Tal vez, si vuelvo a renacer.

Capítulo 13: Solo como amigos.

— ¡¡RITSU!! — Grité.

— ¿Eh? ¿Julián? ¿Qué pasa, por qué estás tan asustado? ¡¿Pasó algo con los chicos?! — él se levantó del suelo asustado, cosa que me hizo enojar puesto que, el asustado debería ser yo.

— ¡¿Qué?! ¡No! ¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que te fuiste? ¡Estábamos preocupados por ti! — reclamé

— ¿Por mi? — dijo con duda y sacado de onda por completo.

— ¿Por qué no has regresado? — Ignoré su pregunta y le lancé otra.

— Bueno... Yo... «Meow, meow» — Mi gesto de duda y curiosidad parecieron haberle llegado, pues después de ese extraño maullido Ritsu se hizo a un lado — Lo encontré solo aquí, así que me quede a cuidarlo... — Dijo bajando la vista al suelo.

— ¿Un gato? ¿Llevas aquí veinte minutos cuidando de un gato? Ritsu, todos están preocupados porque no has regresado ¡y tú estás aquí con un gato! — En ese momento no sabía si estaba molesto o aliviado, pero de algo estoy seguro, me alegraba que no le hubiese pasado algo.

— Lo Siento... — Tenia un notorio arrepentimiento plasmado en su rostro. Su tono de voz lo demostraba también.

— Volvamos, nos están esperando — recordé y comencé a caminar, pero él se quedó estático — puedes traer al gato si quieres — le dije, el tomó al animal entre sus brazos y comenzó a caminar con una ligera sonrisa en el rostro.

Caminamos de regreso, la luna brillaba en medio de la oscuridad del sendero. No sabía si era el gato, pero Ritsu parecía tan tierno cargándolo; le daba pequeños mimos y lo acariciaba, parecía un niño pequeño al cual le acaban de dar un nuevo juguete; yo no podía hacer más que contemplar su brillo en medio de la oscuridad.

— Julián. — le escuché decir.

— ¿Eh? — dije después de reaccionar.

— Lamento haberlos preocupado, no era mi intención...

— Si, si, ya pasó, nos diste un buen susto, pero ellos se alegrarán de que estás bien y lo olvidarán, no te preocupes — dije mientras le daba pequeñas palmadas en la cabeza.

— Sí.

De camino de regreso, no dijimos nada más; el se concentró en darle mimos al gato y yo, en admirarlo. Después se unos minutos de caminar, llegamos a la fogata.

— Rica: ¡Por Dios Ritsu! ¡¿Dónde estabas?! — Emití Rica primero, el resto de mis amigos no se encontraban en el círculo.

— Julián: ¿Dónde están?

— Rica: Después de que te fuiste tomaron las linternas y fueron a buscarlos, me quedé en caso de que alguno volviera. Les avisaré que están de regreso los dos.

Rica sacó su teléfono. Nosotros nos sentamos a esperar, cosa que no hicimos por tanto tiempo porque después escuchamos a Yato gritas desde la malesa.

— Yato: ¡Hombre! Creímos que te atacó un animal.

— Sam: Que bueno que estés bien, Ritsu.

— Ray: ¿Dónde lo encontraste, Julián?

— Julián: Estaba entre los arbustos cuidando a «Meow, meow» — Se escuchó otra vez, interrumpiendome — -cuidándolo a él — dije mientras señalaba al animal.

— Lewis: Hey, ¡Pequeño animal salvaje! ¿Cómo lo encontraste, Ritsu? Ten cuidado, no tiene vacunas, a mi padre tuvieron que llevarlo al hospital después de que lo mordiera. — Lewis no se había dado cuenta, pero lo estábamos viendo fijamente conteniendo las ganas de extrangularlo.

— Ritsu: De hecho, él me encontró a mí y, no parece ser salvaje, no me ha hecho nada.

— Rica: Espera, ¿ese es el animal del que hablabas, Lewis?

— Lewis: Sí, aquí hay muchos.

— Yato: ¡Hombre! ¡Creímos que te referías a un tigre o a un jaguar!

— Lewis: Explicame como ha de haber un tigre aquí. Es lógica Yato.

— Sam: Ya, ya, lo importante es que Ritsu está bien, Yato relájate y, Lewis, la próxima vez, explícate mejor. — Sam Intentó calmarse, pero en su cara se veía que quería agarrar a Lewis y darle con una piedra en la cabeza.

Voltee a ver a Ritsu, esta vez había pasado a su fase de inmersión en su propio mundo, parecía no escuchar a los chicos discutir. Miraba a ese gato como si fuera una de las maravillas del mundo.

— Ray: Bien, ya casi es hora de dormir ¿Qué les parece si hoy acampamos aquí?

— Yato: ¡Sí! ¡Campamento!

— Rica: ¡Genial! ¡Vamos por las casas de campaña!

— Lewis: Iré por ellas, Ray, Yato y Julián, ayúdenme, Ritsu ¿puedes ayudar a las chicas a juntar leña y hacer espacio?

— Ritsu: Sí — Creo que Ritsu no se había dado cuenta, pero mi grupo se amigos lo consideraba una amiga más. Es decir, si pusieran a cargar cosas a los hombres y a recoger frutas a las mujeres, sin duda a Rits lo enviarían a recoger frutas. No podía culparlos, él en realidad se veía tan frágil.

Fuimos por las casas de campaña y al regresar, todo estaba habilitado para acampar, armamos las casas y se repartieron compañeros para dormir; a mí... bueno a mi me tocó con Ritsu esta vez.




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