10.
Le sonreí y estaba siendo sincero. Bella lo supo y me intentó devolver el dinero pero Insistí que se lo quedara. Lo tomó para luego salir de mi departamento. Le desee buena suerte en silencio, espere de verdad no tener que volver a vernos.
Deje salir el aire intentando que la pesadez de mi cuerpo y mi alma se alivianaran. Pero eso no sirvió de mucho porque estaba solo nuevamente. Y palabras de Charles retumbaban en mi mente una y otra vez. Torturandome.
Yo no podía dejar de pensar en que ella pudo salvarse, ella pudo vivir, ella pudo ir a la universidad, ella pudo ir a más fiestas, ella pudo reír más, pudo brillar y crecer, pero me eligió a mí y ese fue su gran error. Y el mío fue aparecer en su vida y no conformarme con simplemente ser su amigo... No, para el vanidoso Mylas eso no fue suficiente, el tuvo que amarla, amarla mucho y de una forma irracional, y eso no estuvo bien.
Entendí entonces porque las plantas a Ayra siempre se le morían. Las amaba tanto que le daba siempre mas de lo que necesitaban. Mas agua, más sol, más sombra. No las dejaba vivir su proceso, lo alteraba y por eso se marchitaban. Dar mucho y sin pensar, ni razonar las consecuencias de lo que entregas también es malo. Entonces tuve que perderla a ella para siempre, para entender que fui un torbellino que le arrebato el aire.
Cuando se trató de ella, siempre fui irracional. La primera vez que me beso no pude parar y estuvimos a punto de hacerlo en el auto. Después me arrepentí porque no quería que nuestra primera vez fuera así. Y no lo fue gracias a Amber que nos interrumpió aquel día. Después de ese día, mi insensatez aumentó y la de ella también porque aunque ella estaba con Sean y yo con Cassie, la pasión nos desbordaba. Me gustaba todo de ella, no había nada que me desgradara. Ni siquiera su mal carácter. Me tenía siempre ahí, chocando un auto y haciendo cualquier disparate que alargará nuestros momentos a solas mientras engañabamos a otros y nos hacíamos daño también a nosotros mismos.
Besos a escondidas, una primera vez improvisada típica de dos adolescentes con las hormonas desatadas y el deseo en su tope máximo porque nos gustabamos demasiado. Era una atracción indescriptible, como la de un imán al metal. Creo sería injusto justificarse en nombre del amor, nada tenía que ver con eso. Y no estoy diciendo que no nos amaramos, porque sí lo hacíamos. Solo que la inmadurez nos dominaba y ninguno de los sabía ni quería controlar esa fuerza tan explosiva. Y entonces lo vivimos y lo disfrutamos. Lo disfrutamos mucho, tanto que evidentemente ni pensamos en cuidarnos.
No es que no sabíamos la existencia de métodos anticonceptivos. Simplemente ni nos pasó por la cabeza. Par de amantes insensatos. Y por las cuentas supongo que ahí creamos a Jade sin ni imaginarlo. Me arrepiento, y no por Jade. La amo de formas inexplicables. Me arrepiento porque Ayra y yo estábamos siempre corriendo.
Si nos hubiéramos detenido un poco tal vez las cosas hubieran sido diferente. Tal vez Ella estaría aquí comigo y ambos estaríamos disfrutando de Jade. Pero no fue así, no era así y no sería jamás así.Ella estaba muerta, yo estaba viviendo sin alma, y Jade en el medio sufriendo por no tenernos a ninguno de los dos...
La moraleja de mi historia era entonces que el amor irracional es mucho más peligroso que el desamor. Porque mientras el desamor te lleva a la depresión el amor irracional es una bomba de tiempo que cuando explota arrasa todo a su paso.
En el proceso de la reflexión y mi depresión bebí una botella entera de un viejo vino y ni cuenta me di. Cai en cuenta de que incluso estaba Ébrio cuando mis ojos se cerraron contra mi voluntad y me quedé profundamente dormido. No se cuanto tiempo pasó entre ese momento y el momento en el que escuché el celular sonar. Confieso que me costó mucho contestar la llamada.
- S.. Si? - Era Marcus mi jefe del bar del otro lado del teléfono.
-Mylas estas retrasado ¿esta todo bien contigo? ¿como sigue tu amiga? ¿vienes a trabajar? - Vi la hora, eran las 9 había bebido demasiado y había dormido mucho más .
- Ella esta bien, acabo de dejarla en su casa. Perdona el retraso, con todo este estrés olvidé avisarte. Ya voy para allá - Mentí porque necesitaba el trabajo, y también el dinero. Tenía que organizarme, si perdía a mi hija también entonces ya no tendría absolutamente nada.
- No hay problemas Mylas te esperamos aquí. Nos vemos en un rato. - Sentí un alivio al escuchar eso.
- Muchas gracias Marcus, nos vemos pronto - Colgué y corrí a bañarme. Estaba un poco descompensado anímica y físicamente. Estaba Ébrio y ni siquiera había comido nada. Pero tenía que ir igual.
Tomé las llaves de mi Auto y conduje hasta el trabajo. Al llegar ya la discoteca estaba al borde y todos tenían demasiado trabajo. Marcus me dio el delantal y me fui a mi puesto. Nunca había trabajado tanto y en tan malas condiciones. La marea de gente paro de pedir tragos alrededor de las 2 de la mañana y en ese momento corrí al baño a lavarme la cara. Estaba mareado. Regrese luego de un par de minutos y al llegar Marcus me ofreció una cerveza. No tenía ganas pero la acepte porque estaba sediento.
-Gracias- Le dije
-La necesitas Man, tienes muy mala cara - respondió con sinceridad asi de mal me veía.
- Heredé los genes de mi padre, no es muy agraciado- Intente bromear no quería que preguntara nada que me hiciera recordar el dia de mierda que tuve.
-Yo diría que no es una cuestión de genes, es mas como el de alguien que necesita dormir un mes - bromeó también
- ciertamente - Le di la razón porque la tenía. Bebí toda mi cerveza se un sorbo.
-Oye ten calma, tienes que conducir a casa a este ritmo vas a terminar igual que tú amiga - Dijo ofreciéndome otra y yo me negué con la cabeza.
-No, no estoy bien gracias. Tienes razón una es suficiente.- Le devolví la cerveza. Tenía que parar.
- Ya la abrí Mylas, solo bebela despacio. Luego puedes tomar tus propinas e ir a casa a descansar, suficiente trabajo por hoy - Dijo entregándome mi pago diario, bebí un poco de mi cerveza y luego conté el dinero, era demasiado para un solo dia.