Capítulo 4 - Instantes que lo cambian todo

Lu 

La presentación fue un éxito y el jurado marcaba una puntuación que me aseguraba el pase a la final, simplemente  estaba feliz, la algarabía entre el público era fascinante, pero mis ojos se encontraron con él, ese chico con el cual choqué el los pasillos y al que le debo una camiseta, simplemente me sonrió y movió su cabeza felicitandome y yo sentí una corriente en mi cuerpo indescriptible, era más alto que yo, le daba al hombro,  delgado pero bien definido, ¿practicará algún deporte? Y su rasgos son finos y sus ojos, un negro indescriptible, unos ojos familiares, será acaso... 

-Lu debemos irnos, hoy hay fiesta para celebrar jujujuy -- y ella era Cielo, mi Mexicana favorita, la conocí al llegar, es buena pero no pasó a las semifinales, pero decidió quedarse brindándome su apoyo.

• - No tengo muchas ganas de ir-- y era verdad me sentía cansada.
• - Nada señorita, iremos, quién quita que encuentres al amor de tu vida chaparrita -- era caso imposible, con alguien así no podía negarme.
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La tarde transcurrió tranquila, pero Cielo se enfrascó que debía ser la diva de la noche, el maquillaje no es lo mío, pero si hay algo que amo son los tacos y que tacos.

• - Estas de infarto chaparrita -- ni yo podía creerlo, estaba bien, Cielo había hecho de mi maquillaje algo muy natural pero que resaltaba mis facciones, era de piel Canela, pero mis ojos eran un color miel que amaba, mi pelo estaba hecho un desastre porque se me había ocurrido tinturarlo ¡el pero error!.

Salimos rumbo a un bar donde todas las noches se reunían a celebrar los triunfos y ahogar las penas por la derrota, el olor a alcohol era asfixiante.

• - Chicas por aquí, vengan -- gritaba un rubio amigo de Cielo -- están de infarto, hermosas, tengan de cortesía unos chupitos.
• - No gracias, yo paso -- el trago tampoco era lo mío.
• - Vamos Lu, solo uno, no puedes ser tan aburrida.
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• Y prácticamente uno se convirtieron en más de 10 creo, perdí la noción del tiempo pero me traté de incorporar al sentir que alguien recorría por mis muslos sus manos.
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• - Que te pasa estupido -- me levanté furiosa, pero fue una mala idea porque enseguida sentí que el mundo daba vueltas.
• - Eres hermosa y ese culito respingado pide a gritos que lo toquen -- decía esto tan cerca que me tenía acorralada, empecé a sentir nervios y asco.
• - suéltame -- trate de forcejear pero fue inútil -- sino me sueltas gritaré -- pero justo en ese instante sentí como alguien me jalo estampado mi cuerpo en un torso muy buen definido.
• - Dijo que la soltaras -- esa voz, se me hacía familiar pero no supe más, los nervios y los chupitos empezaban hacer efecto, siento que me faltaba el aire.
• - Encárguense, yo me hago cargo de ella -- fue lo último que escuché a lo lejos.

Se sentía tan bien estar en esta cama, era tan cómoda y olía tan bien, oh oh ese olor no es mío pensé levantándome de golpe, lo que fue una mala idea porque sentía mi cabeza martillar, y justo al abrir mis ojos estába él, sentado frente mío.

• - Buenos días bella durmiente -- dijo en un tono neutro.
• - Que estoy haciendo aquí -- fue lo único que se me ocurrió decir, tratando de incorporarme de la cama.
• - la próxima que deses salir debes elegir mejor a tus amistades, o evitar emborracharte -- su voz ya no era tan neutra.
• - perdón? Yo estoy suficientemente grandecita como para que des charlas de cuidado -- era irritante -- además a mis amistades las elijo yo.
• - Sino hubiese llegado, ese amigo tuyo se hubiese aprovechado de tu inconsciencia -- es verdad, solo de recordar me da un asco -- y seguro estás que si, estas bastante grandecita -- lo dijo en un tono pícaro ladeando su cabeza, y justo en ese instante reaccionó y veo su oscura mirada clavada en mi cuerpo, oh estoy solo con una polo.
• - Pero como es posible -- dije eso mientras  volvía de golpe a la cama cubriéndome con la sábana -- tu y yo no habremos -- lo dije mirándolo esperando una respuesta.
• - NO -- sentencio molesto -- yo no soy ese tipo de persona, me gustan las mujeres en sus cinco sentidos y sean receptivas a mis caricias -- por Dios sentí mi cuerpo estremecerse bajo sus palabras, como era posible ante un desconocido.
• - Estaré fuera, sobre la mesa -- lo dijo señalando la mesa -- esta tu ropa sucia de vómito, no creo te la quieras poner, en mi clóset puedes buscar algo que te sirva, y ya me deberías más de una camiseta -- hablaba de la que arruine en el pasillo.

Al dejarme sola, me dirigí al baño y puede ver que estaba hecho un desastre, pero me quedaba bien su polo, aproveche para husmear, pero no fue tan buen idea, en el baño había una caja de preservativos, seguro es un adolescente que se tira a todas las que puede, y en su closet encontré lencería de mujer, ni loca usaré eso pensé. 

Me vestí con su misma polo, una pantaloneta y sin mis bragas, debía llegar pronto a mi cuarto pensé.

• - Huele delicioso -- fue lo único que pude decir al salir.
• - Debes comer algo, pero hazlo despacio para evitar que vuelvas a vomitar -- sentenció un poco molesto.
• - Gracias por todo, sino hubieras llegado no se que pudo pasar -- Estaba molesta con la mexicana amiga mía y su amiguito -- estoy en deuda contigo -- dije eso observando como me penetraba su mirada y se acercaba a mi Dirección.
• - Que estas haciendo -- dije tartamudeando al sentirlo tan cerca, que podía sentir su respiración sobre mi nuca -- que se supone haces -- dije en un susurro.
• - Cobrando mi deuda -- fue lo único que escuché decir al sentir como sus labios se estampaban con los míos

Senti como su mano se colocó en mi cintura y fue subiendo hasta mi espalda pegándome por completo a su pecho, sus labios exigían respuesta de los míos pero por todos los Santos  era mi primer beso y no sabia que hacer, así que me deje llevar, intente responder y los abrí un poco y con eso su leguna ingreso de golpe, causando un sin número de sensaciones, malditas hormonas pensé.