Narra Julián.
Ya era Lunes, el día comienzó de manera tranquila, las clases son las mismas de siempre, solo hay una cosa que cambia, dentro de dos semanas será mi cumpleaños.
— ¡Vamos! Al fin la hora del almuerzo. — dijo Yato con entusiasmo, era su hora favorita.
— Si, vamos — le respondí.
— Ey, chicos espéreme.— Oí a Ritsu decir por detrás.
La emoción de Yato me daba un indicio de lo que tenia en mente. Al parecer será un lugar interesante ¿Qué a qué me refiero? Ya lo verán.
— ¡Chicos! ¡Por aqui! — escuchamos gritar a Sam.
— Hey, Julián, dentro de unos días es tu cumpleaños. — dijo Lewis, estaba mas sonriente que nunca.
— ¿A dónde iremos? — Preguntó Ray, quien parecía estar mejor que las últimas semanas.
— ¡A la playa! — Mencionó Rica.
— Estamos por entrar en diciembre, ¿quieres morir de frío? — Discrepo Sam.
— Okey, okey, tienes razón. — Rica puso un gesto de decepción.
— ¿En serio quieren ir este año? — Pregunté, y todos movieron la cabeza en señal de «si»
— Vamos Julián, es tu cumpleaños. — mencionó Lewis, a él le gustaban esa clase de cosas.
Entonces escuchamos a Ritsu hablas en el fondo.
— Disculpen, ¿de que hablan? — El pobre estaba tan confundido y a nosotros se nos había olvidado contarle nuestra «tradición»
— Cierto, él no lo sabe. — dije, volteando hacía él.
— Desde pequeños, nuestras familias acostumbran viajar para nuestros cumpleaños, el primero de diciembre es el cumpleaños de Julián, entonces, queremos ir a un lugar, pero esta vez sin nuestros padres. — le explicó Ray.
Seguido de eso, Rica caminó hacia Ritsu y lo sujeto de las manos.
— irás con nosotros ¿Verdad? — dijo ella.
— Yo, bueno... — él no se veía tan convencido.
— No tienes que ir si no quieres. — le dije, intentando hacer que no se sienta tan presionado.
— ¡Yo tengo una idea de dónde podemos ir! Te gustará, Ritsu, a ti también Julián. — Yato se metió intentando convencerlo.
El resto de los chicos miraron a Yato algo preocupados, sus ideas no eran las mejores ideas del mundo.
— O no, Yato otra vez. — Emitió Sam.
— ¡Vamos! Les gustará — La última vez, Yato sugirió hacer una casería de insectos. No termino bien.
— Si... No, no lo creo. — dijo Ray, matando las esperanzas de mi amigo por completo.
— Creo que sería buena idea escucharlo. — Pero Ritsu las revivió con esas palabras.
— No, la última vez que le hicimos caso a Yato, terminamos perdidos por dos días y Rica termino cayendo en un nido de cucarachas — y con eso Sam las volvió a matar.
— ¿Qué? — La confusión del asiático era muy obvia.
Pero había una buena razón por la que los chicos reaccionaban de esa forma, las ideas de Yato por lo general son divertidas, pero siempre terminan mal.
Como la vez de la casa abandonada, o cuando fuimos a pescar sanguijuelas, o cuando nos hizo viajar a la selva Lacandona y Ray terminó teniendo una larva de mosca viviendo en su brazo, y asi un sin fin de historias mas, en fin, no terminaban bien.
— ¿Alguien más tiene otra idea a demás de Yato? — Lewis habló para calmar las aguas y tranquilizar a todos. Pero se quedaron en silencio, cosa que emocionó a Yato.
— ¡Ya ven! Soy el único que tiene una idea jaja. — dijo con orgullo mi amigo.
— Bien, dinos. — dijo Ray resignandose.
— ¡Sí! — Emitió euforico haciendo un ademan con la mano — Que les parece, acampar en el bosque, ya sea en casa de campaña o en una casa de campo.
— ¡Vaya! No fue tan descabellada como creí — Solté, creo que después de no bañarse por dos días en la última salida, Yato comenzó a pensar mejor las cosas.
— Me, me gustaría ir, si ustedes quieren. — dijo por fin Ritsu.
— ¡Claro! Si queremos ¿verdad Julián? — Rica me pego con el codo, como señal de «no lo defraudez»
— Ah, sí claro — Terminé diciendo. Ritsu solo Sonrió. No esta demas decir que estas últimas semanas me he mantenido un poco al margen de él, no quería hacer las cosas incomodas y después de lo del dedo... fue suficiente incomodidad para mi.
— Mis padres tienen una casa de campo, podemos quedarnos ahí. — Sugirió Lewis.
— Y mis padres tienen casas de campaña, puedo llevarlas por si queremos salir a acampar en la noche. — Mencionó Sam viéndonos. Al parecer el plan de Yato estaba tomando cuerpo y forma.
— Sí, suena bien. — Ray lo aprobó, cosa que estaba bien porque era el mas sensato de todos.
— ¿Cuando irán? — Ritsu lanzó la pregunta del millón.