Tres navidades, 4 veranos, y una cantidad de miles de días infernales pasaron desde entonces. No supe nada de ella durante todo ese tiempo. No volví a Beaufort nunca más. Mi madre tampoco lo hizo. Se había reconciliado con mi padre y vivía en casa com nosotros desde entonces.
Yo ya no estaba en una fase de duelo, tampoco ódio hacia la vida pero no era el mismo de antes. Me transforme en una persona fría. Solo me enfoque en estudiar. Me iba muy bien en la universidad.
Mantuve el contacto con mis amigos de la secundaria. Pero casi no salía con ellos. De vez en cuando iba y me tomaba un café con Alabama que me intentaba alegrarme y darme ánimos contándome todos y cada uno de sus fracasos amoroso.
- Entonces cual es el problema con este? - le pregunté mientras bebía un sorbo de mi café.
- Odia la navidad, va por la calle diciéndole a los niños que santa no existe- exclamó y yo reí estaba siendo descarada
- Santa no existe, y tu odias a los niños, creo que son almas gemelas - Confesé, ella me miró muy mal.
- No odio a los niños, solo no me gusta tenerlos cerca es como una fobia. Una niñofobia, entiendes - Dijo eufórica
- Ni siquiera existe esa palabra, pero si te entiendo un poco. Es como yo no odio la navidad pero me trae malos recuerdos así que prefiero pasar de ella - Entristeci derrepente, ella lo noto.
- Estamos hablando de mis desgracias, no te robes mi Show- Dijo golpeandome
- No lo estoy haciendo, ademas no tienes ninguna desgracia, el tipo parece buena persona - Dije con sinceridad.
- Pero Mylas claro que es una desgracia, ni siquiera te he contado la peor parte - Dijo exaltada.
- Cual es la peor parte? - Estaba seguro que diría alguna locura.
- Lo tiene pequeño! - Grito y todos nos miraron de repente. Ella se avergonzo pero luego ambos nos reímos.
Iba contestarle pero de repente mi teléfono celular comenzó a sonar. Era mi madre - Lo. siento - le dije y ella me hizo señas de que no. importaba con la mano mientras bebía su café.
- Que paso mamá? - Cuestione y ella solo me contestó - Mylas tienes que venir a casa, tenemos un problema - luego colgó la llamada. Pense en mi, Padre ultimamente estaba teniendo problemas de la tensión. Me angustie mucho.
- Tengo irme - Dije levantándome de la. silla com brusquedad - Paso algo? - cuestionó Alabama preocupada. - No lo se, al. parecer si- Dije caminando hacia la salida.
- Quieres que te acompañe? - Grito.
- No, te llamo luego - Dije encendiendo el motor del auto para conducir a toda velocidad. Llegué a casa abrí la puerta como un loco.
- Papá está bien? - Pregunté y me quedé perplejo al ver a Cassie sentada en el mueble frente a mi madre quien tenía los ojos llenos de lágrimas.
- QUE PASA? - grite y mi madre hizo señas para que hiciera silencio. Volvi a preguntar pero está vez mas bajó - que pasa, porque lloras? y tu que haces aqui? - Cassie se levantó.
- Vine aquí porque mereces saber la verdad. Es lo justo para todos-
- No quiero saber nada de Ayra. Ella no existe mas para mi, no pierdas tu tiempo si a eso viniste - Respondi con rudeza queria solo que se fuera.
- Mylas! - intervino mi madre. - Ni te atrevas a defenderla - le dije y Cassie me hizo señas de que por favor hiciera silencio.
Enloqueci de la ira. - Ella esta aqui? es una maldita descarada- Grite y corri furioso a mi cuarto si ella estaba ahí quería que se fuera de inmediato así tuviera que ponerla yo. mismo en la puerta. Mi madre y Cassie corrieron tras de mi.
Pero ya era tarde había abierto la puerta con tanta brusquedad que la había asustado. Ella se despertó y de inmediato comenzó a llorar y yo simplemente me quedé ahí como un idiota paralizado con el corazón en la boca.
Cassie corrio y la abrazo y ella se sintió nas tranquila. Y yo todavía estaba ahí en shock sin saber muy bien lo que estaba pasando
- Tranquila Amor, todo esta bien - Dijo ella y la pequeña niña se aferraba a ella.
- Que está pasando - Dije intentando no pensar lo que probablemente era. Estaba muy asustado. Las manos me temblaban.
- Mylas ella es Jade, tu hija -