— Sam: ¡¡RITSU!! ¡Por Dios! — Sam estaba como alma que lleva el diablo.
— Ray: ¡¡¿Dónde estabas?!! ¡¿De verdad estabas pensando irte?! Sin despedirte...
— Lewis: Ritsu, nos preocupaste, creímos que ya no te veríamos más.
— Ritsu: Lamento haberlos preocup-... — no termine de hablar, Rica se me abalanzó.
— Rica: Creí que te habías ido así, sin decir nada — Rica me tenía abrazado con fuerza, hasta que decidió soltarme, Yato se me acercó y me dió un pequeño golpe en el brazo.
— Yato: Hombre, incluso yo casi lloro. — después me dió unas palmadas en la espalda. — no vuelvas a hacer una pendejada como esa por favor.
— Ray: Nos alegra que sigas aquí — dijo mientras me sonreía tiernamente.
A pesar de haber hablado con Hyung, aún no me sentía con ánimos, necesitaba aclarar muchas cosas conmigo mismo.
— Ritsu: Lo siento... por preocuparlos y discúlpenme, pero no me siento con ánimos ahora... Lamento haberlos preocupado. — comencé a caminar y me dirigí a mi habitación.
Quería hablar con mi hermana un poco más antes de seguir, quería que ella supiera que no importa lo que pase, no la olvidaré y que tampoco desperdiciaré la oportunidad que me dió a costa de su vida.
El cuarto estaba oscuro y yo sentado en la cama solo podía ver mi teléfono, pensando en lo que me diría hyung.
*Fuera de la habitación*
Narra Ray.
Los demás decidieron darle su espacio y se marcharon luego de encomendarnos cuidarlo. Nos quedamos Lewis y yo fuera de la habitación de Ritsu.
— Ray: Iré a verlo, lleva mucho tiempo solo — Lewis me tomó de la mano y me impidió ir.
— No vayas... — me dijo.
— ¿Qué?
— ¿Por qué siempre vas? Acaso... — Emitió con duda.
— ¿Qué? ¿Pero qué estás diciendo? Lewis, voy porque necesita que alguien lo ayude a salir de esto.
— ¿Crees que sólo con estar a su lado saldrá de esto? Ray, no saldrá si no quiere hacerlo, la iniciativa viene de uno mismo y si no tiene iniciativa propia, no importa lo que hagas, seguirá igual.
— Lewis, ¿Pero qué estás diciendo? — Pregunté un poco molesto, es muy raro que él hable de esa manera, más cuando se trata de sus amigos.
— Olvídalo, me iré a casa. — soltó y luego se dio la vuelta para salir.
– Espera, Lewis — lo sujeté del brazo — tenemos que aclarar esto ahora — tomé sus manos entre las mías — estás, ¿Estás celoso? ¿De Ritsu? Lewis, ¿Es en serio? — Él se mantuvo en silencio — Oye, ¿Crees que mis sentimientos por ti cambiarían así de rápido? Ritsu es mi amigo, lo apoyo tan insistentemente porque sé que se siente no tener a nadie en momentos como este, no quiero que él pase por lo que pasé, quiero ser para él, el amigo que yo nunca tuve.
Lewis no dijo nada, sólo desvió la mirada. Tenía los ojos decaídos y hacía ese extraño gesto que siempre hace cuando esta apunto de llorar, arruga el entrecejo y se muerde los labios.
— Mírame — tomé su barbilla con mis dedos y levanté su rostro obligandolo a mirarme — Lewis, mis sentimientos sólo te pertenecen a ti, no te cambiaría ni por Ritsu ni por nadie, ¿Entiendes? — sus ojos desafiantes y rebeldes se tornaron tiernos, tomó mis manos entre las suyas.
— Lo siento Ray, — besó mis manos — Tal vez estaba un poco celoso de que... últimamente estás más tiempo con él y yo... yo solo te veo en la escuela y los días en que venimos a verlo. Dije cosas sin pensar, Ritsu está pasando por una situación difícil ahora, soy egoísta... Ve, él necesita un amigo como tu.
— Espera, te llevaré a casa, solo iré a ver si necesita algo. — Me alejé de Lewis y me dirigí a la habitación de Ritsu, toqué la puerta y después pasé.
— Ey... ¿Cómo estás? ¿Necesitas algo? — pregunté.
— Ray, no, no necesito nada — permaneció en la cama sentado, recargado contra la pared mirando su teléfono — Ray, quiero estar solo un rato, y ya es tarde, es hora de que Lewis y tú regresen a casa, me disculpo por preocuparlos.
— No te preocupes por eso ¿si?, nos iremos, si necesitas algo, no dudes en llamarme.
Una vez dicho esto, salí de la habitación, tomé a Lewis de la mano y salimos de la casa.
° ° ° ° °
Narra Ritsu.
El tiempo transcurrió lento, los minutos que pasaron antes de las 8:00 parecían eternos, la idea de saber lo que pasó esa noche me aterra. No podía parar de pensar en eso; permanecí en el cuarto hasta la llamada de Minho.
Hasta que por fin el teléfono sonó. Contesté lo más rápido que pude.
— Minho — dije con la voz más tranquila que pude.
— Ritsu, ¿Llegaste bien a casa?
— Sí, pero tenemos un tema pendiente, ¿Recuerdas?