Tal vez, si vuelvo a renacer.

Capitulo 34.

Estando en el avión, de algo estaba seguro, no volvería a llorar por él, lo que hace un momento eran lágrimas ahora es enojo, estoy enojado. 

Estaba distraído mirando el paisaje cuando alguien me tocó la espalda. 

– ¿Es usted el joven, am... Hokano Ritsu? 

–Si, soy yo. 

–Bien, hay alguien que lo espera, sígame. 

Comencé a seguir a la señorita, ella me guió a un cuarto vacío, donde sólo estaba sentada una persona. 

–Te dije que te vería en el avión, pero tuve que mandar a buscarte, pequeño. 

La señorita que me trajo ya se había ido. 

–Hyung, lo siento, se me ha olvidado, pero ¿Qué es todo esto? 

–Minho: Este avión no es del todo seguro para ti, puede haber alguien que te reconozca, es mejor estar lejos de la multitud. 

–Por eso ocupaste una sala VIP

–Sí, por eso, vamos, siéntate pequeño, hay que hablar. 

–¿Sobre qué? - dije mientras me sentaba. 

– como qué sobre qué, dejaste a tus amigos, ¿Cómo estás? 

– ¿Cómo más estaría? Hyung... - él se quedó mirándome, esperando mi respuesta - no estoy tan bien, ellos son los primeros amigos que hago desde que tengo memoria, son los primeros en tratarme como si no fuera un bicho raro y, los tuve que dejar... 

–Minho: Lamento haberte hecho dejarlos...

–No es tu culpa, yo tenía que volver. 

–Bien, cambiando de tema, Ritsu, ¿Estás listo? ¿Cómo te sientes? 

–¿Sobre el juicio? No, no estoy listo, pero lo haré y, tengo muchos nervios, me siento ansioso... 

–Es normal sentir nervios, tu futuro depende totalmente de esto. Ritsu, cuando lleguemos, no te separes de mi por ningún momento - la voz y la mirada de Minho cambiaron totalmente - ponte esto - me dió una mascarilla negra y una gorra, solo dejaba a la vista mis ojos - no te lo quites al bajar, tampoco te despegues de mí, no te subas ni vayas a ningún lugar a menos que yo te lo diga ¿Okey? 

–S, sí. 

–Minho: Bien, será un largo viaje, duerme un poco. 

Le hice caso a lo que dijo y dormí, él también se recostó. 

 

No sé por cuánto tiempo estuve dormido, pero cuando abrí los ojos, Hyung no estaba, supuse que fue al baño, así que no me moví de mi lugar,  pocos minutos después, él regresó. 

Me notificó que estábamos a nada de llegar a Corea, mi pulso se aceleró. El piloto dió el aviso de que estaban apunto de aterrizar, me puse rápidamente la mascarilla y la gorra. 

 

El avión aterrizó en el aeropuerto de Seúl, tomé mis maletas, hyung me tomó de la mano y comenzó a caminar. 

–No te separes de mi, por ningún motivo - me repitió. 

Yo estaba muy nervioso, hace un año no estaba en Corea, estar de vuelta se sentía extraño, aunque tenía un juicio de por medio, lo único que quería hacer es ir a ver la sepultura de mi hermana. 

–Vamos, camina, pequeño.

Hyung comenzó a caminar más rápido, me cuesta seguirle el paso, en ningún momento me soltó, de pronto llegamos a un auto rojo, el me abrió la puerta y me indico que subiera, le hice caso y entre al auto, él me siguió. Le indicó al conductor que lo llevara a su casa y así lo hizo. 

 

En unos minutos, estábamos en la casa de Minho, era tan acogedora.

–Llegamos pequeño, estarás aquí hasta que el gran día llegue. Ven, te mostraré tu habitación. 

–Ritsu: Creí que vivías con tu madre. 

–Vivía, cuando volvió mi padre, me compró este lugar y me dijo que me viniera aquí, que él cuidaría de ella, al principio no quería, desconfiaba, iba a visitar a mi madre y, al parecer es cierto, él la está cuidando así que puedo vivir tranquilo. 

–Oh, me alegro por ambos. 

Llegamos a la habitación, era más amplia que mi antiguo cuarto en México, también era acogedor. 

–Ponte cómodo. 

–Gracias, hyung. 

Él se marchó, desempaqué y me tumbé en la cama, pensamientos invadieron mi mente, ¿Cómo están mis amigos? ¿Cómo se sentirán los demás? No les dije nada, solo me fui ¿Fue lo correcto irme de esa manera?, No lo sé... Tal vez no deba hablar con ellos de nuevo, estarán ocupados con la universidad, sólo los estorbaría y, no quiero hacerlos sentir mal... 

Saqué mi teléfono del bolsillo, mire la pantalla, tenía un mensaje de Ray "¿Ya has llegado?" Otro de Rica "¡Ritsu! Es broma eso de que te has ido ¿Cierto? Estás en tu casa ¡¿Cierto?!" Sam y Yato dijeron algo similar, les respondí a todos y apagué el teléfono de nuevo. 

En el cuarto solo se escuchaba el sonido del ventilador, estaba tan tranquilo que asustaba. Dejé de hacerme el fuerte y comencé a llorar, me habían roto el corazón, abandoné a mis primeros amigos, tantas emociones me estaban comiendo por dentro, mientras miraba un punto fijo, las lágrimas salían como una cascada. 




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