Después de hablar unos minutos pedimos la cuenta, nos retiramos.
–Sam: Bien, me diré. Oye, Ritsu - me volteé - hay una feria aquí cerca, entonces mañana iremos y, queríamos saber si te gustaría venir.
–Ritsu: Pero, no interrumpiré nada...
–Sam: Claro que no, todo aquel que pueda soportar a Julián ebrio merece ser reconocido como nuestro amigo, bienvenido a la bolita.
–Ritsu: Gracias.
–Rica: Yato, mételo al grupo.
–Yato: Sí, enseguida, necesito tu número.
–Ritsu: Sí.
–Lewis: Y bien ¿Vendrás mañana?
–Ritsu: Sí, ahí estaré *sonrisa*
–Sam: Bueno, nos vemos mañana, tengo que irme, hay tareas por hacer.
–Rica: Sí, también yo, nos vemos.
Todos se despidieron, también lo hice, me fui a casa, estaba feliz, sólo quería llegar a casa y contarle a Yuang. Me apresuré a llegar.
Una vez en casa, entré, Yuang estaba sentado viendo TV, lo abracé.
–Yuang: - me miró con miedo - dime enseguida quién diablos eres y qué le hiciste a Ritsu.
–Ritsu: estoy feliz - le di un pequeño golpe en la cabeza.
–Yuang: Cuenta.
–Ritsu: Bien.
Le conté todo lo que pasó, él se puso feliz por mí, desahogue toda mi felicidad con él, después me fui a duchar, subí a mi habitación y comencé a hacer las tareas pendientes. Esa noche dormí hasta tarde, Yuang me trajo la cena a mi habitación.
Terminé mis tareas cerca de las tres de la mañana, me acosté, en un parpadeo la alarma sonó, desperté ¿Por qué la noche no es más larga?
Me vestí, Yuang y yo fuimos a la universidad. En la entrada estaban ellos.
–Ray: Ritsu, no olvides lo de hoy.
–Ritsu: Lo tengo pendiente.
–Lewis: Yuang, ¿Quieres venir?
–Yuang: ¿Dónde?
–Ray: Hay una pequeña feria en el centro, iremos, ¿Quieres venir?
–Yuang: ¿Puedo?
–Ray: Claro que sí.
–Yuang: Está bien, iré.
–Lewis: Bien, nos vemos ahí.
Los tres se fueron, Julián no me saludo.
Llegué al aula, como siempre, nada nuevo ocurrió.
Las clases finalizaron como siempre, en la salida, me encontré con Yuang, ambos fuimos a casa. Al llegar, nos pusimos de acuerdo en el horario de la ducha, vimos algunas cosas más y después hicimos nuestros deberes.
Cuando llegó la hora de la ducha, cada quien entró en su horario, yo estaba nervioso, no tengo buenos recuerdos de la feria... Tenía miedo.
Los minutos pasaron, la hora de ir llegó, Yuang y yo salimos. Llegamos al lugar acordado en el grupo, todos estaban ahí.
–Ritsu: Lamentamos la tardanza.
–Sam: No se preocupen, vamos, hay que ir a mirar.
Caminamos por los juegos, jugamos varios, Yuang y yo ganamos la mayoría.
Así pasaron las horas. Cerca de las nueve de la noche, todos teníamos hambre, fuimos a comer.
Entramos a un lugar, encargamos algo de comida, mientras la traían platicamos un rato, Julián estaba muy callado.
Trajeron la comida, comimos, una hora después nos levantamos y seguimos recorriendo la feria, eran cerca de las doce de la noche.
–Yato: Miren ese lugar, vayamos a ver.
Miré hacia donde Yato apuntaba, mi cuerpo se paralizó... Ese lugar era... Mi corazón comenzó a latir a mil, miré Julián, estaba parado mirando ese lugar, fijamente. Después comenzó a caminar juntos con los demás, yo los seguí. Me aferré a Yuang, de lo contrario, sentía que iba a caerme.
Llegamos, observé el lugar, los recuerdos invadieron mi mente, me paralicé, todos estaban explorando y mirando, los chicos se fueron a mirar la vista, solo quedamos Yuang, Julián y yo.
–Yuang: Iré a ver la vista con ellos - esta escena se me hace familiar.
–Ritsu: Yo también voy.
–Julián: Espera - me jaló de la manga de mi chaqueta. Yuang se alejó, me quedé con él.
Julián me miraba con extrañes.
–Julián: ¿Estás? ¿Estás seguro de que no nos hemos visto antes?
–Ritsu: ¿Por qué?
–Julián: Yo...
*¡Bam!* *¡Bam!* mi cuerpo se estremeció al escuchar los fuegos artificiales que anuncian la media noche.
Julián se paralizó, después cayó al piso con la manos en sus orejas, se quedó ahí mirando el suelo, estaba aturdido, estaba temblando.
*Julián, un día antes*