Estaba tan ansioso de que llegáramos a casa. Había estado pensando en todo el camino de regreso en como colarme a la casa de los Miller, pero ninguna idea parecía factible. Hice hasta un cálculo mental entre la distancia y la altura que había entre la ventana de Ayra y el Árbol de Saman que tenía en frente y aunque tenía una gran posibilidad de lograrlo, ahora mismo no estaba en condiciones físicas para intentar esa maniobra. Mi mano derecha estaba bastante afectada. Justo en ese instante me di cuenta que la había cagado. - Mierda - Solte recostado mi cabeza del asiento de adelante del copiloto.
-Que te sucede? sientes dolor ? - dijo mi madre preocupada terminando de estacionar el auto mientras yo buscaba que excusa darle para justificar mi expresión.
-No, sólo estoy extremadamente cansado, me iré a dormir- Dije dándole un beso en la frente y huyendo a mi habitación para pensar mejor en la posibilidad de escalar el árbol.
Mi madre comenzó a caminar detrás de mí, sospechando mis intenciones. - Vas a cubrirme con la manta como cuando tenía 8? - le dije y ella se quitó un zapato para aventarmelo con una puntería de lujo. Me rei ante la precisión de su ataque.
- Si se te ocurre hacer algo ridículo Mylas de verdad te mandare en el primer avión a Cambridge- Dijo amenazandome con el otro zapato.
-Dormiré lo juro - mentí pero era necesario. Ella me miró incrédula me conocía perfectamente, pero como había tenido un día horrible ella me dio su voto de confianza, apago la luz de mi habitación - mamá te ama - dijo - también te amo gracias - conteste fingiendo cerrar los ojos y ella cerró entonces la puerta de mi habitación.
Coloque la alarma en el Teléfono para que sonara a las 5 am. A esa hora Charles salía a trabajar y la casa quedaba En principio con Amber, Cassie, Connor y Ayra, mas las señoras del servicio que seguramente estarían durmiendo.
Cerre los ojos e intente descansar y aunque mi mente estaba muy agitada, físicamente estaba exausto. Me quedé dormido hasta que la alarma sonó y me Desperte exaltado. La desligue de inmediato para no despertar a mi madre. Me puse los tennis y vaya que me costo. Era muy difícil hacer las cosas con mi mano izquierda, que tampoco estaba en muy buen estado.
Suspiré después de semejante esfuerzo. Y me desánimo un poco pensar en que me seria casi imposible subirme a ese árbol, abrir la ventana y entrar a la habitación de Ayra. Pero tenía que verla como sea.
Abrí la puerta de mi habitación cuidadosamente y de la misma forma baje las escaleras. Y cuando estaba intentando abrír la puerta me di cuenta de que mi madre había cerrado con llave porque en el fondo sabía que no iba a quedarme tranquilo, literalmente me había encerrado.
-Mierda!- Exclame molesto, pero no iba a rendirme igual. Saldría por la ventana de mi habitación. Así que subí nuevamente las escaleras, entre a mi habitación y cerre mi puerta con seguro.
Intente abrir la ventana, pero estaba bien trabada. No tenía suficiente fuerza. Tenía que usar las dos manos para abrirla. Me pare frente a la puta ventana y coloque las dos manos, tomé aire porque probablemente eso iba a dolerme, y luego la empuje con fuerza hasta arriba.
-Vamos mierda! - Dije haciendo toda la fuerza posible en mi situación. Y aunque estaba doliendo un montón era terco. Continue hasta que lo logré. Una vez qye se abrió quise gritar pero me contuve para no despertar a mi madre. Acto seguido me tire al suelto a recuperar el aliento y tolerar el dolor. Porque en ese estado las manos no iban a darme para poder bajarme.
-Solo un minuto Mylas - me dije a mi mismo mientras respiraba. Estaba sudando y ni siquiera estaba haciendo calor. - Ya esta, vamos a darle - Me di ánimos, sabia que había perdido la cabeza pero no me importaba. Lo máximo que me podía pasar era acabar con otro hueso roto si tenía una mala caída.
La distancia no era mucha. Talvez unos dos metros y un gran arbusto que podía servir perfectamente de colchón. Me acomodé, me sostuve el tiempo que pude con las dos manos y cuando estaba en posición me deje caer.
El aterrizaje no fue tan escabroso. Supongo que Dios me ayudó, porque cai de pie sin hacer mucho ruido, ni romperme ningún otro hueso. Pero tal vez la poca suerte se me había acabado porque escuché como si alguien estuviera abriendo la puerta de mi casa. Trague saliva, probablemente mi madre me había atrapado.
- Pero es que en serio tú perdiste la cabeza - Dijo una voz conocida
-Ayra? que haces aquí? - le conteste muy sorprendido, quería correr y abrazarla, pero ella me estaba destruyendo con la mirada.
-Por qué razón estas actuando así? y no te atrevas a decir que es por ni culpa, porque lo menos que yo quiero es que suceda algo malo -
-Baja la voz, despertarás a Raquel y me enviará en el primer avión a Cambridge - Le dije haciendo señas de silencio para que se calmara.
-Pues eso mismo es lo que debería hacer, enviarte con tu padre antes de que hagas una locura - Dijo acercándose a mi y tomando mis manos. - Te parece bien esto? - dijo tomando mis muñecas y enseñándome mis manos.
- Soy un boxeador - dije bromeando mientras le daba un beso fugaz, ella soltó mis manos y se enojo aun más. - Ah yo estoy haciendo cosas estúpidas, pero supongo que tu estas mucho mas cuerda, como llegaste aquí? - Cuestione y ella volteó los ojos.
- Me escape - Confesó y yo sonreí victorioso ella me agarro por la mandíbula - Quita esa cara de idiota, Te vi saltar por la ventana no es gracioso lo que hiciste- estaba genuinamente angustiada.
- Me llamaste y me dijiste ese montón de cosas, como si te estabas despidiendo de mi, creí que no volvería a verte, que querías que hiciera? que me arropa y me acostara a dormir? - Dije y ella me beso. Sentí como si me volviera el alma al cuerpo. Nos separamos y ella me abrazo para luego comenzar a hablar - Pero si realmente es una despedida Mylas - mi corazón se paralizó otra vez al escucharla.