Una advertencia con señal de preocupación
Salgo del trance que este chico me provocó y hablo —Hola, pasa. —digo apartándome para que pudiera entrar. ¿Cómo sabia mi nombre?
Cierro la puerta. —Si, soy Rose. —el asiente con una sonrisa y me tiende la botella de vino.
—Regalo de mis padres.
—Gracias a dios que es alcohol.
Eryx se ríe. ¡Ay no, pensé en vos alta! —Supongo que ya conociste a Athan. —asiento —Si, el causa eso en las personas.
Me aclaro la garganta, —Si, es una persona … interesante.
—Si que lo es.
Me siento en el sillón y el me sigue. Agarro dos copas, me siento a su lado y abro la botella.
—Ah, perdón. Bueno, yo no sé si vos querías o no, pero...
—No, créeme que lo necesito.
—¿No querías venir? —le pregunto tomando un trago.
El mira su copa, —Preferiría estar con mis amigos o haciendo otra cosa que estar en una cena.
¡Que honesto! Puntos por eso.
—Te entiendo. Yo ni sabía que teníamos la cena, fue todo idea de tu hermano.
El alza su copa y dice —Propongo un brindis.
Sonrío y lo imito, —¿A qué?
Lo piensa un momento y dice —¡A querer estar en otro lado!
Me río —¡A querer estar en otro lado! ¡Salud!
Los dos tomamos al mismo tiempo.
—Cuando llegue tu papa le voy a agradecer por la botellita.
—Uf, sí. Bien que la necesitábamos.
Seguimos tomando y charlando de la vida. Mi mama y Athan estaban en la cocina con música terminando de preparar todo.
—¿Entonces no tienes una buena relación con Athan?
—Nos llevamos bien, pero nunca fuimos muy unidos.
—¿Por qué?
Por alguna razón quería descubrir más sobre el pasado de Athan. Deberíamos culpar al alcohol.
Se queda callado por un momento. Se lo veía un poco nervioso y ... ¿angustiado?
¿En qué estás pensando Eryx?
—No hay una razón en específico. —dice de repente, tomando otro trago de su copa.
Asiento y decido no insistir más. No quería interrogarlo sobre Athan, pero algo me decía que debería.
Tomamos en silencio por unos minutos.
—Yo te digo, que esos dos se creen chefs profesionales. —digo para romper el silencio.
—¿Por qué?
—¡No salen más de la cocina! Yo ya tengo hambre. Aparte ni salieron para fijarse si llegó alguien o si yo estoy viva. —ruedo los ojos y tomo otro trago de mi copa.
Él se ríe, —Creo que el vino ya te está pegando.
—¿A mí? Nada que ver.
Él se empieza a reír como loco así de la nada y yo lo miro con cara rara, —Perdón, es que ... estas girando.
Me empiezo a reír con él y pude notar lo linda que es sonrisa. —¡Yo te veo doble! —digo entre risas. Me detengo dando golpecitos a mi pecho. —Si, creo que me está pegando un poquito.
El deja de reírse y gira su cara hacia mí. Nuestras narices se estaban tocando y podía oler el olor a vino salir de su boca. —¿A si?
Asiento. —Ahora estas más bueno que antes.
¡Ahí fue mi dignidad!
Él se lame su labio inferior y dice, —Vos también estas más buena que antes.
—Me gusta que estemos de acuerdo.
—A mí también.
—Tal vez no fue mala idea venir después de todo.
Mis ojos repasaron cada parte de su rostro. ¡En serio que era un chico lindo!
—Eryx …
—¿Sí?
Nuestro momento fue interrumpido por alguien abriendo la puerta de la cocina. Giro mi cabeza para ver a mi queridísima madre.
Ella nos observa por unos segundos, frunce el ceño y se aclara la garganta.
Me alejo de Eryx lo más rápido que puedo, y me paro para poder esconder la botella de vino.
—¡Mami! ¡Hola! ¡Te extrañe tanto! Veni, ¡dame un abracho! —digo caminando hacia ella con los brazos extendidos.
—¿Estuviste tomando?
—¿Yo? No, para nada. Pinky promise.—digo abrazándola —¡Ah! ¡No te presente a mi nuevo amigo! — agarro a Eryx de la mano — Eryx, mami, mami, este es Eryx, hermano de Athan.
—Un placer. —dice mi mama.
—Igualmente. —dice Eryx tratando de no reírse.
Mi mama mira por atrás de nosotros y ve la botella de vino casi terminada.
—María Lys Rose.
—¿Si mami?
Eryx se comienza a reír así de nada, —¡HAY UN PONI EN TU CABEZA! —dice tocando mi cabeza y dándole golpecitos.
Yo lo miro y me empiezo a reír con él, —¡Ay! ¡Lo quiero ver! ¡Lo quiero ver!
—¡No podes! ¡Él no quiere verte!
—¿Por qué?
—No sos especial como yo.
Los dos nos miramos por unos segundos y estallamos a carcajadas. No podíamos parar de reírnos. Yo veía doble, el me veía girando, ahora se sumaba un poni a la fiesta.
¡Que divertido! Pero no para mi madre, que se encontraba enfrente de nosotros con los brazos cruzados. Nos agarró de los brazos y nos sentó en el sillón.
—¿Se puede saber en que estaban pensando? Esto es una cena y ustedes están borrachos.
Miro a Eryx y luego a mi mamá, —Es que es así Luci, el señor acá trajo una botella como regalo, y ustedes estaban tardando entonces...
—Entonces, la señorita acá, abrió la botella y empezamos a tomar ...
—Como ninguno de los dos quería estar en esta cena, bueno, nos tomamos casi toda la botella para matar el aburrimiento.
Ella suspira y nos ve con una cara de decepción, —Tu madre me va a matar Eryx.
Eryx niega con la cabeza, —No, tranquila. Ni se va a dar cuenta que tomamos, te lo prometo.
—Está bien, pero deben...
—¡AH! ¡UNA ARDILLA! —grito y me levanto del sillón.
—¿DONDE? —me pregunta Eryx, levantándose
—¡AHI IDIOTA!
—¡YO NO LA VEO!
—¡PORQUE ELLA NO QUIERE QUE LA VEAS! —le digo sacando la lengua.
—¡Dejen de gritar! ¿Pero que tenía ese vino? —pregunta mi mama. —Dios, esto va a ser un desastre. — Se levanta y se dirige a la cocina.
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un romance complicado, adolecente vengativo, romance juvenial
Editado: 01.10.2022