Tal vez, Siempre Seras tú. (editando)

26. Nunca más

Despierto y no me siento con ánimos de hacer nada, así que solo me quedo ahí, acostada.

- ¿Quieres acompañarme? – pregunta Alexander desde la entrada.

-No, de verdad quisiera quedarme aquí.

-Está bien, lo entiendo- se despide.

Paso el día en cama, Beltrán ayuda mucho así que me trae mi desayuno a la cama, veo televisión y decido prender el celular.

Mensaje de George. Decido no abrirlo y entra una llamada de Grecia.

- ¿Chelsea, como estas?

-Devastada- me limito a decir.

-Mi hermano es un tonto de verdad, lo siento mucho.

-No te preocupes de verdad, le pediré el divorcio.

Un silencio invade la conversación. -Grecia ¿estás ahí? 

- Si, creo es lo mejor porque una cuarta oportunidad él no se la merece.

Se despide con un suspiro y cuelgo cuando leo el mensaje de George.

Chelsea

Discúlpame, de verdad no sabes cómo siento el haberte herido una vez más, no merezco a alguien tan valiosa como lo eres tú, estoy seguro de que me pedirás el divorcio, y no te lo negare, así que estas en tú derecho, sabes, me siento muy mal, por haberte engañado, por no haberte cuidado como lo merecías, espero de corazón que encuentres a alguien que no sea tan imbécil como yo.

Adiós.

Por mi mente pasa que ni siquiera un te amo, ni un querida, así que pienso que ya se estaba enamorando de esa tipa. Limpio mis lágrimas y tomo una siesta. En mi sueño estoy en un campo lleno de flores, donde se puede respirar el olor a tierra mojada, y siento una tranquilidad en mi ser. Al mismo tiempo siento que alguien me toca y despierto de golpe.

-Chelsea, mi niña, no quise asustarte- escucho la dulce voz de la reina Alexia.

-Reina ¿qué hace aquí? – pregunto un poco soñolienta.

-Me enteré de todo y quise venir para estar contigo.

-Gracias- la abrazo y me siento mejor, por que ella y Alexander son mi hogar, todos en el palacio lo son.

- ¿Mi niña que paso? -pregunta mientras se sube a la cama y se acurruca conmigo.

-George me engaño, se acostó con una tipa cuando más necesitaba de él, no sabe cómo me siento- me acurruco más en ella.

-Lo siento mucho, yo vi mucho amor en el hacia ti- dice mientras acaricia mi cabello.

-Igual yo, pero, no sé, el ya no me amaba, ya no me tocaba, incluso no dejaba que lo acompañara a la cafetería.

-Siento mucho escucharlo de verdad, me duele mucho que sufras.

-Me mandó un mensaje donde solo se disculpa, ni siquiera menciona que se arrepiente y menos me dice te amo, eso me hace sentir peor- confieso sacando mi celular y borrándolo de mi celular.

-Nosotros te amamos mi niña, siempre estaremos para ti.

-Gracias, se los agradezco mucho.

-Mañana te parece si salimos de compras- ella sabe que eso me hace sentir mejor, no cicatriza mi alma, pero me distrae.

-Si, me parece la perfecta idea- digo feliz.

-te dejo para que descanses.

-Gracias, buenas noches- sale de mi habitación, y miro mi celular, juego un momento cuando entra Alexander.

- ¿Qué haces? – pregunta sentándose donde estoy.

-Solo juego un momento, tengo que distraer mi mente- contesto mientras muevo mis dedos en la pantalla.

-Ven, te tengo una sorpresa- dice quitándome el celular y jalándome hacia él.

- ¿Una sorpresa? – lo miro sin entender nada.

-Si vamos- saca una pañoleta de su bolsillo y me venda los ojos.

-Alex, sabes que odio las sorpresas y más cuando me vendas los ojos.

-Solo confía en mi- dice y caminamos, rápido siento el cambio de clima, por lo que siento que salimos del palacio hacia el jardín.

-Cuando cuente tres, te quitas la pañoleta- dice cerca de mi oído.

-Está bien- respondo tomando un respiro.

-Uno, dos …. Tres- quito la pañoleta y estamos bajo el árbol donde jugábamos de niños, hay unas mantas, comida, velas, luces y una radio con música -Te prepare una velada.

-Alex- digo mientras me acerco a él para abrazarlo.

-Quiero hacerte sentir mejor- dice cuando me tiene en sus brazos.

-Tú, Grecia, Beltrán y la reina son lo mejor que tengo- digo conmovida.

-Eres lo mejor de nuestras vidas

Sonreímos un poco nerviosos, así que nos sentamos entre los cojines.

- ¿Lasaña? – pregunto.

-Tú favorita.

-Gracias, Alexander, no sabes lo bien que me hace sentir que hagas esto por mí.




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