Tal vez, si vuelvo a renacer.

Capitulo 37.

–¡Oh! Aquí estabas, bien ¿Nos vamos? 

–Sí, llevo esperando un tiempo aquí. Hasta luego señoritas, tengan un lindo día. 

*No puede ser, es tan guapooo *susurros* 

–Eres muy popular, como siempre. 

–Son lindas, eso es todo. No puedo ser mal educado con unas señoritas tan lindas. 

–Me sorprende que hables así.

 

–Julián: No puede ser, ¡Llego tarde! ¡Compermiso! 

–Hazte a un lado, pequeño. *Abrazar y hacerlo a un lado*

–No me llames así. 

*Ambos se alejan caminando*

 

–Julián: Pero qué... ¿Pequeño?...

*Recuerdo* 

–¿Se les ofrece algo? Si no, procedemos a irnos, que tengan un lindo día, vámonos, mi pequeño

*Fin del recuerdo*

–Debo estar equivocado, por las prisas no le vi la cara, así que no puedo suponer cosas por solo escuchar una palabra. Dos veces el mismo día, es mucho más de lo que puedo soportar, además, tengo que ir por Totoro. - pienso. 

 

Entre al local. 

–Julián: Buenos días, vine por Totoro. 

–¡Oh! Si, lo prepararé para irse. 

*Susurros* *¿Crees que venga de nuevo este chico? Era tan lindo* *si, muy lindo*. 

–Aquí está, él hizo un nuevo amigo hoy. 

–¿Cómo? ¿Un nuevo amigo? 

–Un joven muy apuesto vino hoy, al parecer, simpatizo con el gato. 

–Oh, ya veo, bueno, tengo que irme señorita. 

–Sí, que tenga una linda mañana. 

 

Salí del lugar y me fui a mi casa, al llegar, saqué a Totoro de la jaula y lo abracé.

–Así que hiciste un nuevo amigo, deberás presentarmelo pronto, no puedo dejar que cualquier persona se te acerque, ¿Sabes? Eres lo único que me queda de él..  bien, abajo. 

Lo dejé en el piso, él se fue a la cama y se hechó ahí. 

Hoy es sábado, así que no lo llevé por la escuela o algo así, tenía su chequeo mensual. 

 

En casa, no hay mucho que hacer, no tengo ánimos de salir después de lo que pasó hoy... Dos veces, dos veces se me aceleró el corazón por error... 

Me recosté y quedé dormido, cuando desperté, ya era de noche, me duché, alimenté al gato, también comí y de nuevo me fui a la cama. 

–Otro día sin saber qué fue de él, su nombre... Su nombre está grabado en mi mente. Me temo que no es fácil dejarlo ir. 

En lo que pude darme cuenta, ya estaba dormido. 

 

El día siguiente, transcurrió de la misma manera, haciendo tareas de la universidad, arreglando la casa, estando por horas en mi cuarto reproduciendo la misma canción. 

Eso se volvió mi rutina de todos los días,  Ray me invitó a salir varias veces durante el día, rechacé cada una de ellas, no quería salir de nuevo y causar otra equivocación. 

Al final, el domingo terminó. Eran las cinco de la mañana cuando me desperté, tenía que ir a clases, comencé a prepararme. 

Después de alistarme, llevé a Totoro conmigo y lo dejé en el lugar de siempre, después me fui a la universidad, el centro de mascotas estaba bastante cerca de la Universidad, así que no era problema ir todas las mañanas. 

 

Llegué a la escuela, Ray y Lewis estaban esperando como siempre. 

–Lewis: Julián, Ray y yo iremos al café después, ¿vienes? 

–Julián: Lo siento, estoy ocupado. 

–Ray: Vamos Julián, solo un rato, no tardaremos, te lo prometo. 

Me quedé mirándolos, ellos ponían cara de súplica. 

–Julián: Bien, iré, pero no tardaré. 

–Ray: ¡Bien! Nos vemos después de clase entonces. 

–Julián: Sí, nos vemos. 

Cada quien se dirigió a sus aulas. 

Llegando al salón, los rumores estaban al tope. 

*Murmullos* *Es extragero* *dicen que es muy guapo* *¿Alguien ya lo ha visto?* *Yo, lo ví el sábado, fue al centro de mascotas donde trabajo* *sí, mañana comienza* *dicen que son dos* 

–Julián: ¡Oye! Sebas, ¿Por qué tanto ruido? 

–Sebas: ¡Ey! ¡Julián!, Están alborotadas por el nuevo estudiante. 

–¿Nuevo estudiante? 

–Sebas: Sí, hay un nuevo estudiante de intercambio, casi nadie lo ha visto, mañana comienza a venir a clases y todas están alteradas. 

–Julián: ahh, por eso. - la última vez que tuve un nuevo compañero a mitad del curso fue en la preparatoria y, fue él... .

–Maestro: Buenos días... 

Una vez entró el maestro, guardaron silencio. Antes, cuando estaba en la preparatoria, era muy malo en la escuela, ahora tengo las mejores calificaciones de la licenciatura, pero eso no me hace feliz. 

Los módulos pasaron uno tras otro, la hora del almuerzo llegó.  

–Sebas: Julián, vamos, ¡Muero de hambre! 

–Sí, ya voy - busco mi almuerzo y comienzo a caminar a la puerta. 

Al salir del aula, en el pasillo, la gente estaba amontonada, casi no había lugar para caminar. 

–Julián: ¿Por qué hay tanta gente aquí? 

–Sebas: No tengo ni idea. ¡Jenny! ¿Por qué están tan amontonadas? 

–Jenny: El nuevo estudiante, literalmente acaba de entrar a la dirección, todas están esperando que salga. 

–Sebas: Ahh, por eso, rayos, quería ver a mi competencia. 

–Jenny: No te ofendas, pero no eres competencia para él y, si hubiesen venido 10 segundos antes, lo hubiesen visto. 

–Sebas: Me hieres. 

–Julián: Vámonos, tengo hambre. 

–Sí. 

Terminando el almuerzo, regresamos al aula, el ambiente no cambió mucho de como estaba al inicio. Era mejor así, las chicas ya no eran tan molestas. 

 

Las clases terminaron y fui al encuentro con Ray y Lewis. 

–Julián: Lo siento, llegué tarde. 

–Ray: No te preocupes, acabamos de llegar. 

–Lewis: Bueno, vamos. 

–Julián: No puede ser, ¡Lo dejé en el salón! Vayan primero, tengo que volver a buscar algo, les alcanzaré después. 

–Ray: Bien, te esperamos en la cafetería. 

–Sí. 

Corrí de vuelta al salón, ahí estaba mi diario de campo, lo tomé y salí para ir al café. 




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