–Yun: Ya no llores, ahora que todo se aclaró, no me separaré de ti de nuevo, Julián.
Lo mire a los ojos y le sequé las lágrimas que caían por sus mejillas, sin pensarlo, poco a poco me fui acercando más, podía sentir su respiración cerca de mi rostro, casi podía sentir sus labios rozar con los míos, me acerqué más y más, hasta que...
–Médico: Sr. Julián, vine para su última revisión, después de esto, si todo está en orden, será dado de alta.
Me separé de él al instante, estaba tan cerca.
–Yun: Te esperaré fuera, todo estará bien, mi pequeño.
Salí de la habitación, mi cara se sentía caliente, fui al baño y si, estaba completamente roja, mi corazón parecía que quería salir de mi pecho.
–Yun: Entonces, ¿Eso fue todo? Tu enojo ya pasó... ¿Cómo puedo ser tan frágil ante él? - dije a mí mismo, necesitaba calmarme, bajé unos momentos y salí a la calle, Ray y Lewis seguían ahí.
–Ray: ¿Está todo bien?
–Yun: Sí, está todo bien.
–Lewis: ¿Cuándo podrá regresar a casa?
–Yun: Hoy, le están haciendo su última revisión justo ahora.
–Lewis: Me preocupé mucho y, lo peor es que aún no atrapan al agresor, no sabemos si tiene que ver con los sobres blancos.
–Yun: ¿Sobres blancos?
–Ray: ¿Julián no te dijo? Han estado apareciendo sobres con hojas en blanco en la puerta de su casa, al principio era solo una vez a la semana, ahora ya es cada día.
–Lewis: También nos dijo que últimamente ha estado sintiendo que alguien lo sigue cuando va a casa y que lo observa cuando está en la calle.
–Yun: No me dijo nada, gracias por decírmelo. - Julián ha estado corriendo peligro todo este tiempo y yo estaba perdiendo el tiempo evitandolo...
–Ray: Yun, ya tenemos que irnos, ¿Te puedes quedar con Julián?
–Yun: Sí, claro. Que descansen.
–Gracias, te lo encargamos.
Ambos se alejaron.
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–Lewis: ¿No crees que debemos despedirnos de Julián?
–Ray: Ya sabe que nos fuimos, él nos pidió que lo dejáramos con Yun, me envió un mensaje de texto.
–Lewis: ¡Oh! Bueno.
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Regresé al segundo piso a esperar, ya estaba más calmado, pero lo que Ray y Lewis me dijeron me inquieto, ¿Quién y por qué quiere hacerle daño a Julián?
El médico salió minutos después.
–¿Usted viene con él?
–Yun: Sí.
–Bien, como le dije al Sr. Julián, todo está en orden, ya puede irse a casa, cualquier molestia que pueda tener, tráigalo ¿Entendido?
–Yun: Sí, gracias doctor.
Entré al cuarto después de hablar con el médico, él estaba poniendo su chaqueta.
–Yun: Ray y Lewis ya se fueron.
–Julián: Sí, me mandaron un mensaje despidiéndose.
–Yun: ¡Oh! - el ambiente era muy incomodo, hace unos instantes casi, yo... Casi lo... Era una atmósfera extraña, todo se había aclarado, pero aún había mucho de qué hablar, ¿Qué somos? ¿Qué seremos? Además y lo más importante, ¿Qué está pasando con ese agresor?
–Yun: Vamos, te llevaré a casa.
–Julián: Yo, aún no he comido, ya es de noche y tengo hambre...
–Yun: Vamos, te llevaré a cenar - le tomé su mano y comencé a caminar, el camino detrás mío, su mano era tan cálida, quería abrazarlo de nuevo. Yo crecí tanto en tamaño como en musculatura, pero Julián, ahora parece frágil, siento la necesidad de protegerlo...
Después de hacer el papeleo correspondiente, salimos del hospital.
–Yun: Vamos, sube - le abrí la puerta del copiloto, él se subió.
–Julián: Gracias.
–Yun: ¿Por qué?
–Julián: Por perdonarme.
Me quedé en silencio.
–Yun: ¿Que quieres comer?
–Julián: Lo que sea, está bien.
–Yun: Dime, yo invito.
–Julián: ¿Vamos por pizza?
–Yun: Pizza Entonces.
Arranqué el auto y conduje a una pizzería, durante todo el camino, casi no hablamos, hace mucho no nos veíamos, hace mucho que no hablábamos, tenemos tanto que hablar que no sé por dónde empezar.
–Yun: Llegamos, ¿Quieres comerlo aquí? ¿O quieres ir a tu casa?
–Julián: mmmm, vamos a mi casa *ligera sonrisa tierna*
*Badum* *Badum* esa, esa sonrisa...
–Yun: Quédate aquí, regreso enseguida.
–Julián: Quiero, quiero ir contigo, ¿Puedo?