Tal vez, si vuelvo a renacer.

Capitulo 36.

Los días se volvieron semanas. La rutina se repetía una y otra vez todos los días. 

Yo seguía igual. Tal vez ya es momento de olvidarme de él, jamás me perdonaré lo que hice, pero también tengo que aprender de eso y seguir adelante. 

–Julián: Ray - dije apenas el respondió el teléfono - ¿quieres ir a algún lugar mañana? Dile a Lewis. 

–Ray: ¿Qué? ¿Qué acabas de decir? ¡Claro que quiero ir a un lugar! 

– Bien, te veo en la plaza central a las 9am. 

–Ray: ¡Bien! ¡Te veo ahí! 

Ray estaba muy emocionado, después de casi cuatro años, al fin he decidido salir, aunque comencé a arrepentirme de haberlos invitado, ya no podía dar vuelta atrás. 

 

La mañana siguiente, tomé el autobús y me dirigí a la plaza central a la hora acordada, hace mucho no salía y, aunque creí que me haría bien hacerlo, mi ánimo no cambió de lo común. 

Cada vez que salía, buscaba entre la gente, tenía la esperanza de que, si lo buscaba, lo encontraría... 

Nada, nada, durante casi cuatro años, nada... 

–¡¡Julián!! - gritó alguien a lo lejos - lamentamos haber llegado tarde, el autobús nos dejó y tuvimos que esperar al siguiente. 

–No te preocupes, Ray, hola Lewis, ¿Tienen hambre? 

–Sí. 

Nos dirigimos a un pequeño aposento para comer, ordenamos y nos dispusimos a esperar a que llegue la comida. 

–Ray: Me alegra que hayas decidido salir hoy, Julián.

–Lewis: También a mi, me alegra eso. 

–Gracias, lo pensé mucho a decir verdad. 

–Ray: Has tomado una decisión ¿Cierto? 

Con lo de él. 

–Julián: Sí, he tomado una decisión, lo dejaré ir de mis pensamientos, me resigno a que vuelva y pueda explicarle lo que pasó. 

Vivo con la culpa de esa noche y, a veces, no puedo dormir... Ese es mi castigo. 

–Lewis: Has madurado mucho, Julián. 

–Julián: Sí, aprendí muchas cosas ese día de otoño. 

Y es verdad, aprendí que si pienso demasiado y me enfoco en solo lo que dirán las personas de mí, nunca podré ser feliz, si en ese momento hubiera aceptado mis sentimientos por él y le hubiese dicho, tal vez todo sería diferente; no hubiese aceptado ser novio de Aneth y, por consecuencia, tampoco hubiese caído en sus chantajes. 

También me di cuenta que, las personas se tienen que ir para darnos cuenta que tan preciadas eran para nosotros, pero no hay necesidad de esperar a que eso suceda. 

 

–Ray: Lewis tiene razón, cambiaste y, según veo, fue para bien. Tus calificaciones aumentaron e incluso pudiste entrar en la universidad más prestigiada de México. Es increíble viniendo de ti. 

–Juilián: necesitaba hundir mi mente en algo, así que me dediqué a estudiar y estudiar. 

–Lewis: Si volvieras a verlo, ¿Le dirías lo que sientes sin miedo? 

Si volviera a verlo, no solo le diría lo que siento.

–Julián: Sí - miro hacia la ventana de cristal que está detrás de Lewis y Ray - Si volviera a verlo - un... Cabello gris... - .... - hago silencio de repente.

–Ray: ¿Qué pasa Julián? 

–Julián: ......

–Lewis: ¿Julián? 

–Julián: Un... Cabello gris... - antes de que me diera cuenta, me levanté bruscamente de la mesa. 

–Ray: ¿Un qué?

–Julián: Un cabello gris, lo ví, justo afuera, ¡Su cabello gris! 

–Lewis: Julián, ¡Espera! 

Salí corriendo con todas mis fuerzas, la cuidad estaba agitada, la multitud chocaba entre si, a lo lejos la cabellera de color gris se alejaba. 

–¡No puedo perderlo de vista! - inquiero para mis adentros - dónde, dónde ¡¿Dónde está?!

Me detengo y comienzo a buscar entre la multitud, miro de un lado a otro, pero parece haber desaparecido por arte de magia. 

–¿Dónde está?... - camino de prisa hacia adelante mientras sigo buscando con prisa entre la multitud... 

Me detengo en seco, ahí estaba, no puedo dejar que se vaya una vez más... Podía ver esa cabellera gris frente a mi, así que me dispuse a acercarme. 

–Julián: Oye... ¡Oye! - lo tomé del hombro y tiré de él - Ri...

–¡¿Qué te pasa?! ¡¿Cuál es tu problema?! 

–Julián: Lo siento... Lo confundí con otra persona... Lo siento. 

–Cariño, vámonos.

–Si, vámonos, la próxima vez, fíjate mejor en quien es la persona - dijo de forma tranquila una vez la mujer que estaba a su lado llegó. 

Lo.. lo confundí, pero... Por un momento de verdad creí que era él, pude sentir que era él... Pero sólo me equivoqué... El ánimo que hace un momento se levantó, volvió a caer. 

–Lewis: ¡Julián! ¡Ahí estás! 

–Ray: ¿Qué sucede? Saliste corriendo tan rápido, creí que había ocurrido un accidente... 




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