Narra Ritsu.
Eran las diez con cuarenta AM del domingo, Julián se había ido a su casa y yo estaba solo de nuevo, me quedé pensando por un par de momentos y después me dispuse a ordenar el resto de las cajas sobrantes, acomodé su contenido, uno tras otro en los lugares correspondientes.
El tiempo transcurrió tan aprisa que, cuando me di cuenta ya había dado la hora del almuerzo, preparé la comida y comencé a comerla. El comedor estaba tan vacío y silencioso, casi se podía escuchar el sonido de mi corazón latiendo, me apresuré a terminar para poder continuar con la organización de la casa.
Ya no podía verla mas de esa forma toda desordenada y con las cosas por todas partes. Estoy un tanto obsesionado con la limpieza y el orden, las cosas deben estar en su lugar.
Cuando al fin terminé de ordenar todo ya era de noche, tenía hambre y estaba cansado, pero ordenar todo me ayudó a no pensar en nada mas. Tomé una ducha y también cené, después ya pude relajarme.
Eran las nueve treinta de la noche, Jinhe dijo que iba a llamarme y no lo había hecho en todo el día, después de la llamada de anoche me preocupaba un poco como estaba ella, asi que decidí llamar a mi hermana, necesitaba saber cómo seguía mi situación en Corea.
El teléfono sonaba mientras entraba la llamada.
— ¿Ritsu? — Dijo cuando respondió.
— ¿Jinhe? Lamento lo de anoche... yo solo fue un momento de debilidad...
— No te preocupes por eso Ritsu, más importante aún, tengo noticias sobre tu caso.
— ¿Qué pasa? Dime — pronuncié sin querer saber la respuesta, se que no será nada bueno.
— Al parecer, tomará más tiempo evaluar la evidencia.
— ¿Cuánto más?
— Aún no lo sé, pero será mucho más que los seis meses establecidos anteriormente.
— Carajo... — Emití sin querer.
— Ritsu, lo siento, estamos haciendo todo lo que podemos... y «Jinhe, ¿Con quién hablas?» — las palabras de mi hermana son interrumpidas por una voz masculina, la cual se me hace familiar — ah, es Ritsu, está al teléfono — explica mi hermana.
— ¡¿Ritsu?! — Pregunta la segunda voz al otro lado de la línea.
— Jinhe ¿Quién es ese? — Interrumpí.
— Es Minho, el me está ayudando con tu situación — Minho, un amigo mío de la infancia, solo cuatro años mayor que yo, hace tres años que no lo veía y, antes de partir de Corea íbamos a salir los tres juntos para selebrar su regreso, sin embargo, está situación se presentó y tuve que escapar de mi país tan pronto como pude. No podía creer que estaba hablando con él justo ahora.
— ¡Ritsu! ¿Cómo has estado? ¿Me recuerdas? ¡Soy yo! MinMin, ¡ha pasado tanto desde que hablé contigo por última vez!
— ¡Minho! Estoy bien, apenas me estoy acostumbrando a la vida latinoamericana, pero me estoy adaptando, ya he hecho un par de amigos y, ¡¿cómo rayos te podría a ver olvidado?! Hyung.
— Si, si, si, bonita reunión — interrumpió mi hermana — pero estamos hablando de algo importante aquí, concéntrence — Tenía razón, mi situación, no debo tomarla a la ligera.
Después de todo, me están inculpado por asesinato e intento de violación, los padres de la víctima a demás de contratar decetectives, le dijeron a los medios que yo era el culpable, toda mi casa se rodeo de reporteros, mi rostro está en casi toda Corea del Sur, y no sólo eso, querían justicia y al ver que la policía no avanzaba en el caso, decidieron tomarla por su cuenta, así que contrataron matónes para "hacerme confesar" y en caso de que no dijera nada, asesinarme. Todo corea estaba en mi contra, mi hermana esta en peligro mientras esté con ella, en medidas decesperadas, tuve que venir a latinoamérica.
— Tienes razón, lo siento, continua. — dije y guardé silencio.
— Bien, gracias, como dije, tomará más tiempo de lo previsto limpiar por completo tu nombre no será fácil, tomará más tiempo, lo siento Ritsu, pero no podrás regresar aún. No en seis meses como habíamos planeado.
Me quedé en silencio mientras procesaba lo que acababa de escuchar. Me sentía un poco mejor al saber que en seis meses iba a regresar con mi hermana y todo estaría bien, pero ahora..
— Eh RinRin, no te pongas triste, las cosas se van a solucionar, por tu hermana no te preocupes, yo la protejo, a ella no le harán daño, los padres de la víctima solo te quieren a ti. Ya verás que todo volverá a ser como era antes, ten fe — La voz de Minho era tranquila y me daba algo de esperanza.
— Ritsu, recuerda que no puedes decirle a nadie porque fuiste a México ¿Entendido? — Escuché decir a mi hermana.
— Lo sé, no te preocupes.
La llamada se quedó en silencio por unos segundos, después, mi hermana comenzó a hablar nuevamente.
— Lo siento, Ritsu, lo siento — su voz se quebró y pronto entendí que estaba llorando, no me gustaba escucharla llorar por mi culpa — se que quieres vivir tu adolescencia normalmente, se que quieres enamorarte, salir con tus amigos, tener novia, lo sé — La Escuché agarrar aire y seguir llorando — lamento no poder hacer más por el momento, Ritsu, perdón, si no te hubiera llevado esa noche, si te hubiese hecho caso cuando me dijiste que no querías ir, nada de esto estuviese pasando, lo siento mucho Ritsu — El llanto de mi hermana era cada vez más agitado, estaba sollozando.