Capitulo 1 Quien soy

Vanessa Moyano

Estoy recibiendo a algunos nuevos clientes en mi bufete contable, muchos empresarios llegan para que les dé asesorías para sus empresas o para que les ayude a consolidar algunas fusiones de negocios, Para que les diga cuales serían sus pérdidas y ganancias con tales uniones o separaciones.

Muchos de mis empleados dicen que soy la mejor Contadora y otros creen que tengo muchos clientes gracias a mi físico ya que soy alta, delgada, curvilínea y con un cabello rojo con ondas naturales que muchas chicas quisieran y que yo he llegado a aborrecer algunas veces, tengo una mirada que muchos describen como penetrante y sensual. Yo no creo lo mismo, pero qué más da, de alguna forma son una contadora famosa y reconocida en las altas elites.

Nadie sabe que hay detrás de todo lo que he logrado, el por qué, pocos son capaces de entender mi fascinación por los numero, los libros contables y mi extremo deseo de aprender cada día más.

Yo era la habitual chica de media sociedad, mi padre Michael Moyano tenía un pequeño bufete contable en la ciudad de Mónaco, algo muy modesto con lo que podíamos vivir bien, sin tanto lujo, pero sin carencias.

Tenía 8 años cuando mamá Vianey Moyano murió de un paro respiratorio por no encontrar a tiempo su inhalador ya que tenía asma.

Cambio mucho mi vida desde que ella no estaba, iba con papá después del colegio al despacho y pasaba ahí leyendo libros de contabilidad y viendo como el hacía todo para llevar la contabilidad de los negocios que confiaban en él.

Un día cuando volvía del colegio vi un auto muy lujoso estacionado frente al despacho de mi padre, fue un poco raro, pero aun así no dudé en entra y saludar debidamente como mis padres me habían enseñado.

El hombre que se encontraba dentro era muy elegante y formal, hablaba de una forma peculiar como alguien que tiene unos estándares muy altos de educación y de formación académica, pero era dulce y bromeaba con mi padre, podía sentir que eran amigos.

Mi padre me presento: Dijo él es mi buen amigo Ashton Ramston, ahí pude saber su nombre y la relación con mi padre. Lo saludé y seguí en mis deberes diarios en el despacho los cuales eran acomodar las cajas con archivos y limpiar los estantes donde poníamos algunos documentos importantes.

Acomodaba todo por fechas y nombres cronológicamente, podría decirse que el orden es una de mis fascinaciones.

Nada nuevo paso por mucho tiempo seguía mi rutina diaria, iba y venía del colegio a el despacho y luego a casa.

Cuando cumplí 18 hice mi examen de admisión a la universidad sabía que quería ser contadora igual que mi padre para así poder ayudarlo en el negocio. El cree que soy buena para esto y yo también.

Llegue como todos los días contenta y con la esperanza de que lograría pasar mi examen de admisión. Mi padre estaba en el despacho como siempre, pero de nuevo volví a ver un auto familiar en mi recuerdo pero que no veía desde hace muchos años.

Entre y estaba ahí el señor Ramston con su formalidad y calidez humana. Salude como era debido y me encamine a hacer mis deberes, no lograba escuchar lo que hablaban, solo cuando reían a carcajadas podía saber que aún estaba ahí. Más tarde salí a buscar algo para cenar y me percaté de que el señor Ramston ya se había ido.

Paso un mes para saber qué SI había sido aceptada en la carrera de Contabilidad. Solo tenía un problema, era un poco caro y tendría que buscar un empleo por la tarde para poder costearlo ya que mi padre podía apoyarme un poco pero no en su totalidad.

Llegué al despacho y le conté a mi padre las buenas nuevas, él estaba feliz y orgulloso de mi.

Nos dimos un largo abrazo y cuando nos separamos me dijo algo que me dejó boquiabierta y un poco incrédula, me dijo que tenía una beca para mí que él había conseguido que alguien financiara mis estudios y que el trabajaría como contador por unos años más para la compañía de esta persona. No me dijo el nombre de la empresa y la verdad creo que tampoco pregunté, estaba tan feliz de poder estudia y poder seguirle ayudando en el bufete que me olvidé de ese detalle.

3 años después

Faltaban 6 meses para que terminara mi carrera cuando mi padre enfermo, le dio un derrame cerebral y tuve que afrontar sola con el bufete, no era algo fácil, pero tenía la confianza de que podría terminar la carrera y seguir con el negocio de mi padre.

2 meses mas tarde mi amado padre murió, fue el dolor más fuerte que pude tener en muchos años, muchos dicen que a causa de eso soy muy dura y cautelosa, que reservo mucho mis emociones y que soy un poco inalcanzable.

Terminé mi carrera y seguí con el negocio de mi padre por unos dos años.

Después decidí que era tiempo de llevar el negocio a otro nivel, ya que teníamos un cliente que pagaba muy bien por los servicios y aunque nunca lo había visto en persona, sus correo y cheque nunca faltaron, cada mes sin falta llegaban sus libros contables y yo trabajaba en ellos sin renegar ya que teníamos un contrato con ellos, sabía que era una empresa grande ya que había muchos activos y empresas pequeñas ligadas a ellos. Eran de partes de autos, barcos, y algunos otros medios de trasporte. “Burths y asociados”

Era una suma muy buena cada mes, así que decidí expandir el negocio, contratar algunos contadores junior y hacer que el legado de mi padre siguiera y fuera mucho más grande.

Así es como llegue a lo que soy hoy, una mujer de 29 años dueña de uno de los bufetes Contables más grande de Mónaco, era conocida por tener clientes de renombre y que era implacable para cerrar negocios, encontrar fallas contables y fugas de dinero que muchos no hubieran podido logran tan rápido.  Se podría decir que soy un genio para esto. Tengo especialidades en administración de empresas y muchas conexiones tanto en el país como en el exterior, que ayudan a que mi negocio sea aún más eficiente.