Tal Vez Sea El Destino

17

Una Razon para Sentir Dolor 

 

—¿Rose? ¡Rose! ¡Levántate! —siento como alguien me grita desde lejos. —¡Lys! —ese último grito hace que finalmente reaccione.  

—¿Athan?  

Abro mis ojos lentamente. Mi cabeza da vueltas y no puedo dejar de sentir un inmenso dolor.  

Trato de elevar la cabeza, pero todo me duele tanto que se me hace imposible. Me siento agotada... como si necesitara descansar por una eternidad para poder recuperar mis energías.  

Analizo mis alrededores. Aunque este oscuro, podía notar algunas ventanas tapadas con madera, algunos rayos de sol logran entrar. Lejos de mí, hacia mi derecha, hay una larga escalera que lleva a una puerta blanca.  

Detrás de mi siento una pared... mis manos están atadas y mi abdomen duele un montón.  

—Buenos días, bella durmiente. Veo que despertaste. —una voz conocida dice. La persona se acerca y, con la punta de un dedo, eleva mi cabeza. Sonríe, y rápidamente puedo reconocerlo.  

Trato de hablar, pero mi voz casi no sale, —¿Dónde estoy?  

Eryx sigue frente a mí. Cambia su posición acuclillándose, dejando que mi cabeza caiga, —En un lugar remoto. Duermes mucho, ¿lo sabias? —se abre y cierra una puerta. Un hombre alto entra y me extiende un vaso.  

—No voy a tomar nada. Por lo que se, podrías matarme. —digo desconfiada.  

Eryx rueda los ojos, —Solo es agua, animal. —me dice. Extiende una mano y toma el vaso del hombre. Asiente con la cabeza, y este sale de la habitación. —Tienes que hidratarte, sino nunca te sentirás mejor.  

Aunque me negué, y me negué, y me volví a negar, terminé cediendo, ya que mi garganta estaba seca y sentía como necesitaba tomar algo refrescante.  

—¿Se puede saber que hago acá? —pregunto, finalmente.  

—Estas acá porque tenemos algunos asuntos que aclarar, Rose. —dice una voz grave desde un rincón oscuro de la habitación. Fácilmente reconozco su voz, y no puedo negar que me tomo por sorpresa.  

Athan Nightshal, sale de la oscuridad para pararse de brazos cruzados junto a su hermano.  

Ya con más energias, me siento más recta y recuesto la cabeza contra la pared detrás de mí.  

—Ah... Ya veo... De tal palo, tal astilla, ¿no?  

Rápidamente Athan se acerca a mí, apoyando ambas manos sobre los costados de mi silla, y se queda ahí parado, observándome.  

—¿Qué? ¿Acaso te insulte de alguna forma o.…? —pregunto. No sé por qué, pero estoy molesta, enojada.  

Él se arrodilla frente a mí, —Asi que siempre fuiste tu. La persona que buscábamos.  

—¿De qué mierda estás hablando?  

—Deja tus jueguitos y acepta lo que hice.  

—Un poco de detalles por favor. —digo, —Hice muchas cosas en mi hermosa vida, asi que no voy a poder decirles nada si no me dicen que están buscando.  

Athan se levanta y comienza a caminar por la habitación, —Creo que recordaras a la primera persona que lastimaste. Todos la recordamos, ya que nos persigue el hecho de haber lastimado a alguien. Antes de cumplir los 17, tu trabajabas para tu padre y tío.  

—Trabajaba “con”, no “para”. —lo corrijo.  

Sin importarle continúa hablando, —Tuviste tu primera mision, lo cual a una edad tan joven me sorprende. Estabas enamorada de una persona. Esta persona no decía ser quien era, y por esto tu padre te encomendó que lo eliminaras y tu tío lo respaldo, para poder evitar futuros problemas. Esa fue tu primera mision.  

Volviendo a interrumpirlo, digo, —No fue una mision, fue una necesidad.  

—Pero tú no quisiste hacerlo. —dice Athan dejando de caminar.  

—Obvio que no quise hacerlo, yo lo quería, pero hay veces que no podemos luchar contra el poder de nuestros padres.   

Él se acerca y se arrodilla frente a mí, —¿Por qué lo mataste? Lo amabas. ¿Cómo pudiste apretar el gatillo?  

Me inclino hacia delante, sintiendo un inmenso dolor abdominal, —¿De esto se trata todo esto? ¿Hacerme sentir culpa? — rio, —¿Por qué te interesa tanto?  

—Por que la persona que mataste, —dice Eryx detrás de Athan, —era nuestro hermano mayor.   

Mi corazón se detiene.  

—Su nombre era Ashton, y su apellido era Nightshal. —dice Athan. —Y tu... queridísima Lys, fuiste quien lo mato.  

Sin poder contenerme, suelto a reírme.  

—¡Ay, por dios! —digo riéndome, —¿Era eso? ¿Enserio? —decido tranquilizarme luego de unos segundos, —¿Era necesario secuestrarme? ¿Qué no podemos hablar como personas civilizadas? ¡Uf! ¡Esto va a ser más interesante de lo que pensaba!  

Athan arruga las cejas, sin poder entender, —¿Qué?  

—¡Ay, por favor! Eres lo suficiente inteligente como para deducir esto.  

—¿Deducir? Estas loca.  

—Dos mentes y las dos no sirven, wow.. Me sorprenden chicos. —digo con humor.  

Eryx aparta a Athan, y ahora él se posiciona frente a mí.  

—¿Podrías ayudarnos un poquito?  

Sonrió, —Claro, gracias por apuñalarme, por cierto. Fue un lindo regalo de cumpleaños.  

—De nada, lo hice con mucho amor. —dice él.  

Rio, —Athan, —lo llamo y el enseguida se enfoca en mí, —¿recuerdas esa noche en la que casi nos acostamos? —el asiente, —Bueno, ¿recuerdas que llevaba un collar con una “A”? —vuelve a asentir, —Bueno, era de Ashton.  

—¿Y eso que tiene que ver? —pregunta Eryx.  

—Mucho, cariño. Veras, ese collar no me lo regalo antes de su asesinato, sino unas semanas antes de que llegaran ustedes.  

—Eso es imposible.  

Wow, estos chicos realmente son tontos, ¿eh?  

—¿Ustedes saben que paso esa noche? ¿Exactamente que paso? 

—Si, había cámaras de seguridad en el bosque y dentro de la cabaña.  

—¡Ja! ¡Ahora entiendo todo! —digo con alegría.  

—Explícate porque nosotros no.  

—Su hermano no está muerto. No lo mate. No pude.  

Athan se acerca. —Eso es imposible... lo vimos en los videos de grabación.  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.