿Espera me dijiste Vi?

-Si. Todos te tienen un apodo yo también quería. ¿Te molesta?.

-Para nada... solo que... Olvidalo.

Recordar ese apodo me transportaba a años atrás, cuando mi madre me daba consejos, me llevaba a la escuela y bailabamos escuchando sus canciones favoritas junto a Calíope, salíamos a la feria del pueblo con papa. Era difícil no extrañarla y aún más cuando ella era la que me llamaba así. "Nunca dejes de sonreir Vi".

-Hey, ¿Estas bien Liv" -Susurro preocupada Mads cuando Paul se fue por unos refrescos. Mads conoció a mi madre y ella tambien sabia como me llamaba, tambien solia decirme asi "Vi", días después de su muerte le pedí a ella y mi padre que dejaran de llamarme asi.

-Estoy bien Maddie, no te preocupes. -Era mi noche y nada se interpondría en mi felicidad, Paul llegó a nuestro lado con dos vasos rojos no alcance a escuchar que contenía cuando me lo tome de un solo sorbo, el líquido ardió en el camino abriéndose paso por mi garganta, era la primera vez que tomaba alcohol y aunque era muy fuerte para mi gusto sabía bien.

-Calma, Sunshine. -Esa voz, alce mi cabeza y delante de mí estaba un Aiden muy sonriente con su ropa negra que lo caracterizaba, unas botas negras, pantalones negros y una camiseta negra.- No queremos emborracharnos tan rápido, ¿O si?




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