Hace tres años y once meses desde que él se fue y, no pasa uno solo en el que no me arrepienta de mi cobardía, siempre pienso lo que hubiera pasado si yo le hubiese dicho lo que en verdad siento, si, siento, porque aún no he podido olvidarlo.
Ahora ya estoy en la universidad, estudió en una de las universidades más reconocidas de todo México.
Ray y Lewis, estudian en la misma universidad, pero carreras diferentes, Rica fue llevada a Estados Unidos por su familia, Sam, está de estudiante de intercambio en otro país, no estoy seguro en qué país se fue, Yato estudia en el mismo país, pero ya no hablamos.
Al parecer desde que se fue, las cosas cambiaron bastante, él era nuestro soporte, cuando los demás se enteraron de que se había ido, y del porqué se fue, hubieron cambios en nuestra amistad, Ray y Lewis son los únicos con los que mantengo contacto desde ese día, son los únicos a los que les dije la verdad sobre mis actos.
¿Qué pasó con Aneth? Terminé con ella el mismo día que él se fue, ya nada me ataba a ella, la persona por la que la estuve soportando todo este tiempo, se ha ido, así que terminé con ella apenas volví del aeropuerto.
Justo ahora, estoy en la entrada de la universidad.
–Ray: Julián, ¿Esperaste mucho?
–Lewis: Hola.
–Julián: Hola, no esperé tanto - digo con un tono cansado - entremos.
Estamos de camino a la facultad que nos corresponde.
–Ray: Julián, Lewis y yo queremos ir por un café después de clases, ¿Vienes?
–Julián: No, gracias por la invitación, Ray, pero tengo cosas que hacer en casa.
–Ray: Julián, ¿Cuánto más piensas estar así? Te quedas en casa todo el tiempo, ya no sales ni para tomar un café. Casi se cumplen cuatro años y no ha respondido ni un solo de nuestros mensajes, él no regresará, ¿Por qué no sigues con tu vida?
–Julián: Ray... Lo siento, pero tengo cosas que hacer en casa... Tengo que irme.
Me despedí de ellos.
–Lewis: Ray, déjalo ser, no es fácil amar a alguien y, en el caso de Julián, es aún peor.
–Pero me preocupa, cuando él se fue, Julián se encerró y, desde eso, no ha salido de su casa, se queda en su cuarto a oscuras, envuelto en la cama, lo único que hace es ir a la universidad y de la universidad a su casa otra vez, fuera de eso, ya lo muestra interés en nada. Ya no es el Julián que conocimos, se volvió más frío con el mismo y con los demás, me preocupa que pueda caer en un cuadro depresivo...
–Lewis: Ya hemos intentado cuánto pudimos, pero no logramos nada.
–Hay que seguir intentando, ya lograremos algo.
–Bien, vamos a clases.
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La universidad es estresante, me ayuda a distraerme, pero los días que no tengo actividades por hacer, me abrumó, el corazón me duele cada vez que pienso en su nombre, tal vez Ray tenga razón y debería comenzar a asimilar que él ya no volverá.
Por mi culpa, él ya no volverá.
Al finalizar las clases, fui por Totoro, su gato, le pedí a Ray el favor de dármelo y, lo llevó a un centro de mascotas para que lo cuiden mientras yo estoy en la universidad.
Después me fui a casa.
La misma rutina se repitió día tras día. La casa se sentía vacía, solo estaba el gato y yo, era muy silenciosa, los únicos ruidos que habían en ella, era el maullar de Totoro, la música que sonaba de fondo y el ventilador girando en el techo, yo recostado en la cama, solo me quedaba quieto pensando en lo mucho que me equivoqué.