— ¿?: Ritsu, llegaste.
— Tú... ¿Cómo?...
— ¿?: En un avión y luego un taxi — bromeó.
— ¡Hyung! ¿Por qué? ¡Es increíble que estés aquí! — La emoción dentro de mi crece, hace mucho tiempo que no he visto a Minho y, ahora, él está aquí, ¡en México! ¿Cómo es posible? - ¿Cómo me encontraste?
— Minho: Rastree tu teléfono y me trajo hasta aquí.
–¿Qué hiciste qué? — bueno, a fin de cuentas, sigue siendo un gran investigador y su red de contactos no es una broma, me sorprendería que no me hubiese encontrado.
— Minho: Bueno, bueno, no te molestes, te encontré, eso es lo que importa.
— Pero, ¿Por qué viniste? Y otra pregunta ¿Cómo entraste? — no recuerdo haber dejado mi puerta abierta, o alguna llave escondida.
— ¡Oh! Eso... Bueno... El gato me abrió.
— Hyung...
— Esta bien... forcé la cerradura, aunque no tuve que hacer esfuerzo alguno, pequeño Rin, tu seguridad es muy mala. Respondiendo a tu pregunta inicial, te tengo una gran noticia que no podía decirte a través de un teléfono.
— ¿Qué? ¡Dime! ¡¿Qué noticia es la causante de que vinieras desde Corea a México?
— Minho: Ritsu, el juez a dado fecha para tu juicio, es dentro de dos semanas, vine para llevarte de vuelta a Corea.
— ¿Qué? — lo que recién dijo, por alguna extraña razón, me callo como un balde de agua fría.
— ¿Cómo que, "qué"? ¿No estas feliz?
— Ah... ¡Sí! Solo fue muy repentino... ¡Pero estoy feliz! Entonces, ¿Nos iremos ahora?
— ¿Qué? Nooo, el juicio es hasta dos semanas, antes de venir hice todos los preparativos, mi gente se está moviendo para que todo esté en orden y no hayan “sorpresas” que puedan interferir y ocasionar que se retrase; no hay de qué preocuparse ahora, Jinhe nos dejó información muy valiosa, gracias a ella, el juicio se adelantó Ritsu — dijo levantándose del sillón — Con lo que tengo a mi poder, ten por seguro que se demostrará tu inocencia... Y deja de decir hyung, ¡Estamos en México! ¿Cómo se habla aquí?
— Eso espero, Min. El vocabulario, supongo, no es diferente. — Minho, es solo dos años mayor que yo, pero a veces se comporta como alguien de mi misma edad. De todas formas, no pensaba explicarle como es que los mexicanos usan la palabra «mamar» para diferentes cosas, o el «wey» para cualquier persona y el como puede varias según la tonalidad y el contexto en el que se diga.
— Ví en un programa que en en México se come chile, ¿Es verdad? — una imagen de Yato se me vino a la mente. — Me preparé para este día «wey» — eso me hizo tener que aguantar la risa. No se que tanto hayan escuchado a un coreano hablar español, pero definitivamente si tienen la oportunidad hagan que pronuncié el «wey» apenas tengan la oportunidad.
— Bueno, si es verdad pero...
— ¿Es cierto que cuando algo es interesante, te gusta o te llama la atención dicen «Está chido»? ¿Qué es «chido»?
— ¿Qué? Eso, no lo sé... — Entonces si Julián me gusta ¿le diría «Me chido» «Ey, tu me chidas»? Si, en definitiva eso no se usa de esa forma.
— Minho: ¿Los tacos son ricos? Oí que a los mexicanos les gustan los tacos.
— Ritsu: ¡Min! Déjame terminar de hablar, ¿Si?
— Lo siento, es mi primera vez en México, me emocioné.
— Bueno, sólo he estado un año, no es que como si supiera todo, yo tampoco sé tanto, además creo que tienes otras cosas más importantes que decirme, mi juicio es dentro de dos semanas, pero tú llegaste mucho antes, dijiste que tienes información con la que seguro se demuestra mi inocencia; llegas de repente a mi casa, fuerzas la cerradura, entras sin permiso, ¿Y sólo quieres comer tacos?
— Minho: Por la cerradura no te preocupes, ya llamé a alguien para que la repare y, sobre tu caso, en la noche hablamos, no te estreses pequeño — dijo mientras me tocaba la cabeza y me miraba a los ojos — confía en mí ¿Si?, Vine antes porque hace mucho no te veía, quería verte desde hace mucho, así que decidí tomarme unas pequeñas vacaciones con mi pequeño.
— Ritsu: No estoy molesto, está bien, en la noche hablamos. ¿Tienes lugar donde dormir? Si no, puedes quedarte aquí.
— Minho: Mi pequeño es tan lindo, me quedaré entonces.
— Ritsu: Bien, vamos, te mostraré tu habitación — le dije mientras le sonreía, ciertamente me sorprendió su visita, aún más su noticia, pero me alegraba verlo. — es aquí, esta será tu habitación, ponte cómodo e instalate, usa y toma todo lo que necesites, estás en casa.
— Minho: Gracias pequeño, me cambiaré y bajaré enseguida, quiero que me acompañes a conocer el lugar.
— Si, te espero abajo y Minho, — El volteó a verme con sorpresa — Por favor no vuelvas a decir «Wey» — El me aventó una almohada de la cama y se puso a reír.
Bajé y esperé a que él viniera, a pesar de que estaba feliz de verlo, me preocupaba la idea de tener que irme, pensé que ese día llegaría mucho más tarde, a demás, en dos semanas es la clausura, quisiera poder siquiera despedirme de mis amigos, quería despedirme de él. Tengo que pensar en cómo decirles que me iré, ellos tenían pensado que todos estudiaremos cerca y nos veremos, aunque no tan seguido, ¿Cómo les digo que me iré a Corea y que, muy posiblemente, no volveré a verlos?