Tan solo Tú por siempre.

4.

 

Después de cenar, Jade y yo miramos una película. Ella ya estaba más animada. Lo suficiente para reclamarme por ir a trabajar de noche y dejarla dormir sola. Alabama miraba la escena con mucha diversión. Le encantaba verme en situaciones ridículas.

- Eres un padre irresponsable, hoy definitivamente estás fuera de mi lista de amigos. Alabama estás perdonada, tienes su lugar-  Alabama sonrió victoriosa y corrió a sentarse con ella en él mueble. Jade cruzó los brazos mientras me clavaba esa mirada furiosa que había heredado de su madre. Y su cómplice hacía lo mismo.

- ¿Soy un padre irresponsable por ir a trabajar? ¿sino lo hago como comeremos? - Dije mientras tomaba mi chaqueta y las llaves del auto.

- podrías aceptar la ayuda de mis abuelos. Viviríamos con ellos y así podrías dormir  más. Nunca duermes Mylas. -

-Touche - soltó Alabama. Yo la fulmine con la mirada, ella se quejo de imediato - ¡ No me veas así! sabes que opinó exactamente igual, necesitas ayuda tienes mucha presión- suspiré, no valía la pena discutir con ninguna de las dos. Ambas eran tercas. Mire el reloj, ya eran era hora de irme o llegaría tarde.

-es un trabajo temporal, solo diviértanse y  tengan una noche de chicas- bese la frente de Jade quien estaba sumamente molesta. Me causaba gracia, ella siempre intentaba controlarme y cuando no lo lograba entonces ponía esa pequeña trompa de enojó. - ¿Me amas? - le pregunté imitando su rosto. Ella me volteo la mirada y se dirigió a Alabama -¿ Podemos pintarnos  las uñas? -

- ¡Justo eso estaba pensando! -  Dijo Alabama sacando una caja con muchos esmaltes y la cara de Jade se iluminaba por completo. Le agradecí por eso y por todo. Ella simplemente me corrió con la mano y le lancé muchos besos.

Abrí la puerta y escuché a Jade decirme - También te amo. No llegues tarde Mylas - Sonreí, ella había cedido. - pórtate muy bien con Alabama, llegaré temprano- Dije y cerre la puerta del departamento.

Nuevamente estaba corriendo porque estaba cerca de la hora. No quería llegar tarde de verdad necesitaba trabajar esta semana de esta forma  tan cansada para poder reunir un poco de dinero. No quería pedir ayuda de mis padres y mucho menos de los Miller. Jade era mi responsabilidad.

Llegue al lugar y estacione mi auto. No pensé que la Discoteca Bar sería tan grande. Sentí un poco de miedo, hacía muchísimo tiempo que no iba a estos lugares. No se como correría todo esto.

Entre al lugar y enseguida me asignaron mi puesto en la barra enorme donde trabajaría con 5 personas mas. Como no tenía experiencia en preparación de tragos mas elaborados uno de mis compañeros cuyo nombre era Marcus, y era el quien de todos tenía mas tiempo y experiencia, me dejó encargado del área de las cervezas de bidón. Sólo tenía que cobrar, sevir y entregar. Parecía fácil.

- se ve fácil, en teoría lo es, pero con tanta gente pidiéndote al mismo tiempo la cosa se vuelve complicada. Si necesitas ayuda pidela antes de que estés en la mierda. - Dijo Marcus como si hubiese estado leyendo mis pensamientos.

- Okey, muchas gracias - respondí, él me dio dos golpesitos en el hombro y luego me dijo - A trabajar,  tienes la cara y el porte que le gusta a las chicas, te irá bien tendrás buenas propinas - me rei nervioso. No quería tener que hablar con nadie. Solo planeaba entregar bebidas.

Marcus se fue y me dejó en mi puesto. y apenas abrieron las puertas al público la gente comenzó a entrar en manada. En menos de una hora después de la apertura del local ya estaba lo suficientemente lleno como para tener un montón de personas comprando cervezas. Ni siquiera estaba haciendo calor y ya yo estaba sudando. Tuve que quitarme la chaqueta.

Marcus tenía toda la razón. El trabajo no era fácil. La gente no tenía orden todos pedían a la vez. El ruido de la música alta no dejaba oír bien. Menudo rollo. Aún asi soporte la hora fuerte. Después cuando el Dj de la noche apareció la manada se largo eufórica a la pista de baile y yo respiré de alívio. Marcus estaba burlándose de mi cara.

- ¡te dije que era una mierda! purdes beberte una cerveza y relajarte para la segunda ronda- no quería beber, estaba fuera de forma con respecto al licor. 2 Cervezas eran suficientes para terminar Ébrio. No quería jamás que Jade me viera en ese estado otra vez.

- Beberé agua, gracias - Dije y Marcus soltó una carcajada.

- Rechazas una cerveza, rechazaste una cantidad alta de chicas sedientas de atención y sexo ¿eres un cura Men? - El se estaba burlando cruelmente de mí.

- Estoy solo trabajando - me defendi lo mejor que pude y Marcus solto una carcajada de burla. Lo mire mal. Él se detuvo y me hizo señas de paz. Nuestra charla fue interrumpida por los gritos de una chica que parecía estar bastante pasada de tragos.

-Oye tú, dame la cerveza mas grande que tengas ahora mismo. -  voltee la mirada para atenderla y me sorprendí completamente al darme cuenta de que la conocía. Era Bella, no. Tenía dudas de eso.

- Mira que sorpresa encontrarte 2 veces el mismo día-  me dijo pagando la cerveza y dejándome todo el cambió de propina. Se lo devolví, estaba lo suficientemente Ébria para probablemente no darse cuenta que me estaba dejando 15 dólares de propina. Ella sonrió de forma burlona mientras se bebía casi toda la cerveza de un sorbo. Me impresione demasiado, estaba completamente loca si seguía bebiendo así iba a desmayarse.

- Entiendo que no quieras hablarme te hice rodar por las escaleras. Pero también me devolveras el dinero que te estoy dando de propina? -  ella estaba enojada. Traté de no mirarle porque me causaba una sensación mala. Me recordaba a Ayra y eso me desestabilizaba por completo.

- Creo que no estas consciente de que me diste 20 dólares y que tu cambió es de 15. No puedes dejarme todo eso de propina-

-Yo puedo hacer lo que quiera, puedo dejarte 100 dolares si me da la puta gana- Saco un billete de 100 y lo metió en el pote se la propina. Me estaba haciendo enojar, lo saque  de inmediato y lo puse en la barra. Ella lo volvió a meter y perdí la paciencia 
- ¡ Detente! me estas molestando, toma tú dinero y ve con tus amigos - le hable seriamente sin mirarle la cara. De verdad me era imposible mirarla fijamente. Ella se enfureció. Bebió el resto de su cerveza e iba  a respondeme pero llegaron más personas y me fui a  atenderlas.  Roge porque se hubiera marchado cuando terminará pero para mi mala fortuna ella se encontraba ahí y bebiendo otro enorme vaso de cerveza que probablemente Marcus le había vendido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.