22 .El día llego

Después de tanto esperar, al fin es el día de mi boda, he estado en contacto con George, videollamadas y en pruebas de vestido, y al fin todo está listo para mi día. Han pasado dos meses exactos y en pocas horas diré acepto.

-Al fin es el día- dice Grecia a lado mío.

Estamos en mi habitación y a ambas nos están arreglando los estilistas de la reina.

-Si, en pocas horas- digo emocionada de solo pensar en el momento.

Entra Beltrán con mi vestido de novia -Aquí lo pondré señorita Const.- dice y lo deja sobre mi cama.

En un momento me levanto para mirarlo y me quedo enamorada del vestido una vez más.

-Continuamos con el peinado- dice el estilista.

George no tarda en llegar, la cafetería no la cerraría había contratado a una familia para que le ayudara.

En ese momento suena mi teléfono

-George- digo cuando no escucho nada -George- repito una vez más y cuelgan. Me levanto de la silla y vuelvo a marcar.

-Corazón- escucho al fin su voz.

- ¿Que paso? - pregunto más tranquila de escucharlo.

-Llego en 20 minutos- responde y cuelga.

Mi corazón y mi mente se tranquilizan, todo este mes ha estado muy tranquilo y ha sido perfecto ruego por que todo salga bien.

-Todo bien – se acerca Grecia.

-Llega en 20 minutos- digo alivianada.

Retomo el peinado y maquillaje, después de media hora, escucho la voz de George.

-No puede entrar señor- dice una estilista.

-Está bien- escucho cuando se retira.

Más tranquila de saber que está aquí, terminan de arreglarnos.

-Estas hermosa- abrazo a Grecia.

-Ni me digas, te vez muy hermosa- me regresa el abrazo.

Son las 4:55 pm y ya tenemos que salir, escucho cuando George pasa corriendo por el pasillo para irse primero. Así que salimos de la habitación al llamado de Beltrán.

-Se ven preciosas- nos dice a Grecia y a mi cuando nos ve.

Camino junto a Grecia por los pasillos a unos metros esta la reina que no puede contener sus lágrimas cuando me ve.

-Te ves hermosa mi niña- dice mientras me abraza y besa la frente.

Sigo mi camino y pienso en que caminare sola por el pasillo, por ello recuerdo que entre los invitados está el señor Const.

-Grecia, puedes hablarle al señor Const-

Veo cuando Grecia señala conmigo y el señor Const se levanta de su asiento y camina hacia mí.

Respiro cuando se acerca -dime bella señorita.

-Cree que pueda acompañarme por el altar- pido sonriendo.

-Sería un honor- dice sin más palabras.

Suena la música de entrada con el saxofón y caminamos por un pasillo de flores blancas, pasamos por los asientos y todos nos miran, a lo lejos veo como George trata de contener las lágrimas.

Antes de llegar en los asientos de enfrente veo a Chloe y Alexander, ambos me miran asombrados, pero desvió mi mirada de ellos.

-Entrego a Chelsea Const- dice el Señor Const tomando mi mano y la dirige con George.

-Tomó a Chelsea- dice George nervioso.

Ambos estamos sonrojados, pues al fin seriamos marido y mujer, el sacerdote dice sus palabras y antes de terminar hace la pregunta.

-George Aceptas a Chelsea como tú esposa, para amarla y respetarla, cuidarla en la salud y enfermedad.

-Acepto- contesta y me mira sonriente.

-Chelsea Aceptas a George como tú esposo, para amarlo y respetarlo, cuidarla en la salud y enfermedad.

Antes de decir acepto se escucha una voz al fondo que nos hace voltear a todos.

-No se pueden casar- dice Chloe levantándose de su asiento.

Veo como Alexander, la toma del brazo y la jala de los demás, ella arrebata su brazo y se acerca a nosotros.

-George, tú aún me amas- dice mirándolo fijamente cerca de él.

George voltea a verme y le dice acercándose a ella -No, yo amo a Chelsea.

-Estas mintiendo- lo toma del cuello con sus manos para darle un beso y George se la quita de encima y la regresa con Alexander.

-Chloe, ahora amo a Chelsea- voltea a verme, y yo estoy en shock.

La deja con Alexander y regresa conmigo -Por favor padre, prosiga- pide.

- ¿Aceptas Chelsea?

Yo no sé qué pensar, aunque George es la primera vez que la enfrenta, lo digo -Acepto- y en eso todos aplauden.

-Puedes besar a la novia- en ese momento George me toma con sus manos y rodea mi cintura, que siempre me hace estremecer cuando me toca, me besa apasionadamente.