Aún estoy en la freidora, las primeras papas están un tanto quemadas, así que George decidido mejor ponerme a tomar las ordenes de las demás mesas.
Del otro lado de la calle veo como una pareja se dirige a la cafetería.
-No puede ser es Alexander con Chloe, no me pueden descubrir- pienso.
- ¿Estas bien Charlotte? - me preguntaba George al ver mi cara de terror -estas un poco pálida- dice tocando mi frente- ¿que tienes? - agrega preocupado.
-Necesito ir a comprar unos medicamentos de verdad, no me siento bien, ¿tendrás una puerta de salida por aquí atrás? - le pregunto nerviosa.
-Si solo cruza por la barra de atrás.
-Lo siento regreso en un rato más.
Detrás de la ventana de la puerta veo como entran Alexander y Chloe.
-Buenas tardes- dice George desde la cocina, ya que al entrar se escucha un pequeño timbre -en un momento los atiendo- dice apurándose de preparar la orden de los universitarios.
Entrega la comida y se dirige a su mesa para entregar los menú.
-Les gustaría que les deje los menús y en un rato regreso por ellos- dice un tanto exhausto.
-George, ¿no me reconoces? - le pregunta Chloe coquetamente.
-Chloe, ¿Chloe Jones? ¿Eres tú? - dice asombrado.
-Si, soy yo.
-Mira te presento a mi novio Alexander.
-Novio- grito en mi mente, no puedo creerlo.
Veo el asombro en Alexander ante el título que le ha dado Chloe, que al parecer aun no se lo había pedido oficialmente.
-Mucho gusto- extiende su mano Alexander hacia George.
-El gusto es mío- dice George mientras se limpia su mano en su delantal.
-Es un príncipe ¿sabías? es el príncipe de los Hamilton - agrega Chloe al mismo tiempo que levantaba la ceja hacia George.
-Los dejo para que decidan que ordenar, seguiré en la cocina- se despide George y se dirige a la cocina.
-Es increíble cómo me restriega en la cara “Es el príncipe Hamilton” siempre haciéndome sentir menos- escucho como murmura George en la cocina -claro siempre me ha creído un pobre diablo que de suerte levanto una cafetería- dice hablando con los vasos que termina por lavar.
Decido irme de ahí por un momento, camino sin saber a dónde ir, aun no puedo creer que ya sean novios, solo tuvieron una cita oficial, claro en la preparatoria Alexander siempre me cambiaba en los segundos recreos por estar ella -pero que triste noticia- pienso una y otra vez, así menos querré que sepa de mí.
George
Veo como Chloe levanta la mano para que me acerque a ellos.
-Estamos listos para ordenar- ha dicho a lo menos unas cuatro veces desde su asiento.
Me acerco con la mejor actitud a ellos, tomo la comanda en mis manos.
-Yo quiero el jugo verde, con un panini de atún- pide Chloe sin dejar de lanzar una mirada de satisfacción hacia Alexander.
-Yo quiero una malteada de chocolate con un Croissant- ordena Alexander.
-En seguida les traigo su pedido- me acerco a la cocina, pero recuerdo que Charlotte se fue y me tengo que acercar una vez más a los universitarios -está todo bien, ¿gustan algo más?
- ¿A dónde se fue la chica linda? – pregunta el de ojos azules y cabello rubio como lo describió Charlotte.
-Oh Charlotte se sintió mal y se tuvo que ir a comprar unas medicinas- digo mientras veo que ya han pasado casi 25 minutos.
-A penas que le pediría su número- finaliza mientras se levantan de la mesa, dejan el pago, la propina y se retiran.
-George- me llama Chloe -No se supone que Leslie ya está grande para andar enamorando universitarios- dice algo confundida.
-No, Leslie renuncio el día de hoy y ante mi desesperación acepte que trabajara una chica foránea, que se ha sentido un poco mal y se fue a comprar medicamentos.
-No deberías hacer eso, tal vez sea una asesina o una fugitiva y tu dándole trabajo.
-No lo es, es una chica muy amable, honesta, lista y trabajadora- defiendo a Charlotte.
-Yo solo digo- termina.
Me dirijo a la cocina y empiezo a preparar lo que espero sea la última comida del día, ya son las 6 de la tarde, y debo darme tiempo para oficializar la contratación de Charlotte.
Termino con la orden y me dirijo a ellos -aquí están sus platos, buen apetito.
-Gracias- dicen hambrientos Alexander y Chloe.
- ¿Se abra perdido? – no dejo de preguntarme -Tal vez si, como se me ocurre dejarla ir sola si a penas venia de quien sabe dónde- pienso.
-Terminamos- se escucha del otro lado de la cafetería
Me acerco, tomo la bandeja y recojo los platos - ¿se les ofrece algo más? - pregunto.
Editado: 01.04.2021